Los 480.000 habitantes de la localidad de Usme, en el suroriente de la ciudad, no tienen hospital público ni privado. Esta población cuenta con tasas superiores al promedio del 23 por ciento en natalidad, 22 por ciento de fecundidad y cinco veces más de migración. Cuando hay una urgencia médica van a Meissen o a El Tunal.
La decisión de la construcción de un moderno centro asistencial de salud está hoy en manos de la plenaria del Concejo de Bogotá –que ya la aprobó en la comisión de Hacienda–, con la utilización de vigencias futuras del orden de los 232.000 millones de pesos.
La ponencia positiva de los concejales María Clara Name, de la Alianza Verde; Gloria Elsy Díaz, del Partido Conservador, y José David Castellanos Orjuela, de Cambio Radical, fue aprobada por 12 votos a favor y 3 en contra. Los recursos, dijo el secretario de Salud, Luis Gonzalo Morales, hacen parte de la enajenación del 10 por ciento de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB), negocio que ya se hizo.
El valor total de la obra es de 290.000 millones de pesos, repartidos así: 40.000 millones de pesos por contrapartida, 19.000 millones del lote y los 232.000 millones de las vigencias para construcción, dotación y ponerlo en operación.
Frente a los argumentos de que la ciudad se endeuda, Morales aclaró que esos recursos no son por endeudamiento. La construcción se realizará por asociación público-privada (APP).
La obra estará ubicada en la carrera 15 este con 110 sur, en un terreno de 33.354 metros cuadrados, y tendrá 221 camas nuevas, de las cuales 85 serán exclusivas para pediatría.
Se espera que en un par de semanas la plenaria del cabildo apruebe esta iniciativa. Luego arranca el proceso de urbanización del terreno para vías, servicios públicos, espacios y levantamiento topográfico; y si cumplen los tiempos, la licitación se abriría antes de finalizar el 2018, según informó la fuente oficial.
De acuerdo con el cronograma preliminar, la construcción, dotación y puesta en marcha está para el 2022.
El hospital de Usme será punto clave para la atención materno-infantil de alta complejidad, con salas de cirugía, tomógrafo y resonador nuclear, “y con las mejores condiciones de hotelería y dotación”, dijo Morales.