Si usted es una de esas personas curiosas que alguna vez se ha preguntado cuál es la diferencia entre una sinfónica y una filarmónica, le tenemos la respuesta: No existe diferencia alguna.
Esto puede sorprenderlo o decepcionarlo, pero para entenderlo mejor debe regresar en la historia y el tiempo.
En el siglo XIX cuando las primeras orquestas se conformaron, se reconocía como filarmónica a aquellas que estaban constituidas por personas amantes de la música y que no necesariamente eran músicos de formación, mientras que se reconocía como sinfónica a aquellas cuyos miembros sí tenían una formación académica.
Hoy en la práctica no existen diferencias. Ambos términos se refieren a una conjunto de instrumentos que intervienen al mismo tiempo.
Si usted escucha a una de estas orquestas, de seguro quedará impresionado ante los maravillosos sonidos que resultan de la sincronía de más de 90 instrumentos.
A continuación podrá ver cómo se ubican todos ellos en el escenario. Así, si asiste a un concierto de la Orquesta Filarmónica de Bogotá o de otra orquesta de música sinfónica en cualquier parte del mundo, sabrá donde posar sus ojos para encontrar el instrumento que más le gusta.

Así se organizan los instrumentos y músicos de una orquesta sinfónica o filarmónica.
Leidys Becerra
Las orquestas más comunes están conformadas por tres familias de instrumentos, los de cuerda, los de viento y los de percusión. Violines, violas, violonchelos y contrabajos hacen parte de la familia de las cuerdas, mientras que timbales, redoblantes, bombos, entre otros, conforman la de percusión. Entre los de vientos se pueden encontrar la flauta, el oboe, el clarinete, las trompetas y otros más. En ocasiones el compositor de la obra puede invitar a instrumentos como el piano.
Por último, no crea que usted es el único que se ha preguntado qué hace uno de los integrantes de la orquesta en el centro del escenario moviendo los brazos de un lado a otro. Ese que pareciera estar bailando las piezas es el director. Y es que los músicos no sólo obedecen a sus partituras, es el maestro quien con batuta en mano les da la entrada, conduce el tiempo de cada movimiento y dirige el ritmo de la obra.
Los directores permanecen de pie, durante minutos u horas, sobre una especie de tarima que les permite ser vistos por todos los miembros de la orquesta. Por lo general, con su mano derecha sostiene la batuta con la que marca el tiempo, compás y velocidad determinada de la pieza musical mientras que con la izquierda señala cuando debe entrar un instrumento. Con ambos brazos puede señalar que tan fuerte deben tocar.
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