Detrás de una fundación cuyo objetivo era cuidar a los hijos de las mujeres que trabajan en la zona de tolerancia del barrio Santa Fe, se escondía Luz Marina Lozano Parra, representante legal de la fundación Hijos del Viento, quien utilizaba a los menores como fachada para cometer actos delictivos.
Lozano Parra era conocida como el 'angel' de los niños del Santa Fe, pues se presentaba como su cuidadora y protectora. Hijos del Viento alcanzó fama nacional e internacional, organizaciones de servicio social visitaban sus instalaciones en búsqueda de unirse a la causa liderada por la mujer.
Sin embargo, lo que no sabían es que las donaciones y ayudas que recibía Luz Marina no llegaban a los niños. Según la investigación de la Fiscalía, la comida que llegaba como regalo la vendía en un restaurante que era de su propiedad, los bienes y electrodomésticos los comercializaba o se los apropiaba. Una actividad lucrativa a costa de la beneficencia.
Lozano Parra fue capturada en medio de un operativo de la Fiscalía General de la Nación, luego de una investigación en la que también participó una mujer venezolana que aseguró ser víctima de explotación laboral por parte de la representante legal de Hijos del Viento.
La mujer aseguró que era sometida a jornadas de trabajo de más de 20 horas en las que tenía que cuidar hasta 30 niños por un pago de once mil pesos diarios.
Además, la investigación arrojó que dentro de su prontuario, la mujer había puesto en marcha el 'Plan Padrino' del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en el que niños y niñas son entregados a hogares sustitutos para su cuidado, sin embargo, Lozano Parra no tenía permiso del Icbf para adelantar estas acciones.

Luz Marina Parra, representante legal de Hijos del Viento.
Cortesía Fiscalía General de la Nación.
EL TIEMPO recorrió la zona en donde funcionaba Hijos del Viento y encontró un panorama desalentador. A las afueras de la Fundación hay varias casas de lenocinio, en donde varias mujeres pasean semidesnudas, el consumo de sustancias psicoactivas se ve en cada rincón y la presencia de habitantes de calle es parte del paisaje.
Los vecinos viven con miedo y quienes se atreven a hablar prefieren omitir su identidad. Sobre Luz Marina dicen que era un personaje reconocido de la zona y que la mayoría de mujeres que trabajan ahí dejaban sus hijos en las instalaciones de la Fundación.
Aseguran haber visto 'carros lujosos llenos de donaciones' que llegaban y le entregaban 'comida, televisores, muebles, lavadoras, ropa, pañales y plata'. Además, hay quienes afirman que organizaciones extranjeras también visitaban la fundación y dejaban donaciones.
Una vendedora ambulante afirmó que 'todos sabían el manejo que se estaba dando adentro' pero que por temor nadie denunciaba. 'Esto está manejado por gente demasiado peligrosa y no conviene decir nada'.
Además, denunciaron que el sector está lleno de explotación sexual infantil: "Obligan a trabajar a niñas de 14, 15 años y nadie dice nada". Los vecinos exigieron presencia del Icbf y más efectividad por parte de la Policía, pues aunque hacen presencia constante 'no hacen nada'.
A Luz Marina Lozano se le imputaron cargos por trata de personas agravada, usurpación de funciones y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes. Además, su esposo, quien también fue capturado, aceptó cargos por el último delito. Ambos recibieron medida de aseguramiento en centro carcelario.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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