¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Bogotá

Venezolanos: comandos, pero de ayuda / Voy y vuelvo

Share Migrantes apertura

Share Migrantes apertura

Foto:El Tiempo

La medida controversial de la alcaldesa no quedó bien plateada. 

Ernesto Cortes
La alcaldesa Claudia López volvió a alborotar los ánimos de amigos y enemigos de su gobierno. Su propuesta de crear el denominado comando especial para identificar a bandas criminales integradas por locales y extranjeros, léanse venezolanos, no cayó bien ni aquí ni en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. De nuevo la señalan de promover la animadversión de personas que huyen de la tiranía del gobierno vecino y de promover comportamientos xenófobos. Hasta se extrañan de que una persona de avanzada y de mente abierta como ella salga con estas ideas.
Yo creo que hay que dividir los temas. Por un lado, lo de la xenofobia es de libre interpretación de cada quien; si esa fuera una política de gobierno, entonces no se habría inaugurado hace unos días la casa de atención al venezolano, ni se habrían abierto 53.000 cupos para niños de ese país en los colegios del Distrito, ni se hubieran atendido a más de 40.000 migrantes en distintos servicios, ni habría 5.200 niños en jardines ni se les habría entregado ayuda en dinero a otros 21.000. Hoy hay más de 100.000 migrantes afiliados al sistema de salud, entre otros.
Es justo reconocer que desde la pasada administración, la institucionalidad de la ciudad ha estado al servicio de esta población, que suma cerca de 400.000 personas, según cifras oficiales. Entonces, no aligeremos las cosas: les hemos dado una mano a nuestros hermanos, como ellos nos la dieron en el pasado. Se podría hacer más, pero la grave situación social, fruto de la pandemia, nos está golpeando a todos, y aun así, la plata se estira para que alcance.
Resaltado ese punto, vamos al meollo del tema, a la propuesta de identificar a delincuentes extranjeros. Si me lo permiten, debo decir que una amplia mayoría de ciudadanos están con la alcaldesa. ¿Por qué? Porque eso es lo que produce la percepción de inseguridad: que mucho de lo que pasa en la calle en términos de asaltos y homicidios tiene como protagonistas a personas venezolanas. No obstante, las estadísticas muestran otra cosa y es que apenas el 3 por ciento de los delitos cometidos en Bogotá son atribuibles a ellos. ¿Significa esto que los 2.500 venezolanos capturados en 7 meses cometiendo delitos no deben preocuparnos? Pues, claro que sí.
Por eso, lo primero que hay que hacer en sincerar las cifras y emprender una campaña en la que todos hagamos causa común para combatir la inseguridad y perseguir a los criminales, sin importar su nacionalidad.
Ahora bien, dicho esto, la estrategia de la alcaldesa no es mala per se, responde a una necesidad sentida y a un reclamo de la gente. “Haga algo para acabar con tanta inseguridad” es lo que le imploran en todas partes. Pero ahora, cuando ella actúa, resulta que por ahí no es el asunto.
Me temo que la causa de tanta controversia es que la estrategia divulgada esta semana por la mandataria quedó mal planteada. La narrativa que se pretendía construir de usar todas las formas de lucha para perseguir a los delincuentes se reemplazó por la de un comando especial que persigue a inermes venezolanos. Muchos imaginan que habrá una horda de policías armados hasta los dientes agarrando a bolillo a estas personas y conduciéndolas a una estación de policía por ser venezolanas. Y no creo que sea así.
Si la estrategia hubiera sido distinta, si en vez de comandos se hablara de grupos de atención a población migrante, que van es a combatir la explotación de niños venezolanos en la mendicidad o a verificar quiénes tienen regularizada su situación o qué antecedentes presentan, esto ayudará no solo a detectar posibles personas vinculadas a grupos delincuenciales, sino que, de paso, facilitará las ayudas a quienes las necesitan.
En algo tiene razón la alcaldesa y es en que resulta increíble que a estas alturas, desde Migración Colombia para abajo, no exista la posibilidad de identificar a los delincuentes extranjeros para aplicarles la ley, y que, en cambio, muchos estén quedando libres por esta misma razón. Eso es aberrante.
Pueda que la alcaldesa gane el debate ante el ciudadano de a pie, siempre dado a la mano dura contra los delincuentes, pero lo pierde ante grupos sociales con alta resonancia que hoy la quieren crucificar. Insisto: la idea de la alcaldesa pudo haberse presentado mejor, sopesando muy bien la atención a la comunidad venezolana y la creación de un organismo que busca regularizar su situación al tiempo que permite detectar posibles manzanas podridas que hay que combatir tanto como a los criminales locales. Pero insistir en los comandos es innecesario.
ERNESTO CORTÉS
EDITOR GENERAL EL TIEMPO
Ernesto Cortes
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO