A puños, patadas, cabezazos, arañazos, botellazos; con palos, sombrillas, carteras, insultos, amenazas y hasta con puñaladas, son atacados los trabajadores del sistema TransMilenio y de Recaudo Bogotá por evitar los colados o reclamarles a los pasajeros que no pasan la tarjeta de pago a la entrada del torniquete.
Entre las víctimas hay mujeres con evidentes heridas profundas en el cuello, otras con golpes en la cara, jóvenes con cortadas y morados en sus brazos, en la cabeza y manos, y muchos de ellos con heridas de arma cortopunzante.
Cifras oficiales entregadas a EL TIEMPO revelan que durante el 2016 se reportaron 1.092 agresiones a lo largo y ancho del sistema de movilidad contra los más de 2.000 empleados que a diario prestan el servicio en el sistema masivo de transporte.
Tanto operadores como personal de la taquilla, los vigilantes, controladores y conductores de los buses, han sido agredidos de forma brutal por pasajeros que no miden las consecuencias de sus actos por colarse en el sistema.
La mayoría de esas víctimas son madres cabeza de familia, jóvenes que por primera vez tienen un empleo, adultos que lograron conseguir un trabajo para salir adelante. Varios de ellos han sufrido heridas que han puesto en riesgo sus propias vidas. (Lea también: Trabajadores de TransMilenio solo pueden llamar atención a colados)
Según Recaudo Bogotá el año pasado fueron agredidos 210 de sus empleados (con chaqueta azul) con heridas que generaron incapacidades superiores a los tres días por la gravedad de los ataques.
Las estaciones y puntos claves del sistema de transporte donde hay mayores ataques son los portales ubicados en el norte, Usme, Tunal, 20 de Julio y en la troncal de las Américas sobre la zona de buses alimentadores y en las entradas al sistema.
Esto según los reportes, porque a diario hay muchas más agresiones, insultos y amenazas que no son denunciadas o porque cuando llega la Policía los colados o tratan de bajarle el tono al problema o terminan detenidos por ataque a funcionario público.
“Probablemente hay miles de agresiones al año, muchas de ellas verbales y otras físicas, más ligeras o de menor impacto. Pero sí hay una intolerancia del usuario del sistema, hay una falta de entendimiento de cuál es la función que nuestros trabajadores están realizando en la estación, que es de colaboración, de facilitar el tránsito por el sistema”, afirmó Javier Cancela, presidente de Recaudo Bogotá.
En diciembre pasado, en plena temporada navideña, en la estación Salitre-El Greco, una familia completa se coló en el sistema. Cuando el operario les llamó la atención, el más joven se le fue encima a tratar de pegarle al trabajador. Luego, todos lo insultaron, lo amenazaron, y lo que más sorprendió al resto de pasajeros fue que la mamá trató de pegarle con la cartera al joven operario mientras le gritaba “sapo, para eso le pagan para que sea sapo”.
La escena se repite a diario en todas las estaciones, desde las que se movilizan la mayor cantidad de trabajadores hacia sus oficinas y se transportan los jóvenes, como Aguas o Universidades.
Este tipo de agresiones ya cobró la primera víctima. Se trata del joven Leonardo Licht, de 22 años, quien murió luego de ser atacado a puñal el domingo pasado, según las autoridades por Wilson Monroy Cárdenas, un colado que no aceptó el reclamo del operario luego de ingresar sin pagar a la estación Avenida Jiménez. (Lea también: Los sueños de Leonardo, el joven que murió por la intolerancia en TM)
Esta no es la primera vez que Monroy Cárdenas habría atacado a una persona. Según el informe policial, este hombre, el pasado 8 de enero, le propinó dos puñaladas a un ciudadano en la estación de TransMilenio de la calle 19.
‘Colarse es robarles a todos los usuarios’Entrevista con Javier Cancela, presidente de Recaudo Bogotá, y con Alexandra Rojas, gerente de TransMilenio.
Doctor Cancela, ¿el caso del joven asesinado no es el único?
Desafortunadamente, son muchas las agresiones que sufrimos a diario. En el 2016, aproximadamente tuvimos 210 agresiones con consecuencias significativas para los funcionarios. Pero las agresiones de tipo verbal o físicas son mayores.
¿Qué características tienen estos funcionarios?
Es gente de todas las edades. Tenemos bachilleres, gente más madura. Hay distintos perfiles, pero en general son personas humildes.
Doctora Alexandra Rojas, ¿qué van a hacer?
Un primer elemento es el rechazo. Nosotros encontramos una ciudad que estaba pensando que colarse no estaba mal. Y colarse es robar. Nosotros hicimos el cerramiento perimetral de las estaciones el año pasado, y este año lo vamos a seguir.
¿Acabar el tema de colados no será a corto plazo?
No puede serlo. Esta semana llegó un experto del Banco Mundial para hacer un análisis de la infraestructura y ver cómo podemos contribuir a que la infraestructura no permita de una manera tan fácil que haya colados.
Yo quiero compartirle a la ciudadanía que cuando hay colados, nosotros no podemos programar bien las rutas, porque resulta que en mi sistema hay muchos menos pasajeros de los que realmente están en los buses.
Doctor Cancela, su mensaje a los usuarios...
Que el tema de evasión y colados tiene múltiples facetas y requiere una estrategia con conciencia social. Robar no es aceptable, por ningún valor, y menos quitarle la vida a una persona por ello. Necesitamos que haya una conciencia social de que cada vez que entra una persona al sistema sin pagar les está robando a todos los ciudadanos.
BOGOTÁ