Como parte del proceso de finalización de las concesiones de las fases I y II, TransMilenio comenzará la chatarrización masiva de su flota más antigua a partir de este domingo 16 de junio.
Apenas terminen su último recorrido con pasajeros, los articulados se reunirán en el patio taller de El Tunal, y de allí saldrán en caravana hacia la siderúrgica ubicada en Tocancipá para ser destruidos y convertidos en chatarra. El mismo día ingresarán a ese portal 336 buses nuevos: 202 articulados y 134 biarticulados.
Al respecto, la gerente de TransMilenio, María Consuelo Araújo, dijo que todo esto hace parte de la modernización del sistema de buses. Señaló que la salida de los viejos articulados permite reducir la contaminación ambiental y, al mismo tiempo, con la chatarrización, poder reciclar algunas de sus partes. “No es solo para que no generen daños en el aire, sino para que puedan ser reutilizadas”, precisó la funcionaria.
Desde el año 2000 no se había eliminado ninguno de los viejos buses. Las empresas colombianas encargadas de este procedimiento son Sidena y Diaco, seleccionadas porque cumplieron con todos los requisitos exigidos para este proceso.
Araújo también explicó que el cambio de estos vehículos se hará paulatinamente para no afectar el funcionamiento del sistema.
Cabe resaltar que este proceso no tiene valor para el Distrito ni para los ciudadanos. La desintegradora asume los costos según el peso del vehículo.
Los buses de la antigua flota llegan hasta la siderúrgica que los desintegrará, se ubican en un espacio especial en el que una retroexcavadora con caimán los despedazará poco a poco. Un operador maneja las enormes tenazas con las que arrancan cada pedazo del articulado, y los deja a un lado para hacer su trabajo más prolijo. Este proceso demora entre 25 y 30 minutos. Todas las partes del vehículo son destruidas, incluido el motor.
Después, los operarios eligen los materiales para seleccionar los que les sirven. “Por ejemplo, el aluminio es un material no ferroso que no lo usamos. Entonces, de acá enviamos la chatarra a Sogamoso, en donde tenemos nuestra planta principal, y allá se somete a la fragmentadora, donde se convierte en unos pedazos pequeños y, a su vez, seleccionan”, explicó Jacobo Pulido, director administrativo de la planta Sidenal, en Tocancipá.
Los materiales que no son útiles se entregan a gestores autorizados para que los reciclen. “Tenemos convenio con Rueda Verde, con la Andi, y les entregamos las llantas. Si es plástico, entonces se lo entregamos a las personas que lo usan como materia prima de sus producciones”, afirmó Pulido.
Cuando llegan a la planta, se funden a 1.600 grados centígrados. El acero líquido se solidifica en una máquina de colada continua que las convierte en palanquillas.
Después son enviadas a laminación, donde se trasforman en barras corrugadas, lisas, mallas electrosoldadas. Estos productos son especiales para reforzar el concreto de columnas, muros, pisos y demás necesidades de construcción.
Este proceso cuenta con la colaboración y el seguimiento de la Secretaría de Movilidad, su consorcio SIM y los concesionarios del sistema.
Los 336 buses nuevos que entran en operación al patio El Tunal hacen parte de los 1.441 articulados y biarticulados con normas Euro V –diésel con filtro– y Euro VI de gas, en reemplazo del paquete de 1.200 buses viejos.
Los nuevos automotores cuentan con tecnologías de bajas emisiones y son amigables con el ambiente.
Se espera que el próximo 1.° de julio lleguen al portal Norte 140 articulados y el sábado 20 de julio entren en servicio 40 biarticulados a la 80. Ambas flotas trabajarán con gas natural vehicular. A Usme ingresarán el 12 de octubre 104 articulados.
YULIANA NARVÁEZ
REDACCIÓN BOGOTÁ
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