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Bogotá

'Es importante que la juventud entienda que la paz es algo posible'

Kate Robertson es la cofundadora de One Young World, la cumbre de jóvenes regionales y locales más importante del mundo. Ella y su equipo liderarán la edición de este evento en el 2017 en Bogotá.

Kate Robertson es la cofundadora de One Young World, la cumbre de jóvenes regionales y locales más importante del mundo. Ella y su equipo liderarán la edición de este evento en el 2017 en Bogotá.

Foto:Mauricio León

Kate Robertson, cofundadora de la cumbre One Young World, explica por qué el evento llegará a Bogotá

En octubre del 2017 Bogotá será sede por primera vez de One Young World, la cumbre de jóvenes regionales y locales más importante a nivel mundial, una iniciativa surgida gracias a una entidad sin ánimo de lucro con sede en el Reino Unido.
Esta convocatoria reúne cada año a líderes entre los 18 y los 30 años de edad, procedentes de 194 países, que han desarrollado proyectos de alto impacto en los países que representan.
Uno de los aspectos más llamativos es la participación de exjefes de Estado, ganadores de premios Nobel, reconocidos científicos, economistas, así como representantes de importantes cadenas multinacionales. La idea es que estén dispuestos a escuchar y guiar a los más de 2.000 jóvenes que estarán en la capital colombiana durante la cumbre.
No es un evento más; esta iniciativa ha permitido que miles de jóvenes piensen en la construcción de un nuevo mundo y que desde su pensamiento individual se materialicen sus ideas. Este año se llevará a cabo en Otawa (Canadá).
EL TIEMPO habló en exclusiva con la cofundadora de la cumbre Kate Robertson, quien explicó por qué Bogotá fue escogida como sede de este importante evento, el cual contará con la participación de organizaciones como la Cámara de Comercio y el Distrito, en cuya representación el alcalde Enrique Peñalosa asistirá a una reunión este jueves en la mañana.
¿Cuáles son los orígenes de One Young World?
Los orígenes devienen de los Juegos Olímpicos. Nos dimos cuenta de que ese es un momento especial en el se reúnen jóvenes de muchos países como una sola familia. Esa fue parte de nuestra inspiración, eso nos llevó al siguiente nivel, a convocar a líderes del mundo y así unirlos como una familia. Los jóvenes de hoy son los más informados, los más conectados de toda la historia de la humanidad, sobre todo por su dominio de internet, y eso los hace absolutamente relevantes y diferentes. Así fue como la primera cumbre se realizó en Londres en el año 2010, seguida por las de Zúrich, Pittsburg, Johannesburgo, Dublín, Bangkok y, ahora, Ottawa (Canadá), todas ciudades destacadas.
¿Por qué se escogió a Bogotá como sede de este evento en el año 2017?
La posibilidad de ser sede de One Young World es limitada y muy competida. Para mí, tres cosas fueron importantes: la candidatura que presentó Bogotá tenía una visión muy clara y la ciudad contaba con muy buenas locaciones; lo segundo es que nosotros valoramos la historia que ustedes tenían para compartirle al mundo; esta debía ser lo suficientemente importante, tenía que ser de impacto, y ustedes comenzaron a hablar de paz. La tercera variable es cómo el país y la ciudad empoderan a las casas editoriales, a la empresa privada, al sector público para escuchar a los jóvenes líderes, para darles ese potencial y presentarles la plataforma para que puedan hacer grandes cosas. Esas fueron nuestras variables contempladas.
Gracias a todo eso, Bogotá será la anfitriona de OYW 2017; en octubre la capital colombiana aprovechará la oportunidad única que le dejarán los más de 2.000 jóvenes asistentes al centro de convenciones Ágora. Allí se darán a conocer experiencias de otros lugares, culturas y pensamientos que serán aplicados para la construcción del nuevo mundo que todos queremos.
Bogotá promueve una gran cantidad de espacios juveniles, escenarios donde sabemos que los jóvenes participan. La juventud de Colombia y Latinoamérica es una población a la que vale la pena invertirle.
¿Estar pasando por un proceso histórico en la búsqueda de la paz sirvió para que se escogiera a Bogotá como sede?
Sí. Para nosotros es muy importante que la juventud entienda que la paz sí es posible, pero no entendiéndolos solo como observadores sino como partícipes de que eso sea posible. Ellos son el futuro y tienen cualidades importantes como el optimismo y la energía. Esto permite un proceso largo de importantes cambios.
¿Qué resultados tangibles han logrado las cumbres anteriores?
Podemos decir que hay más de 800 programas que se han lanzado en el mundo, por los jóvenes convocados en One Young World, pero esto no tiene en cuenta los programas que se han generado dentro de las corporaciones donde los jóvenes están. En estos últimos años hemos estado trabajando con empresas como PricewaterhouseCoopers, McKinsey, KPMG para poder crear un modelo propio de valoración del impacto de lo que ellos generan, y lo que establecieron fue como un retorno a la inversión desde lo social, donde por cada dólar que ellos invierten se generan 12 dólares de impacto social.
¿Qué puede hacer un joven en Bogotá que quiera participar con su iniciativa en One Young World?
Este es el propósito básico de One Young World, lo más importante de nuestra gestión. Queremos asegurarnos de que los proyectos de estos jóvenes tengan una proyección tanto nacional como internacional; ese es nuestro trabajo. Por eso procuramos que todas las cumbres tengan un cubrimiento de medios muy grande que abarque todo el planeta para visibilizar estos proyectos.
¿Los jóvenes de hoy están más dispuestos a romper las barreras de odio, de la confrontación ideológica, de la guerra?
Depende mucho de la influencia que tengan estas personas. Lo que sabemos es que en este rango de edades es donde están los líderes; estos se identifican desde su juventud. En este orden de ideas, nuestro propósito es ponerlos en una posición en la que puedan liderar proyectos positivos. Es lamentable saber que hay jóvenes que lideran actos negativos; muchos están en la capacidad de romper barreras, solo que algunos rompen las que no deben.
¿Algunos casos expuestos en cumbres anteriores la han conmovido?
Son demasiadas cosas las que han pasado de forma inesperada. Uno de los ejemplos es la delegada de Corea del Norte, quien nunca había hablado en público. Ella estuvo en el escenario y dio un discurso que fue tan poderoso que no pudimos manejar todos los medios que empezaron a llamar. Si sumáramos todas las vistas que tuvimos en las diferentes plataformas serían más de 4 millones. Cuando ella estaba hablando, 2.400 personas en el auditorio, mitad hombres, mitad mujeres, estaban llorando.
El año pasado también recuerdo a Óscar, nacido en Vietnam, un joven enfermo con diferentes problemas que afectan su movilidad, que nunca ha caminado y que no tiene control de sus extremidades. Él quería hablar debido a que vivió la cumbre de Dublín (Irlanda) y vio a muchas personas en condición de discapacidad hablando, y por eso le dijo a su padre que su sueño era ir a Bangkok (Tailandia) para dar a conocer sus opiniones, a pesar de que su condición no le permitía hablar. Entonces, lo llevamos a un estudio de grabación y nos llevó once horas poder grabar su discurso de 11 minutos. Ese momento, esa posibilidad, fue increíble.
Deles un mensaje a los jóvenes de Bogotá y del país para que participen en esta cumbre
Existe un concurso que va a reunir a 150 líderes de todo el país, pero Kofi Annan, exsecretario de la Organización de las Naciones Unidos (ONU), siempre les dice a las personas: si ustedes tienen buenos líderes, ustedes tienen suerte, pero cuando los líderes no lideran, ustedes tienen que hacer que los sigan.
CAROL MALAVER
SUBEDITORA BOGOTÁ
CARMAL@ELTIEMPO.COM
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