Las visitas inesperadas de zorros, zarigüeyas y aves propias de los humedales en medio de la soledad de las calles en plena cuarentena fueron una de las razones que llevaron a la concejal María Clara Name (Alianza Verde) a formular un proyecto de acuerdo que le dé, tanto a ciudadanos como instituciones, herramientas para actuar correctamente en un encuentro cercano con animales silvestres y, en general, para proteger la fauna y la flora capitalinas.
“Muchos ciudadanos los han visto. En Usaquén reportaron un zorro y le sacaron fotos, por ejemplo. Pero también, en otros escenarios, se han registrado atropellamientos, caza, captura”, comenta Name, y agrega que en algunos casos, cuando la ciudadanía quiere ayudar, no hay suficiente información o respuesta de las instituciones.
(Le puede interesar: La travesía de 252 gatos para llegar desde Santa Marta hasta Bogotá)
Para ilustrar esta observación, Name compartió el caso de un grupo de vecinos de Villa Mayor que avistaron una tingua azul en junio. “La estuvimos viendo desde lejos para no asustarla. Leímos que era un ave migratoria y que esta posiblemente estaba perdida. Llamamos a la alcaldía y nunca llegaron a visitarla ni nos respondieron. Un día no la volvimos a ver”, cuenta Andrés Alfonso, habitante del sector.
#Ambiente 🌱| Vecinos de Villa Mayor encontraron esta ave silvestre en su barrio.
— EL TIEMPO Bogotá (@BogotaET) August 31, 2020
Siga este hilo para conocer la historia ⬇️ pic.twitter.com/cOcZFJlvFR
#Ambiente 🌱| "La estuvimos viendo desde lejos para no asustarla. Leímos que era un ave migratoria y que esta posiblemente estaba perdida. Llamamos a la alcaldía y nunca llegaron a visitarla. Un día no la volvimos a ver”, cuenta Andrés Alfonso, habitante del sector. pic.twitter.com/8x3nPRBy9k
— EL TIEMPO Bogotá (@BogotaET) August 31, 2020
Aunque el ave corrió con buena suerte, no sucede lo mismo con otras especies. Hasta la semana pasada, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal tenía en custodia 795 animales silvestres, de los cuales 400 ingresaron entre marzo y junio de 2020. En general, los individuos que ingresan allí registran lesiones de politraumatismos (42,3 % de los casos), desequilibrio hidroelectrolítico (13 %) y parasitismo gastrointestinal (7 %), enfermedades respiratorias (7 %), anemia (6 %), enteropatías (6 %) y dermatopías (5 %). Algunos llegan en esas condiciones por ataques humanos o porque son atrapados y puestos en cautiverio. Las aves son las más afectadas, seguidas de los reptiles y los mamíferos.
(Además lea: Retiro del Plan Marshall del Concejo de Bogotá genera controversia)
De ahí que el proyecto pretenda crear una estrategia integral de cuidado que incluya un plan de sensibilización, un registro de sectores con actividad animal inusual, un diagnóstico de zonas con avistamientos frecuentes, un sistema de reportes que responda a los denunciantes y un plan, además, de protección para la flora.
“Pensamos incluso en que se pueda generar una app. En la ciudadanía, muchas veces hay casos de ignorancia, donde los vecinos, por ejemplo, ven un zorro y deciden matarlo porque no tienen la oportunidad de comunicarse con las instancias pertinentes. También proponemos instalar una señalización preventiva en zonas de alta presencia de animales. Y, por otra parte, quisiéramos estimular los liderazgos ambientales ciudadanos, hay gente que sabe muchísimo y puede ayudar”, comenta Name.
El proyecto de acuerdo está radicado, tiene ponencia positiva de dos concejales y está a la espera de fecha para debatirlo en comisión primera.
- ‘Vecinos inesperados’, un documental para conocer la fauna bogotana
- Este año han sido salvados 2.300 animales silvestres
- ¿Qué tan frecuente es encontrar búhos en las ciudades?
BOGOTÁ
Comentar