La alcaldesa Claudia López hizo un balance de su primer año de gobierno. Reconoció que ella misma se sorprende de ver cómo tuvo que gerenciar la peor emergencia sanitaria que haya tenido Bogotá en el último siglo, y al lado de 100.000 funcionarios. Recuerda, además, que no fue solo la pandemia, también la peor ola invernal de la última década, dos emergencias ambientales, los desmanes del 9 y 10 de septiembre. “No nos faltó sino un meteorito”, expresa.
López destaca entre sus ejecutorias el haber aprovechado la crisis para acelerar lo que denomina el nuevo contrato social en la ciudad: acceso a educación superior, sistema distrital de cuidado, nuevas ciclorrutas y un ingreso mínimo para las personas más pobres, en coordinación con el Gobierno Nacional. Reconoce que entre los temas que quedaron pendientes están el cobro del parqueo en vía, las bicicletas públicas, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y no haber aprovechado la cuarentena para darle un impulso decisivo a la cultura del reciclaje.
Elogia al Concejo, que le permitió, entre otras cosas, dar vida a varias agencias, como la de ciencia y tecnología, Ágata, y por la aprobación del plan Marshall y millonarios recursos para la compra de vacunas, un cupo de deuda por 10,7 billones de pesos y la aprobación de un presupuesto por 21 billones de pesos para el año entrante.
Aunque López se la juega por un 2021 en el que las cosas empezarán a mejorar y se podrán consolidar sus apuestas más grandes en infraestructura, proyectos de sostenibilidad y atención a la mujer, ve un nubarrón grande: la campaña presidencial. En ese sentido, suelta una expresión que suena a plegaria: “Por favor, señores candidatos, no vayan a hacer campaña a costa de destruir a Bogotá”.
La capacidad de gerenciar equipos para propósitos comunes que requerían. El margen de error era mínimo, el tiempo era poco, la presión muy grande y produjimos los resultados que tocaba. Era una cosa que no me había tocado a ese nivel, yo nunca había sido la jefa de 100.000 personas, que trabajan para el Distrito. Nunca había tenido un desafío gerencial tan grande. Tuvimos la prueba de fuego más completa: no solo tuvimos pandemia, sino desempleo, fenómeno de la Niña –con sus lluvias y deslizamientos–; no nos faltó sino un meteorito.
Esa capacidad gerencial la puso a prueba con esta crisis que nos tocó. ¿Cuáles fueron las claves para manejarla?La primera y la más acertada fue liderar basada en ciencia desde el inicio de la cuarentena, liderar basada en la ciencia, la adquisición de pruebas y UCI para duplicar la capacidad: en seis meses pasamos de 200 pruebas día a 30.000 pruebas día y de 935 UCI a 2.200. Fue liderar para cuidar, tomando riesgos grandes: cerrar una ciudad de 8 millones de habitantes, durante seis semanas seguidas.
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En segundo lugar, fue clave planear la reactivación. Lo más acertado que hicimos este año fue acelerar las principales herramientas del nuevo contrato social y ambiental que le propusimos a Bogotá. Por ejemplo, Bogotá se había propuesto que en los cuatro años iba a hacer renta básica para medio millón de personas. En seis meses hicimos renta básica para 800.000 personas, en conjunto con el Gobierno Nacional.
Bogotá se había propuesto tener matrículas cero en la educación superior: este año, por primera vez en la historia, hubo matrículas cero para 23.000 estudiantes de la Universidad Distrital. Bogotá se había propuesto que en estos cuatro años empezaría a montar el Sistema Distrital de Cuidado: ya pusimos a funcionar dos manzanas de cuidado.
Hicimos la mayor innovación de política social de Bogotá, a la par de cuidados en la pandemia. Dimos lo que nos tocó, no sacrificamos lo que queríamos hacer y nos preparamos para lo que nos va a tocar enfrentar.
Yo nunca había sido la jefa de 100.000 personas, que trabajan para el Distrito. Nunca había tenido un desafío gerencial tan grande.
Al Concejo, que ha sido un Concejo joven, independiente, crítico, pero que ha entendido y ha estado a la altura del desafío que tenía Bogotá. Le dijimos al Concejo: ‘Necesitamos reservar 200.000 millones de pesos para que Bogotá tenga un plan de vacunación propio, que puede ser en conjunto con el Gobierno Nacional y tenga la logística’. Nos lo aprobaron. También presentamos el plan de desarrollo y con muchas facultades, nos lo aprobaron. A otro alcalde en la historia Bogotá no le habían dado tantas facultades para poder tener velocidad.
Les dijimos: ‘Déjenos crear la Agencia de Ciencia y Tecnología’, nos la dieron; ‘déjenos crear la Agencia Analítica de Datos’, nos la dieron. Ese va a ser el gran negocio del siglo XXI. El tesoro de la ETB va a ser su fibra óptica y su agencia de datos.
Dijimos: ‘Necesitamos endeudarnos, necesitamos el mayor cupo de endeudamiento en la historia Bogotá para lograr generar 500.000 empleos’. Nos aprobaron 10,7 billones de pesos.
Luego pedimos: ‘Apruébenos el plan Marshall, necesitamos alivios tributarios, congelar el predial, reducir hasta en un 25 % el ICA y que el sector financiero y tecnológico también aporte un poquito más para compensar a los que les fue muy mal y los podamos ayudar’. Nos aprobaron el plan Marshall.
Y dijimos: ‘Necesitamos el presupuesto de 2021’. El presupuesto de 2021 tiene 21 billones de pesos de inversión directa, que va a generar 150.000 empleos.
¿Qué nos hizo la vida de cuadritos este año? Que hubo hurtos, pero muchos más violentos. Eso es una desgracia, de qué nos sirve que no roben celulares si a un ciudadano por robarlo lo matan. Necesitamos más y mejor policía, más colaboración ciudadana y trabajo coordinado entre la Alcaldía y la Policía en frentes de seguridad local, leer en tiempo real las 4.500 cámaras de seguridad de Bogotá (con inteligencia artificial) para tener una analítica de datos predictiva, y mejor judicialización.
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Y pasa algo: quienes más han causado hurto este año son bandas colombo-venezolanas. En el caso de los venezolanos tienen ilegalidad e indocumentación.
Ellos saben que si los cogemos, en 72 horas no somos capaces de decirle al juez ni siquiera cómo se llama. Entonces va a quedar libre. Necesitamos registro administrativo de todo migrante que entra a Bogotá, estamos pendientes de Migración Colombia
El cobro del parqueo en vía, el sistema de bicicletas públicas y el POT.
El mensaje con el que ustedes iniciaron fue construir sobre lo construido, ¿qué decidieron continuar y terminar de la administración pasada?Dije: ‘Yo tengo el carácter para corregir lo que consideremos que va mal, la humildad para reconocer lo que queremos que vaya bien y el liderazgo para traer lo que hace falta’. Y hemos honrado esas tres cosas. En el lado de corregir, queríamos corregir el tener un sistema de transporte público para una ciudad de 8 millones de personas basadas en troncales. Bogotá tiene que basar su transporte en una red regional de metro, no de TransMilenio. A TransMilenio hay que reducirlo a sus justas proporciones y transformarlo.
Cuál va a ser el primer y principal ejemplo de esa corrección, el corredor verde de la 7.ª en vez de hacer una troncal. Revoqué esa licitación, resolvimos el pleito jurídico y cocreamos con 50.000 bogotanos el diseño conceptual del corredor verde.
Este mes hemos decidido ampliar el plazo de participación hasta febrero (estaba previsto para diciembre). Pero a la par vamos a publicar los prepliegos. Tendremos contratación en febrero del año entrante. La administración anterior fue una administración que incluso los jueces dijeron que estaba encementando la ciudad.
Corregimos. Bogotá firmó un decreto que debemos proteger, la reserva Van der Hammen no es un potrero, va a ser el bosque urbano más grande de América Latina, de 1.350 hectáreas.
¿En qué hemos continuado? Yo llegué aquí y encontré estudios de jardines, colegios, espacio público. Si nos ponemos a empezar de cero, la obra va a empezar en el 2023, por eso usamos los estudios. Encontramos estudios y diseños de 15 colegios, y nosotros vamos a hacer 35 en total. En hospitales, encontramos estudios y diseños de tres, y nosotros vamos a hacer tres adicionales, para dejar seis.
¿Y en qué hemos tenido visión? En retomar la cultura ciudadana, sin eso Bogotá no habría podido con la pandemia. Ahora, en cultura ciudadana queremos hacer dos cosas: cultura ciudadana por el cuidado de la vida y cultura ciudadana por el machismo. El machismo es una enfermedad superable, pero no teníamos una línea de atención especializada para hacerlo, ahora tenemos Calma. (Una línea a la que) cualquier hombre va a poder llamar y pedir orientación, comprender y resolver situaciones de forma pacífica, tener relaciones intelectuales y constructivas y no de dominio con su pareja.
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En tercer lugar está la cultura de cuidado ambiental, respetando todas las formas de vida. Este año, por ejemplo, ya estaba contratada la temporada taurina, y lo que hicimos fue ponerle competencia cultural.
Allá hacen la fiesta de la muerte de los toros, nosotros hicimos la fiesta brava de la vida y la cultura. Tuvimos cinco veces más asistencia con la fiesta de la vida y la cultura.
Un tema se nos quedó, ¿y cómo no lo aprovechamos?: tuvimos dos meses a la gente en su casa y no aprovechamos para hacer una mayor pedagogía del reciclaje y la separación de residuos en casa.
Empezó la obra a pesar de todas las dificultades, con la economía parada en todo el mundo. Y se hizo la licitación de interventoría, solo se atrasó tres meses por la pandemia. Logramos acordar la expansión del metro hasta Suba y Engativá. Ya sabemos que van a ser aproximadamente 15 kilómetros.
Nos dijeron que podría ser subterráneo...Es muy probable que lo sea, lo decidimos en febrero. Es lo más seguro por el trazado que escogimos y por la experiencia de mejor impacto urbano.
¿Y vienen más buses eléctricos?Bogotá va a terminar el año con la flota eléctrica más grande de América Latina, estoy segura. Por ahora nos está ganando Chile, que tiene 1.059 buses. Y nosotros ayer ya logramos completar 889. Y el 30 de diciembre tenemos la última adjudicación y estamos seguros de que vamos a adjudicar y vamos a quedar de primeros en América Latina.
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Cuando llegué a la alcaldía TransMilenio no sabía dónde estaban cada día el 70 % de sus buses. Por eso no podía dar la información a los ciudadanos. Hoy TransMilenio sabe en tiempo real cada día dónde está el 98 % de sus usuarios, incluyendo zonales.
¿Cómo va la transformación a una ciudad inteligente?Somos la número uno de Colombia en ciudades inteligentes. Barranquilla es la tercera, si no estoy mal, Medellín es la octava. Pero seguir en ese liderazgo tecnológico, darle empleo y que se consigan empleos en la economía de la cuarta revolución industrial depende de varias cosas.
La primera, transformar, digamos formar a nuestros jóvenes y a toda la población en capacidades digitales.Bogotá necesita menos contadores y abogados y más programadores, pero los tenemos que formar.
Hicimos el acuerdo más grande en la historia de Bogotá con el Sena: vamos a formar a casi 200.000 personas... 45.000 jóvenes van a graduarse, en doble titulación técnica y tecnológica, de carreras de la cuarta revolución industrial.
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Yo lo único que les pido a los que van a hacer campaña es que no la hagan a costa de destruir ni a Bogotá ni a Colombia. Lo que más necesitan Bogotá y Colombia es confianza, empatía. Si Bogotá y Colombia no tienen un liderazgo que construya en vez de destruir, que una en lugar de desunir, no hay plan que valga.
Nos tocó el momento más difícil de la humanidad en 80 años, desde la Segunda Guerra Mundial. Pero de esta vamos a salir juntos y bien. Que cada ciudadano se pueda repetir todos los días: ‘no estoy en mi mejor momento, pero vamos a salir de esto. Yo voy a salir adelante, voy a poder estudiar, trabajar. Y esto que quería hacer, esta tecnología que no tenía, ahora lo voy a poder hacer.
‘Voy a tener conectividad y analítica de datos, y el metro se va a hacer, y el corredor verde de la 7.ª va a llegar’. Confianza, queridos, tener confianza y creer en nosotros mismos, en que somos capaces de salir adelante.
Dos documentos hicieron temer a Bogotá por el futuro de las obras. Uno fue un auto de la magistrada Nelly Villamizar, que sigue la sentencia del río que, en pocas palabras, pedía detener los planes parciales de los municipios de la cuenca del río (entre los que está Bogotá) que no estuvieran armonizados con el Pomca.
Pero (Villamizar) nos dice “Bogotá sí cumple. Entonces, esa medida de suspensión no se nos aplica a nosotros. Pero le pedimos esa claridad para dar un parte de tranquilidad (a la ciudad).
El segundo caso es una resolución expedida por la Secretaría de Planeación que deroga la actualización del mapa de riesgos hecha por la administración pasada. Este mapa fue vital para ubicar el patio taller del metro cerca del río Bogotá; por eso, la resolución causó temor y llevó a algunos a pensar que el patio estaba en jaque.
La cartografía del POT se debe cambiar con el POT, no por resoluciones sin POT. El problema es que esas resoluciones quedaron con un vicio de forma que teníamos que corregir. Pero la buena noticia es que terminamos ya todos los estudios de riesgo y que Bogotá tiene hoy mucha mejor mitigación de riesgo de la que hubiéramos pensado. Y el patio taller no tiene problemas por riesgo.
REDACCIÓN BOGOTÁ
ERNESTO CORTÉS
Editor Jefe de EL TIEMPO
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ANA PUENTES
En Twitter: @soypuentes
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