Al borde del llanto y temeroso de que se llevaran su carro de comida rápida. Así estaba un vendedor informal que, en medio de un requerimiento de la Policía, arrojó su carro de comidas sobre la carrera Séptima. "Mi carro no me lo voy a dejar llevar", decía el hombre, aferrado a su puesto.
(Le puede interesar: Así es el drama de los comerciantes que siguen en cuarentena)
Un video registró que, momentos antes del hecho, un Policía requirió al joven para imponerle una orden de comparendo.
Sin embargo, hubo un hecho clave que antecedió la disputa.
(Además: Estos son los barrios que entran a cuarentena en Bogotá)
La discusiónEl Secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, trinó que, antes de los hechos, la alcaldesa Claudia López había pasado por el punto:
"La alcaldesa pasó en su cicla y le pidió amablemente a Alexander ubicar su puesto donde no bloqueara la ciclorruta. Al cabo de 2 horas no lo había retirado por lo que se procedió con el comparendo. Este vídeo demuestra que él mismo tumba su carro y la policía fue respetuosa", aseguró Gómez.
Inti, la alcaldesa pasó en su cicla y le pidió amablemente a Alexander ubicar su puesto donde no bloqueara la cicloruta. Al cabo de 2 horas no lo había retirado por lo que se procedió con el comparendo. Este vídeo demuestra que él mismo tumba su carro y la policía fue respetuosa. pic.twitter.com/RvW6mMRW70
— Luis Ernesto Gómez👟 (@LuisErnestoGL) January 30, 2021
Sin embargo, horas después se conoció la versión del vendedor informal, quien asegura que hubo irrespeto por parte de la alcaldesa. La versión fue difundida por el Representante a la Cámara Inti Asprilla.
El joven se presenta como Alexander y explica "el atropello" que tuvo López hacia él y su esposa.
"Estaba trabajando el día 28 de enero. Pasa la alcaldesa Claudia López, como a la 1 o 2 p.m., iba en una cicla con dos escoltas. Me dice 'retírese', ni pidió el favor, ni saludó. La decencia a ella le quedó por el piso. Yo le salí y le dije 'cuáles son sus apoyos hacia nosotros'. Y ella de una manera muy vulgar, me dice 'pues trabaje'. Yo me sentí frustrado. Le dije 'cuál es la jodedera suya, si es lo que estoy haciendo'", relata el joven.
Este es el estremecedor testimonio de Alexander, el joven vendedor informal que tras discutir con @ClaudiaLopez fue objeto de un procedimiento policial, en el cual él manifiesta haber botado su carro para que no se lo incautaran. Dura 5 minutos, abro hilo. Ver completo 🙏🏽 (1) pic.twitter.com/g5rrza4QR8
— Inti Asprilla (@intiasprilla) January 30, 2021
Luego, continúa su relato contando el episodio que lo llevó, en medio de la frustración, a botar su carro a la calle.
El video y el contexto de la informalidad en BogotáEn el video difundido por el Secretario se ve cómo fue el momento en que le iban a imponer el comparendo al vendedor y a incautarle el vehículo.
- Esté tranquilo, que todos los alimentos perecederos, usted se los va a poder llevar. Porque así lo estipula la norma -le dice el Policía.
- Cuál norma - responde el vendedor, claramente angustiado y temblando.
- La ley 1801, del espacio público - responde el agente.
Aunque el video del Secretario se corta en ese punto. EL TIEMPO conoció otro video en el que se ve cómo el vendedor se angustia aún más y dice "yo de mi carro no me bajo", "yo mi carro no me lo voy a dejar llevar". Al fondo, se escucha que le dicen "tranquilícese".
(En otras noticias: Hasta por los techos trataron de huir: hallan a menores en chiquiteca)
Es entonces, cuando el hombre, ante el desespero por la posible sanción y el riesgo de perder su herramienta de trabajo, arroja su carro hacia la Séptima.
Esta escena se da en el marco de una serie de protestas de vendedores formales e informales ante las nuevas restricciones de la Alcaldía: que incluyen no solo las que dicta el artículo 04, sino las cuarentenas por UPZ. Y también, en el marco de una nueva norma que busca evitar las 'ferias comerciales' formales e informales para evitar las aglomeraciones.
Y es que este hecho se dio justo el día en que se emitió el decreto 032 de 2021, el que actualmente dicta las normas a seguir en esta etapa de confinamiento. Allí, el artículo cuatro restringe las actividades comerciales los fines de semana en una serie de polígonos. Entre ellos, está la carrera séptima, entre las calles 10 y 26. Justamente, en ese punto, se encontraba el vendedor en cuestión.
Esto es, exactamente, lo que dice la norma:
"Artículo 4: Durante los fines de semana en los que se enduentre vigente la Alerta Roja decretada por la Secretarla Distrital de Salud, no se podrán adelantar actividades comerciales tales como, ferias, exposiciones y demás eventos que se desarrollen en espacio público, en los siguientes polígonos:
a) Carrera 7a entre calles 10 y 26.
b) Entre las carreras 5 y 10 entre las calles 27 y 28 sur. (Sector 20 de Julio).
c) Entre la Carrera 10 y la Avenida Caracas entre las calles 9 y Avenida Jiménez (Sector San Victorino)"
El último informe de tasa de desempleo del Dane indica que, en Bogotá, entre octubre y diciembre, la tasa de desempleo era del 16,8 %
A su vez, en noviembre, el Dane indicó que la informalidad laboral en Bogotá asciende al 39,4 %.
Precisamente, la carrera Séptima es uno de los puntos que concentra buena parte del comercio informal de la zona centro de Bogotá. Y es allí donde se ubica el joven vendedor de la historia: entre la carrera séptima con avenida Jiménez.
Este ha sido un punto crítico en el que las administraciones no han podido llegar a un acuerdo con los informales. A mediados de 2020, este diario contó cómo el Ipes adelantaba un censo. En ese momento, se supo que:
"Se identificaron 512 personas, de las cuales la mayoría son hombres (368) y el resto, mujeres (144) que se encuentran entre los 27 y los 59 años de edad.
Por su parte, los fines de semana se identificaron 781 vendedores informales que tienen las mismas características de sexo y edad que los identificados entre semana, es decir, también en su mayoría son hombres entre los 27 y los 59 años.
De estos 781 identificados los sábados y domingos, 405 se dedican a la venta de artículos usados o cachivaches, 248 comercializan ropa; 68, libros, y 60 comercializan en carretas accesorios para celular, alimentos, y otros artículos".
(Lea la nota: Censo a los informales, ¿la solución al caos de la carrera 7.ª?)
En su momento, se habló de un ‘pico y placa’ para organizar la salida de los vendedores y, así, mitigar las aglomeraciones. Pero nunca pudo implementarse porque no se pudo llegar a un acuerdo. Luego, ya en pandemia, el Ipes mostró cómo había organizado a algunos de los comerciantes en un parqueadero de la zona. Pero hoy por hoy, a las afueras, en una 7.ª recién remodelada, el panorama es caótico: ventas de todo tipo de comidas, artículos de segunda regados en tapetes, mostradores de ropa y toda suerte de ‘rebusque’. La 7.ª se convirtió en un mercado persa que se tomó el espacio peatonal y la ciclorruta.
EL TIEMPO consultó con el Ipes si se han tomado nuevas medidas para la 7.ª. Al cierre de esta edición, no se tenía respuesta. La noticia más reciente que se conoce de la 7.ª es que, en enero, se iban a organizar mesas de trabajo con los informales para involucrarlos en el proyecto del Corredor Verde de la 7.ª.
El caso del joven vendedor informal es, quizá, la gota que rebosó la copa en la larga historia de la deuda con la Carrera Séptima y el comercio que allí se mueve.
BOGOTÁ