Como cada año desde el 2011, jóvenes, adultos mayores, niños y familias enteras sacaron sus bicicletas antiguas, prepararon sus trajes de antaño y salieron a recorrer los lugares más emblemáticos de la ciudad.
Partieron desde la iglesia de San Francisco, visitaron la plaza de Bolívar, el Chorro de Quevedo, el Planetario, los parques Nacional y de los Hippies y terminaron en el parque de la 93 con una ceremonia de entrega de premios y un concierto de música carranguera, a cargo de El Azadón, un grupo de La Calera.
“Nosotros como creadores del ciclopaseo estamos satisfechos con los resultados; hemos logrado tener el apoyo ciudadano suficiente para no depender del Distrito, para generar un evento que no tiene logo y que simplemente pertenece a Bogotá”, apuntó Camilo Rey, uno de los ciclistas urbanos gestores del tradicional desfile.
Por primera vez se sumaron a esta actividad personas en patineta, lo que representa, según Rey, que cada vez más ciudadanos demuestran que sí quieren a Bogotá y se apropian de ella.
Así mismo, llegaron comparsas desde Sabaneta, Antioquia, y ciclistas de Zipaquirá, Cajicá y Ubaté.
“El objetivo es que el próximo año, esta fecha empiece a conocerse como el día del cachaco, para que se integren también los peatones”, puntualizó Reyes.
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