El proceso de paz que se está gestando entre el Estado colombiano y el Eln se vería afectado si se llega a comprobar que este grupo subversivo fue el responsable del atentado ocurrido la noche del miércoles en Bogotá, tras el cual pereció un auxiliar de la Policía y resultaron heridos siete uniformados más.
“Se dificultarían las conversaciones”, señaló en su cuenta de Twitter Juan Camilo Restrepo, jefe del equipo negociador del Gobierno y quien agregó que sería “una torpeza política mayúscula contra un proceso de paz que trata de comenzar”.
La afirmación la hizo luego de que el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, comunicara que todo apunta a que esa guerrilla fue la responsable del hecho. “La hipótesis más probable del ataque terrorista en Bogotá apunta al Eln”, afirmó.
De acuerdo con información de la Policía Metropolitana de Bogotá, el atentado ocurrió hacia las 9 de la noche del miércoles, luego de que hombres armados asesinaran de un disparo en el rostro al auxiliar Carlos Andrés Rubio.
Como el joven no respondía su radio, al sitio acudió un subintendente, quien se percató del crimen y pidió apoyo a otros compañeros; sin embargo, cuando ellos llegaron, los atacantes detonaron un artefacto explosivo que contenía 500 gramos de amonal con metralla, situado a 50 centímetros del auxiliar.
“Lo activaron vía remoto”, informó el general Hoover Penilla, comandante de la Policía de Bogotá.
El intendente Wilfredo Velásquez, los subintendentes Yair Patiño y Yeison Triana, y los patrulleros Freiman Cruz, Edwin Rua, Jonatthan Dulcey y Wilmer Jaimes eran los uniformados.
“Fueron afectados en los miembros inferiores. Uno tiene esquirlas en el rostro y dos tienen afectado el sentido del oído por la onda explosiva”, explicó Penilla.
Hasta el momento, las autoridades realizaron verificaciones de tipo judicial a tres personas que habrían estado en el sector durante el atentado.
Además, se realizan análisis de las celdas de telefonía móvil del lugar para establecer cómo se activó la carga explosiva, y se ofreció una recompensa de hasta 30 millones de pesos a las personas que den información sobre los autores materiales del atentado, ocurrido en la calle 201 con carrera 7.ª, en inmediaciones de la subestación eléctrica de Torca, en el norte de la capital colombiana.
De acuerdo con el general Penilla, el hecho sería parte de un plan pistola para asesinar a policías en el país, pero no se refirió a si el ataque fue perpetrado por el Eln, aunque tampoco descartó que hubiera sido ese grupo armado: “No tengo los elementos suficientes para poderles dar un nombre a los autores de este hecho; se trata de un ataque terrorista contra un integrante de la Policía al que le hurtaron su arma de dotación”.
‘Plan pistola’El Eln ha desarrollado varias acciones contra la Fuerza Pública mediante la utilización de explosivos o francotiradores.
El último ataque se registró en Arauca, donde asesinaron a cuatro uniformados. El primer hecho se registró en Saravena el 13 de diciembre; allí arremetieron, con ráfagas de fusil y explosivos, contra los patrulleros Nelson Andrés Osorno y Pedro Elías Rolón. El hecho se le atribuyó a la comisión Ernesto Che Guevara, del Eln. (Lea también: Santos da 'instrucciones precisas' para combatir acciones terroristas)
A los cinco días asesinaron a dos soldados adscritos a la Décima Octava Brigada, en el caño La Colorada, por la vía que une a Fortul y Saravena. Según la institución castrense, las víctimas fueron atacadas con ráfagas de fusil por guerilleros del Eln.
En los departamentos de Arauca y Norte de Santander, este año han fallecido 18 integrantes de la Fuerza Pública a manos de francotiradores. Ocho son del Ejército Nacional y los restantes 10, de la Policía, quienes murieron por acción del Eln y la banda criminal ‘los Pelusos’, dedicada al narcotráfico.
Terminaba en 6 mesesCarlos Andrés Rubio, Auxiliar de Policía
“Más que un compañero era como un hermano. Todos lo extrañaremos por su alegría”, mencionó uno de los amigos del auxiliar Carlos Andrés Rubio.
Con tan solo 19 años, este joven era reconocido por su amabilidad, compañerismo y humildad. Creció en el barrio Tres Esquinas del municipio de Líbano, Tolima, y hace más de año y medio llegó a Bogotá para prestar servicio en la Policía Nacional, donde duró 13 meses.
Era un fanático del fútbol y se destacaba por ser un jugador intachable en los partidos que organizaba con sus amigos.
Su familia lo recuerda como un joven responsable, un buen hijo y amante de compartir sus días libres con ellos. Su abuelo, Alfonso Domínguez, a quien visitó hace 20 días, comentó que Carlos “no tomaba trago ni fumaba. Mi nieto era dedicado a la institución y nunca escuchamos quejas de él”.
En enero, Carlos Rubio pensaba visitar de nuevo su hogar y solo le faltaban seis meses para finalizar su servicio en la Policía.
BOGOTÁ
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