Los colegios públicos y privados de Bogotá reabrieron la totalidad de sus aulas para recibir a más de un millón de estudiantes, quienes, en su mayoría, pisaron un salón por primera vez desde que el sistema escolar de la capital del país cerró en marzo de 2020 debido a la pandemia.
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El recibimiento en los colegios distritales estuvo acompañado por comparsas, títeres y payasos, y algunos niños aprovecharon la ocasión para llegar disfrazados. La Fiesta del Regreso fue todo lo que prometía; sin embargo, hubo algunos contratiempos.
En la capital, según la Secretaría de Educación, hay más de 800.000 niños, niñas y jóvenes matriculados en 444 instituciones públicas, y 479.000 estudiantes en unos 1.666 jardines y colegios, en los calendarios A y B.
La jornada arrancó con algo de caos en algunas instituciones. Por ejemplo, en el Colegio Integrado de Fontibón Sede B, algunos padres de familia llegaron puntuales, pero después de hacer una larga fila y de estar a pocos metros de la entrada, notaron que cada grado ingresaba por una puerta diferente. “Es terrible que no avisen ni expliquen cómo va a ser la entrada, ahora me toca hacer dos filas más”, dijo un acudiente que llevaba consigo a tres alumnos del Integrado.
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Pese al nerviosismo de algunos padres y al frío de la mañana, en los rostros de los niños se notaba la emoción por volver después de tanto tiempo. Algunos, al percatarse de la presencia de sus amigos, chocaban los puños con timidez. Otros no podían contener la emoción y se lanzaban con los brazos abiertos sobre sus compañeros, todo esto ante la mirada de funcionarios de la Secretaría de Salud, quienes insistían en que todos debían conservar la distancia.
“Lo que más extraño de venir al colegio es poder jugar con mis compañeros en el recreo, pero también a mi profesora de Sociales, pero no sé si pueda acercarme mucho a ellos”, dijo Sandy González, de 12 años, antes de despedirse de su tío y entrar por primera vez al colegio tras 22 meses.

Cientos de niños y niñas llegaron hasta el Colegio Emma Villegas. La alcaldesa, Claudia López, acompañó la jornada de regreso presencial.
Mauricio Moreno. El Tiempo.
El primer cambio relevante con respecto al año anterior, y que los niños notaron de inmediato, es que ya no se exigirá el lavado de manos para el ingreso. “Hemos hecho una inversión en infraestructura para tener todas las medidas de seguridad. Vamos a enfocarnos en el autocuidado, la bioseguridad y la corresponsabilidad. Por ese motivo, el lavado de manos al ingreso será obligatorio, desde ahora vamos a tener varios puntos habilitados para ese propósito”, dijo Edna Bonilla, secretaria de Educación.
Otra novedad que llamó la atención fueron los puntos de vacunación que actualmente funcionan en este colegio y en 19 más, algunas desde el año pasado. De acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, el 64 por ciento de los estudiantes matriculados en instituciones públicas ya inició su proceso de vacunación, cifra que en los privados asciende al 70,2 por ciento.
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Es una enorme ventaja poder contar con la presencialidad, tener contacto directo con los alumnos.
“Sinceramente no estaba enterada de que aquí, en el Integrado, iba a haber punto de vacunación, pero me parece una buena idea para que algunos papás tomen conciencia y vacunen a sus hijos; claro, siempre y cuando nosotros estemos presentes en todo el proceso”, expresó Daniela Estrada, madre de un menor.
Bonilla explicó en un live de EL TIEMPO que para que se adelante este proceso es fundamental contar con el acompañamiento de los padres. “Necesitamos el consentimiento informado y la presencia del acudiente. (...) En las páginas de las secretarías de Salud y de Educación está el listado de los colegios que tienen puntos de vacunación”, explicó.
Aunque el anuncio de las clases presenciales generó algo de resistencia entre los maestros, ya en las aulas el ambiente era de entusiasmo. Astrid Rodríguez, quien dirige desde hace 13 años el grado cuarto del Colegio Integrado, dijo: “Es una enorme ventaja poder contar con la presencialidad, tener contacto directo con los alumnos y no depender de una conexión a internet. Estoy muy emocionada, aunque entiendo la preocupación de algunos por los picos”, dijo.
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En esto coincide Sinayth Arteaga, de quinto grado, quien el año pasado tuvo la posibilidad de asistir a algunas clases presenciales. “Prefiero la presencialidad; en las clases virtuales entendemos igual”, dijo, y agregó “solo que hay niños que no hablan o que no quieren prender la cámara, y eso es aburrido”. Sujain, su madre, dijo que esta situación es un alivio para ambas. “Es bueno que vuelva a entrar en la dinámica de los profesores, el asunto de las guías se estaba tornando desmotivante”, dijo.
“Hoy no solamente es el regreso a clases presenciales, es una nueva etapa de aprender a vivir de una manera distinta”, explicó la alcaldesa Claudia López.
Con la llegada de la hora del recreo, anunciada por una alarma que muchos alumnos reconocieron extrañar, también llegaron los interrogantes. “Profe, me puedo quitar el tapabocas para comer”, le preguntó una niña a una profesora en la puerta del salón. Otro niño se le acercó por detrás con la misma pregunta.
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“En adelante, todo es terreno inexplorado”, dijo a una colega que la observaba desde el aula de en frente. Pese a todas las medidas y a los meses de planificación, justamente esa es una de las preocupaciones de los padres. “Creo que las medidas son necesarias, me preocupa que sean insuficientes”, concluyó Sujain Arteaga.
Unos 230.000 estudiantes retornan a sus instituciones en CundinamarcaCundinamarca también comenzó ayer el regreso a clases. Según cifras de la Gobernación de Cundinamarca, más de 230.000 estudiantes de 276 colegios podrán volver a la educación presencial.
“Mi agradecimiento a los rectores, equipos administrativos, coordinadores y, especialmente, a los docentes, que no solo nos ayudan con el regreso y la formación académica presencial, sino con lo que implica volver a encontrarse y tener contacto con los niños. En Cundinamarca garantizaremos todas las medidas de bioseguridad”, manifestó el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García.
De acuerdo con la Gobernación, en el marco del retorno se invirtieron más de 60.000 millones de pesos en mejoramiento de infraestructura, transporte y alimentación escolar. A su vez, se destinaron 4.000 millones de pesos para la compra de elementos de bioseguridad y otras adecuaciones en las aulas.
Cifras de la plataforma ‘Radar Salud’ de la Gobernación indican que, en el momento, Cundinamarca tiene 4.007 casos activos de covid-19 –la mayoría en Soacha, Zipaquirá y Chía– de los cuales 367 corresponden a personas entre los 0 y 20 años: es decir, el 9 por ciento.
Pese al pico de la variante ómicron, la expectativa de presencialidad al 100 es alta, pues, según cifras de la Secretaría de Educación del departamento, en 2021 “se registró un retorno del 95 % de los estudiantes, siendo Cundinamarca reconocido a nivel nacional por estar entre los departamentos con más alto retorno a las aulas”.
1. ¿Será obligatorio presentar el carné de vacunación para las clases?
No. Por el momento, la Secretaría de Educación no exigirá el certificado a estudiantes de colegios públicos. Pero, como explicó la secretaria Edna Bonilla, “si hay niños que no se han vacunado, esta semana con la Secretaría Distrital de Salud tenemos unos puestos de vacunación (104) en los colegios. Los vamos a tener rotando. ¿Qué es importante?, debemos tener el consentimiento informado del padre o la madre”.
2. ¿Qué pasa si hay un contagio o un brote de covid-19?
“En caso de que se identifique un estudiante con sintomatología respiratoria, se activa la alerta temprana y se informa a la subred de la localidad. Equipos de respuesta inmediata hacen la caracterización epidemiológica. Se define si es un caso aislado, si es un grupo, un brote; se hacen medidas de contención para evitar más casos. Pero, en principio, no debe haber cierre de colegios”, dijo Manuel González, subsecretario de Salud.
3. ¿Cómo se atenderá a los niños que no puedan asistir presencialmente?
“Solo hay una excepción: cuando los niños tienen una condición que está asociada al covid, nos lo hacen saber. Si, por ejemplo, un niño se tiene que aislar, tenemos un proceso. (Pero) hoy la regla general es que la educación debe ser 100 por ciento presencial”, respondió la secretaria de Educación, Edna Bonilla, y anotó que la virtualidad será “un instrumento pedagógico”, más no el reemplazo de la presencialidad.
4. ¿Cómo se garantizará la seguridad de los estudiantes?
Según le explicó a EL TIEMPO el general Eliécer Camacho, comandante de la Mebog, se priorizaron 32 colegios “que tienen afectaciones de estupefacientes o algunos temas especiales”; tendrán atención presencial y cercana de dispositivos de seguridad. “Va a ser todo el año y vamos a fortalecer las capacidades institucionales para proteger a niños, niñas y adolescentes”, dijo, y agregó que el plan incluirá participación ciudadana.
CAMILO A. CASTILLO Y ANA MARÍA PUENTES
REDACCIÓN BOGOTÁ
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