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Así se vivió el primer vuelo del TransMiCable, en Ciudad Bolívar
Así es el TransMicable de Ciudad BolívarAsí es el TransMicable de Ciudad Bolívar
TransMiCable en Ciudad Bolívar

Rodrigo Sepúlveda / EL TIEMPO

Así se vivió el primer vuelo del TransMiCable, en Ciudad Bolívar

Recorrido del nuevo sistema de transporte. La obra cambiará la vida para al menos 700.000 personas.

Cerca de 700.000 personas que viven en Ciudad Bolívar no solo tienen desde ahora una nueva forma de transportarse. Tienen algo de qué sentir orgullo, algo que los ubique en el mapa por una razón distinta a las cifras de inseguridad y pobreza que los han hecho famosos.

Esta comunidad ahora tiene una nueva plataforma para despertar económicamente, para sacudirse el estigma social y atraer inversión a través del turismo y la gastronomía. Tienen una vitrina para exhibir el arte de decenas de organizaciones culturales que ya empezaron a pintar tejados y murales.

Pero sobre todo, esta localidad del sur de la ciudad tendrá más tiempo para su gente. Para llegar temprano a casa, para compartir en familia, para salir a un parque a las 6 de la tarde. Esto es, sin duda, uno de los principales beneficios de la culminación de las obras del TransMiCable, el nuevo medio de transporte que se incorpora a la capital tras dos años y medio de trabajos ejecutados por 2.000 obreros y con una inversión que alcanzó los 240.000 millones de pesos.

Los trayectos que de acuerdo a los mismos habitantes de la zona tardan dos horas, en el cable aéreo serán de 15 minutos. “Uno se demora casi mediodía para ir al centro. Ahora con estos aparatos que se ven así tan elegantes va a ser muy corto el tiempo”, exclamó José Tavera, un vecino de la estación Juan Pablo II.

Esta Alcaldía recibió de la Administración anterior una licitación adjudicada, un contrato para los diseños y construcción y, tras hacer algunos ajustes, emprendió una intensa labor para ejecutarlo de la mejor manera.

Esta obra es el esfuerzo constante del recurso público, de la comunidad que sin duda en este momento estará dichosa, como cada uno de los que participamos

“Esta obra es el esfuerzo constante del recurso público, de la comunidad que sin duda en este momento estará dichosa, como cada uno de los que participamos”, contó Yaneth Mantilla, directora del IDU, justo antes de invitar a un grupo de periodistas a realizar el primer recorrido tripulado a través de los 3,4 kilómetros que hay desde la estación El Tunal de TransMilenio hasta el Mirador del Paraíso, la última parada.

Aunque la obra ya está lista y funcionando, será ahora TransMilenio la empresa encargada de adecuar las cuatro estaciones (Tunal, Juan Pablo II, Manitas y Mirador del Paraíso) con torniquetes y taquillas para que, según cálculos de la Alcaldía, empiece a recibir usuarios en diciembre próximo.

El trayecto se inicia en el portal Tunal de TransMilenio, que tendrá conexión directa con el cable. Las puertas laterales de la góndola –una cápsula roja con negro con dos paneles solares en la parte superior y que pesa 1,6 toneladas–, se abrieron. Dos sillones de madera ubicados en cada costado están listos para recibir a 10 pasajeros sentados.

Desde el techo, una voz a través de un parlante anuncia que estamos en una de las 163 cabinas con las que cuenta el nuevo sistema de transporte y avisa que una cámara de seguridad (que capta todo lo que ocurre en el interior) nos está vigilando.

La directora del IDU explicó que los principales cambios a los estudios iniciales estuvieron en las cabinas. “El diseño estaba en 52 por ciento, lo terminamos e hicimos importantes mejoras. Las cabinas eran para ocho personas, quedaron para diez sentadas. La seguridad no se tenía. Mejoramos la comunicación de las personas que van dentro con las estaciones y la torre de control, pusimos sillas abatibles para facilitar el ingreso de bicicletas, coches de bebés o sillas de ruedas”, señaló Mantilla.

La primera parada es en la estación Juan Pablo II, en el barrio que lleva el mismo nombre. En el trayecto, a través de sendos ventanales, se ve una panorámica nueva de Bogotá.

Al fondo aparecen los cerros orientales en medio la inmensidad de la capital del país. Debajo, una localidad que conserva sus casas apeñuscadas, muchas vías sin pavimentar, un par de quebradas contaminadas y la mirada atenta de cientos de personas que no hallan la hora de poder subirse, aunque algunos aseguran que, por miedo, prefieren seguir usando los buses del SITP.

“No sé si sea por mi edad que me he vuelto cobarde, pero yo no me subo a eso”, anotó una mujer de 63 años que veía con sorpresa el vuelo de las góndolas sobre su cabeza desde el barrio Juan Pablo II. Otra cosa opinó Éber Guarnizo, un vendedor de tintos que lleva 39 años en este mismo sector y quien aplaudió el proyecto.

Esto está muy bueno, por lo menos la localidad queda muy bien con este trabajo, cogen más fuerza todos los barrios

“Esto está muy bueno, por lo menos la localidad queda muy bien con este trabajo, cogen más fuerza todos los barrios”, soltó. El trayecto continúa, la siguiente parada es la estación Manitas, desde la que se alcanza a vislumbrar la última parada: el Mirador del Paraíso.

Para llegar a este sitio atravesamos 24 torres que sostienen el cable de acero de 53 milímetros de ancho. La torre más alta es de 30 metros y la más baja, de cinco. En este punto, el más alto de esta zona de Ciudad Bolívar, Ana Rincón, quien tiene su vivienda justo al frente de la estación, todavía no puede creer que ya esté funcionando el cable aéreo.

“Lo que más me gusta del proyecto es que mis hijos, mi familia, se van a beneficiar. Nos demoramos 45 minutos o una hora hasta el Tunal, y con el trancón, más. Dicen que con el cable son 15 minutos”, afirmó.

Otras transformaciones

Pero además del ahorro de tiempo, la obra trae la construcción de un SuperCade, de cinco parques y una biblioteca. Para el edil de la localidad Cristian Robayo hay una gran expectativa en lo que puede ser una revolución social, turística y económica.

En la zona rural se vienen organizando propuestas comunitarias de turismo, la población en la parte urbana también, hay iniciativas a nivel gastronómico, de guianza, de memoria histórica”, señaló el cabildante, quien agregó que es la gran oportunidad de dar a conocer lugares icónicos de Ciudad Bolívar como la piedra del púlpito, la piedra del niño, el palo del ahorcado o el puente del indio.

“Esto se puede compaginar en un propuesta turística que fortalezca la economía de la gente. Estamos con la expectativa y esperamos que el tema juvenil, el muralismo, las nuevas tendencias del arte, se potencien y se usen las terrazas de las casas para decorar y mostrar el talento que tenemos en ciudad Bolívar”, dijo el edil con una sonrisa de satisfacción, porque finalmente le cumplieron a su comunidad.

ÓSCAR MURILLO MOJICA
EL TIEMPO
En Twitter: @oscarmurillom

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