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Bogotá

Muerte de mujer en C.C. Santafé alerta por desprotección a amenazadas

El centro comercial fue parcialmente evacuado.

El centro comercial fue parcialmente evacuado.

Foto:Nestor Gómez / EL TIEMPO

Julio Reyes fue denunciado en marzo por violencia intrafamiliar, tortura y lesiones personales.

La optómetra Claudia Johana Rodríguez conoció a quien sería su asesino, Julio Alberto Reyes, en la cárcel Modelo, hace dos años, cuando ella realizaba una brigada de salud con los reclusos y él pagaba una condena por matar a dos personas y herir a Margarita Acosta, su exesposa, y Carlos Eduardo Acosta, su excuñado, en un bar.
Poco tiempo después el acusado quedó libre, de acuerdo con las autoridades, alegando problemas mentales. Rodríguez y Reyes se enamoraron y mantuvieron una relación por más de un año, que dejó como fruto un bebé.
Vivieron un tiempo en Bogotá y después Reyes la convenció de que se mudaran a Medellín, donde su familia tenía algunas propiedades. Decía que empezarían una nueva vida, lejos del pasado oscuro que lo perseguía.
Liliana Rodríguez, la hermana de Claudia, y Fernando López, el cuñado, sentían que esa relación no estaba bien. Pese a que Reyes nunca se mostró agresivo, sino que por el contrario se veía amoroso, bueno y solo un poco introvertido; sus antecedentes de agresión y homicidio no los dejaban confiar. Lo que nunca imaginaron es que la historia tendría tan terrible desenlace.
Julio Alberto maltrataba psicológicamente a Claudia, la retenía en la vivienda, no la dejaba maquillarse y no podía salir sin su permiso.“Él parecía un hombre normal. Ella nunca nos contó que la maltrataba, hasta que el pasado 7 de marzo le dio una golpiza, le lastimó los brazos, la cara, las piernas, y fue cuando ella decidió devolverse de Medellín a Bogotá, poner la denuncia en todas las entidades y pedir protección, protección que nunca llegó”, relató Fernando López.
Fuentes de la Fiscalía confirmaron que Reyes golpeó a su pareja en la casa donde vivían en Medellín y los vecinos intervinieron reteniendo al agresor y sacando de la vivienda al menor que estaba en el lugar.
El hombre fue capturado y llevado ante un juez por violencia intrafamiliar, pero el funcionario judicial consideró que había irregularidades en la captura y le concedió la libertad. La decisión fue apelada por la Fiscalía, pero sin éxito.

Ella nunca nos contó que la maltrataba, hasta que el pasado 7 de marzo le dio una golpiza, le lastimó los brazos, la cara, las piernas, y fue cuando ella decidió devolverse de Medellín a Bogotá

Desde ese mismo día, Reyes empezó a acosarla de nuevo, y la amenazó con asesinar a su hijo, a su mamá y al resto de su familia. “Ella me contó que él le había dicho que nos iba a matar, y ella le creía”, dijo López.
El pasado lunes, aproximadamente a la 1:30 de la tarde –según confirmó el general Hoover Penilla, comandante de la Policía Metropolitana– Reyes llegó a la óptica GMO del Centro Comercial Santafé, ubicado en el norte de la ciudad, discutió con Claudia y se fue.
El agresor regresó a las 7 de la noche, la tomó de rehén y la asesinó. Tras intentar todo para que se entregara, la Policía le disparó y, herido, fue conducido al Hospital Cardioinfantil, donde murió.
“Cumplimos con los protocolos para estos casos de toma de rehenes (...), en este caso no conocíamos en su totalidad lo que estaba pasando dentro del inmueble y estábamos supeditados a la conversación que se tenía con el agresor”, afirmó el general Penilla.
López aseguró también que Reyes se devolvió a Bogotá y se aparecía en la casa de la víctima cada que quería, con la excusa de visitar a su hijo. Ellos llamaban a la Policía y los uniformados decían que Reyes tenía derecho a visitar a su hijo, y que no podían hacer nada.

La impunidad es la constante en los crímenes contra ellas

En lo que va del 2017, en Colombia han sido asesinadas dos mujeres por día: el Instituto de Medicina Legal reporta 204 crímenes entre el 1.° de enero y el 5 de abril pasado, de los cuales 24 los cometieron las parejas o exparejas sentimentales de las víctimas.
En 121 de los casos registrados este año no hay información y en 39 el agresor es desconocido. En el caso de Bogotá, de 18 asesinatos ocurridos entre enero y febrero de este año, en 15 no hay información.
Ese es uno de los principales problemas que llevan a la impunidad en los casos de crímenes de mujeres: la falta de información sobre el atacante.
Entre el 2010 y el 2016 (corte a marzo), la Fiscalía registró 588 casos de homicidios de mujeres, y en 422 el proceso no pasó de la etapa de indagación. Esta información fue entregada a EL TIEMPO en su momento, como respuesta a un derecho de petición.
Según el informe, 57 procesos habían sido archivados, 37 (6,3 %) estaban en investigación y 12 (2,2 %) habían ido a juicio oral. De los 588, solo 21 homicidios habían terminado en condena.
El año pasado, la Fiscalía documentó 36 casos en los que las mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas sentimentales, en 16 de las 20 localidades de Bogotá, pero no suministró la información del estado de las investigaciones.
De ahí que se desconce si en todos los casos en que se confirmó que la pareja fue autora del crimen hubo algún tipo de sanción.
La característica común en los crímenes de mujeres por parte de sus parejas es la amenaza de muerte de que fueron víctimas por separarse de ellos.

Procesos en la justicia

En las próximas semanas un juez de Cúcuta definirá si declara culpable o inocente al exconcejal de esa ciudad Julio César Vélez, quien está preso en Venezuela, por la muerte de la joven de 21 años María Claudia Castaño, con quien llevaba apenas cuatro meses de casado.
Ese caso, registrado en abril del 2010, generó protestas y marchas en el país que exigían una mayor atención a ese tipo de crímenes.
El martes, un juez de Cali aseguró a Rodrigo Camacho Barrios, de 41 años, señalado de asesinar con arma blanca a su pareja Yuri Vanesa López Quijano, luego de sostener una fuerte discusión.
El hombre intentó escapar del lugar y fue capturado por las autoridades de la capital vallecaucana.

GMO rechaza el crimen

Voceros de la cadena GMO se pronunciaron sobre el hecho y en un escueto comunicado rechazaron “enérgicamente todo tipo de violencia y en especial en contra de las mujeres”.
También anunciaron que están apoyando a su equipo de colaboradores “para sobrellevar de mejor manera la difícil situación vivida”.
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