A pesar de que los árboles ubicados en los separadores de la autopista Norte, entre calles 100 y 170, son los encargados de mitigar la contaminación vehicular de esta zona y de drenar parte de las aguas lluvias, en este tramo ya no es conveniente sembrar más de estas plantas.
Así lo afirmó el Jardín Botánico de Bogotá (JBB), que indicó que “no hay viabilidad para plantar nuevos árboles debido a que este eje vial presenta un sistema arbóreo denso, en donde los árboles fueron plantados a cortas distancias, lo que aumentó la competencia y alteró el equilibrio entre los árboles existentes y los espacios disponibles”.
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Esta entidad se encarga del cuidado de los 3.604 árboles que actualmente están sembrados sobre este corredor.
Eugenia, jazmín del cabo, chicalá y eucalipto de flor son algunos de los vecinos verdes que, bajo el sol, la luna, la lluvia y el frío, adornan los separadores de este importante corredor vial, junto con otras 95 especies arbóreas.
Las 3.604 unidades en total, distribuidas en 99 especies, donde el 69,7 % son de origen foráneo (extranjero) y el 30,3 % restante son de origen nativo, han ido acompañado esta vía arterial de la ciudad, que terminó de ser adornada con vegetación en el 2014, por el JBB.

Sobre la autopista Norte hay sembradas 147 palmas yuca.
Además de que estos árboles absorben parte del dióxido de carbono que emiten los vehículos que transitan por esta vía principal, otro de los beneficios que le aportan a la ciudad es que ayudan al drenaje de las aguas lluvias, evitando los daños en la capa asfáltica de la troncal.
Aunque algunos de ellos fueron sembrados por la comunidad y por otras entidades, la oficina de arborización urbana del JBB se encarga de brindarle mantenimiento al arbolado de estos separadores cada 45 días.
Entre las labores básicas que la entidad realiza para el buen desarrollo físico y sanitario de estos individuos está el plateo, es decir, remoción de malezas de la base del árbol; fertilización; poda y retiro de ramas bajas y rebrotes, y un riego de aproximadamente 20 litros de agua por árbol, principalmente en épocas secas. (También: Fuertes vientos derriban árbol en vía de Transmilenio)
Por otro lado, los males que más aquejan a estos vecinos son las fracturas, desgarres, descortezamientos y daños mecánicos causados por el alto tráfico vehicular y, en algunos casos, por intervención indebida de los ciudadanos.
No obstante, estos árboles han generado algunos inconvenientes a los conductores que transitan a diario por el corredor de la autopista Norte, entre calles 170 y 100. (Además: Vendaval que sacudió a Bogotá se puede repetir)
De acuerdo con el Jardín Botánico, “la Secretaría Distrital de Ambiente ha notificado, para tratamiento silvicultural, 18 conceptos que relacionan a 75 árboles, en el periodo del 2014 al 2016, de los cuales 35 fueron destinados para tratamiento por tala, 37 para conservación y 3 para tratamiento integral; de ellos el Jardín Botánico atendió 35 talas y se encuentran en proceso los 3 tratamientos integrales”.
Los 3.604 árboles sembrados en los separadores de la autopista Norte, entre calles 100 y 170, representan distintos beneficios para los vecinos. Según Juan Rodríguez, ingeniero civil, “uno de los mayores provechos de la existencia de corredores verdes aledaños a las vías, especialmente arteriales, es la mitigación de la contaminación. Las plantas absorben el dióxido de carbono, porque hace parte de su proceso natural, y así contribuyen a que la comunidad obtenga un aire más limpio”.

El eucalipto de flor es una de las especies que más habitan sobre este corredor. En total hay sembrados 174.
Por otro lado, la construcción de estos corredores también tiene un objetivo especial, pues busca conservar los acuíferos de la ciudad. “Si se llenaran todas las vías de capa asfáltica y no hubiera estos espacios con árboles, dejaríamos de tener acuíferos, pues se cortaría el paso del agua. Mientras que, al existir estos cuerpos arbóreos, el agua se puede drenar hasta la parte subterránea”, dijo Rodríguez. Ante la insistencia de varios vecinos en que se sigan sembrando árboles en estos corredores, el JBB ha señalado que no es recomendable. “No hay viabilidad para plantar nuevos árboles debido a que este eje vial tiene un sistema arbóreo denso, pues los individuos fueron plantados a cortas distancias. Esto les genera afectaciones”, indicaron.
2.831 árboles de hasta 5 metros de altura son los más abundantes entre los separadores de la autopista Norte.
Jazmín del cabo, por ejemplo, es una de las especies más bajas que allí habitan. Este individuo, a pesar de su tamaño, se caracteriza por tener copa ancha. Actualmente, hay sembrados 390 como este, sobre el separador.
De las especies más comunes que allí hay sembradas, eugenias, acacias y eucaliptos de flor son los de mayor altura.
1. Acacia negra: hay sembradas 275 y no hacen parte del repertorio nativo colombiano.
2. Eugenia: se encuentran 216 individuos de esta especie, tradicional de los bosques costeros de Brasil, el oriente de Bolivia y los Andes. Su altura está estimada en, máximo, cinco metros.
3. Eucalipto de flor: es originario de los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria en Australia. De este, usted podrá apreciar 174 ejemplares sembrados en esta vía.
Y de las más de 96 especies arbóreas que allí habitan, el único nativo es el chicalá. Sus 179 representantes se llenan de flores amarillas, naranjas o rojizas.
De acuerdo con el Jardín Botánico, la oficina de arborización urbana realiza mantenimiento al arbolado de los separadores de la autopista Norte, entre calles 100 y 170, cada 45 días aproximadamente.
Las labores, que se dividen en cinco clases de actividades, son consideradas básicas para el buen desarrollo físico y sanitario del sistema arbóreo joven de la ciudad.
1. Plateo: retiro de malezas de la base del árbol.
2. Fertilización: se tienen en cuenta las necesidades y resistencias de los árboles para incorporar adecuada- mente los nutrientes que requieren.
3. Podas de formación: consisten en el corte y retiro de ramas bajas y rebrotes.
4. Riego: se aplican aproximadamente 20 litros de agua por árbol, principalmente en épocas secas.
5. Otras actividades: son labores de retutorado, es decir colocar palos, cañas o estacas cerca de las plantas para que puedan crecer en forma vertical; retiro de escombros en la base y aplicación de tierra, entre otras. Y debido a que la zona donde se encuentran estos individuos es considerada de alto riesgo, la entidad recomienda a la comunidad evitar intervenir estos árboles y comunicar al Jardín Botánico sobre los daños que puedan observar en las diferentes coberturas vegetales de este sector.
TATIANA ORTIZ
Redacción EL TIEMPO ZONA