El concejal del Polo Democrático, Nelson Castro Rodríguez, acaba de recibir el segundo golpe contra su curul y que prácticamente lo pone en la cuerda floja. Este jueves se conoció que en primera instancia, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le declaró la nulidad de su elección, lo que implica la cancelación de su credencial.
La decisión, se lee en la sentencia, obedece a que en el momento en que se inscribió como candidato al Concejo, es decir el 24 de julio de 2015, y también cuando se ratificó su elección, el día 12 de noviembre del mismo año, aún era servidor público en condición de trabajador oficial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAB).
Este fallo se suma a otra decisión que, también en primera instancia, tomó la Procuraduría General de la Nación en agosto del año pasado. El Ministerio Público lo destituyó e inhabilitó por trece años para el desempeño de cargos y funciones públicas por los mismos hechos.
La acción de nulidad y la disciplinaria fueron denunciadas por uno de los sindicatos de la EAB, Sintraemsdes, al considerar que Castro Rodríguez se encontraba inhabilitado para participar en política.
Castro pidió a la EAB una licencia no remunerada, la cual amplió en al menos dos ocasiones para poder lanzarse como candidato por el Polo Democrático al cabildo capitalino. Pero el Tribunal señala, con base en jurisprudencia del Consejo de Estado, que si bien en la licencia el contrato se suspende por la separación del cargo, el funcionario no perdió su calidad de empleado público.
“El tema sigue siendo que yo era trabajador oficial y no empleado público como me han querido catalogar”, le dijo a EL TIEMPO Castro, quien reiteró que, detrás de la demanda, hay un sector del Polo que quiere quedarse con su curul.
Sin embargo, a la luz de las dos decisiones, pareciera que las cosas no van por el camino que este concejal plantea. Según la Procuraduría, durante la licencia, Castro “desarrolló actividades como negociador del sindicato Sintraserpucol” con el Acueducto.
De esta situación también se lee que hay una ‘guerra’ interna por el poder y el control de la EAB, como quiera que fue Castro quien ayudó a consolidar y liderar un sindicato paralelo, lo que desató un conflicto de intereses por el control político de la entidad, entre los dos sindicatos: Sintraemsdes, que fue el que lo denunció y el suyo, Sintraserpucol.
Este caso fue denunciado por EL TIEMPO en agosto de 2015, cuando se desató la polémica al interior de la empresa, tras conocerse que un trabajador y líder sindical pidió una licencia para hacer su campaña política. En ese momento también se informó que Castro montó su sede política a escasos 20 pasos de la empresa, lo que comenzó a levantar todo tipo de intrigas y sospechas entre los trabajadores sindicalizados.
En su momento, el entonces candidato dijo a este diario que un concepto del Consejo Nacional Electoral (CNE), con radicado 6110-15 del 23 de julio, lo avalaba. Sin embargo, al revisar ese documento suministrado en esa época por él, señala que “el ciudadano debe analizar su situación de acuerdo al tipo de vinculación y de cara a los presupuestos legales citados”.
BOGOTÁ