Fue una especie de estrella del rock en la Quinta Cumbre Mundial de Alcaldes, que terminó en Bogotá el pasado fin de semana. Una multitud la acechó para tomarse fotos y estrechar su mano. Antes de partir hacia Francia, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, conversó con EL TIEMPO sobre el futuro de las urbes y de cómo ve el porvenir de su ciudad.
Hija de españoles, Hidalgo arribó a Francia cuando era niña. Creció en la ciudad de Lyon con la idea de vivir en la capital francesa cuando fuera grande. Aunque “no soñaba con ser alcaldesa”, en el 2014 fue elegida en votaciones para ocupar el máximo cargo de la Ciudad Luz. Antes estuvo en tres ministerios, desde los que gestionó leyes y políticas para la igualdad de género.
Amante de los quesos e inclinada por el azul celeste, Hidalgo es de maneras refinadas. No alza la voz con frecuencia, pero le gusta dejar mensajes contundentes: “Tenemos una cultura de libertad y nadie nos pondrá de rodillas”, expresa, chocando sus manos, en alusión a los atentados terroristas que impactaron su ciudad el 13 de noviembre del 2014. Ese día murieron al menos 130 personas y 352 resultaron heridas.
¿Cómo se sobrepuso París a semejante golpe?
Hubo un apoyo del mundo entero que nos emocionó mucho. Como si hubiera pasado algo en el patio de cada uno de quienes nos apoyaron. Eso fue importante. (Además: La dura batalla de la alcaldesa de París contra la contaminación)
El día que ocurrió el ataque todo quedó en silencio, como un desierto (Anne hace una pausa breve y su mirada parece llevarla al pasado)… Pero al otro día salí a la calle y el sol también salió: la calle estaba llena de gente, nadie había dicho que teníamos que salir, pero cada uno dentro de sí sentía que debía salir. Claro, pensábamos en el drama, pero también en que tenemos una cultura y unas ganas de vivir, conectados con el mundo, de manera abierta y tolerante.
Y ahora buscan ser la sede de los Juegos Olímpicos 2024
Sí, estamos con todos nuestros atletas en la búsqueda de este objetivo. Con este evento queremos acelerar la transformación del norte de París, con municipios que están fuera de la frontera administrativa metropolitana, pero que están muy mezclados con la ciudad. Son sitios estratégicos, con poblaciones jóvenes de origen por todo el mundo. Unos Juegos Olímpicos son una gran posibilidad para dar esperanza y optimismo a estas poblaciones y traer cambios. Los valores que mueve el deporte, como el respeto y el esfuerzo, son fundamentales hoy en nuestro proyecto de territorio.
A propósito de gestión, usted prohibió la circulación de carros por el margen del río Sena, igual que prohibió carros con modelos más viejos de 1997 por las calles de París. Esas fueron medidas drásticas
Todos sabemos que debemos disminuir el tráfico de automóviles particulares y que hay que reducir el número de vehículos que funcionan con diésel, porque hay una contaminación tremenda que produce un problema de sanidad pública: nuestros datos demuestran que cada año 2.500 parisinos mueren antes de tiempo por culpa de la contaminación, y nadie responde. Todo el mundo sabe que es una realidad sobre la cual hay que actuar, y se hace difícil cuando se actúa.
Con la peatonalización del Sena no se podía ir por partes, o diciendo que un día carros sí y otro no. Un compromiso como este debía ser total. Estas medidas yo las plantee en mi programa de gobierno y fueron debatidas porque la oposición no llevaba el mismo tema ni la misma filosofía en cuanto a la movilidad. Decían que los carros eléctricos llegarían a aportar su solución en su momento, y yo digo sí, llegarán, pero mientras tanto debemos tener acciones hoy.
¿Qué hacen para tener más equidad social y vincular a los jóvenes al desarrollo?
París es una ciudad joven, con cerca de 300.000 estudiantes. Nuestra edad media es 38 años, lo que es un número bajo en Europa. Les apostamos a la cultura y la educación. (Además: El gran reto de las ciudades es garantizar derechos humanos)
En cultura hemos abierto un lugar nuevo en el centro de París, se llama Les Halles, allí en ese barrio donde casi que empezó todo; es un lugar donde se cruzan todos los medios de transporte, y los jóvenes de las afueras llegan los sábados y domingos a gozar de un espacio de libertad. Cuando lo reestructuramos hicimos un estudio con sociólogos, para que el sitio no fuera tanto para los parisinos del centro como para los otros. Organizamos un espacio que denominamos El Sitio, que abre las puertas para todos; conectamos este lugar con los que funcionan en las localidades periféricas, y a los que ellos también asisten. Ese es solo uno de los ejemplos.
Otro programa que tenemos es que a los jóvenes de esos municipios les ofrecemos estudios extendidos en París y viceversa. No son para todo el tiempo, pero sirven como integración.
¿Qué le diría al mundo para que se aumente la cifra de la ONU según la cual solo el 6 % de los mandatarios del mundo son mujeres?
A muchas otras ciudades (Madrid, Barcelona, Sídney) están llegando mujeres a cargos de responsabilidad, lo cual es bueno. No es que las mujeres sean mejores que los hombres, pero pienso que la experiencia de vida que tenemos dice que es más difícil acceder a estos cargos, de modo que hemos tenido que trabajar durísimo.
También creo que la autoridad no tiene género, se lleva a cabo con trabajo y buena gestión. Las mujeres que estamos llegando tenemos la responsabilidad de decirles a los jóvenes, hombre y mujeres, que el mundo es para compartirlo, con las experiencias de ambos, para que las jovencitas y jóvenes puedan llegar a las oportunidades. La igualdad nos permite ser mejores.
Un estudio de ONU-Mujeres demostró que cuando mujeres alcanzan puestos de responsabilidad son menos corruptas. ¿Por qué? Es tan difícil llegar que una vez lo alcanzas, quieres dejar algo positivo.
¿Y cómo encontró a Bogotá y a Medellín?
Es mi primera visita, pero tengo amigas colombianas que han cuidado a mis hijos y son como de la familia... Descubrí una Bogotá con desarrollo y ganas de enfrentar desafíos de nuestro tiempo, como el cambio climático, pero también con intenciones de mejorar sus condiciones sociales.
En Medellín tuve una experiencia extraordinaria, al ver cómo ha cambiado, cómo ha sido su transformación resiliente. En educación y transporte tiene unos modelos que pueden servirles a muchísimas ciudades en el mundo.
Al alcalde Federico Gutiérrez le pedí que viniera a París, al encuentro Cities for Life, para que cuente la experiencia de su ciudad, en cuanto a inclusión. Esto será el próximo 21 de noviembre.
El C40 se va a MéxicoLa alcaldesa de París, Anne Hidalgo, también preside el C40, que es lo equivalente del G20 (de países), pero que reúne a las 85 ciudades más importantes del mundo. Estas representan a 650 millones de ciudadanos y constituyen el 25 % del PIB a nivel internacional. Estos alcaldes actúan juntos a nivel local pero con alcance global, frente al desafío climático.
Su próximo encuentro, que se realiza cada dos años, será en Ciudad de México, del 30 de noviembre al 2 de diciembre.
“Debemos revisar varias problemáticas y afrontarlas, no solo el clima. Seguridad, movilidad, planificación urbana y educación, todo hay que juntarlo para ir más allá. No se puede trabajar por aparte cada renglón”, enfatizó la mandataria.
FELIPE MOTOA FRANCO
Redactor de EL TIEMPO
En Twitter @felipemotoa