Un oso perezoso y otras 20 especies de fauna salvaje son las principales víctimas de los 77 incendios forestales que han azotado 21 municipios de Cundinamarca en lo que va de septiembre.
Las llamas ya han consumido cerca de 622 hectáreas. Este viernes quedan aún tres incendios activos: uno en Soacha, otro en Nilo y uno más en Viani.
Una de las imágenes más conmocionantes de la emergencia es la de un oso perezoso aferrado a lo que queda de un árbol en las montañas del municipio de Cáqueza.
El animal fue encontrado por bomberos voluntarios, que lograron rescatarlo. Este jueves, además, trabajaron para liquidar el incendio.

Bomberos de Cáqueza rescataron a este oso perezoso afectado por el incendio forestal.
Archivo particular
Según un reporte de la Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR), venados, tigrillos, zarigüeyas, zorros y armadillos son algunas de las especies más afectadas por esta situación.
La CAR alertó que "en el reciente incendio registrado en el municipio de Nimaima, por ejemplo, ha causado la afectación a reptiles como tortugas, boas e iguanas; también a aves como búhos, lechuzas, águilas y halcones; y a mamíferos como ñeques, lapas, zarigüeyas y zorros. Otras aves como turpiales, loros, pericos y cotorras; y felinos como ocelotes y tigrillos, son especies que también han sido afectadas por las llamas registradas en otros municipios como Ricaurte, Girardot, Paime, Nilo y Soacha".
Parte de Cundinamarca está en riesgo de incendio por cuenta de las bajas precipitaciones y las bajas temperaturas. Por lo que se preve que pueda haber conflagraciones en las cuencas de los ríos Bogotá, Garagoa, Suárez, Negro y Sumapaz. Aquí, podría haber "afectación a diferentes ecosistemas como el bosque alto andino, páramos y bosque seco, en los cuales se distribuyen especies emblemáticas, entre ella Oso Andino, Nutria, Venado Soche, Venado de Cola Blanca; Tigrillos como la Oncilla, y aves como el pato andino, la tingua moteada y el cucarachero".
En estos eventos, los animales pueden quedar heridos o ser desplazados de su hábitat en un intento por huir.
Otra de las consecuencias es que los especímenes, al escapar, pueden terminar en ríos o lugares abiertos donde pueden ser atrapados por personas que aprovechan para capturarlas y usarlas como mascotas o elementos de tráfico.
La CAR invita a reportar la presencia de estos animales para poder atenderlas y protegerlas.
BOGOTÁ
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