Este 16 de diciembre se conocerá el fallo final en el caso de la muerte de Ana María Castro, quien falleció el pasado 5 de marzo de 2020, luego de departir en unos bares de la calle 116, en el norte de Bogotá.
En una audiencia llevada a cabo el 8 de noviembre hablaron los testigos del abogado John Cadena, con los cuales el defensor busca demostrar que su defendido Paúl Naranjo, a quien se le imputó el delito de feminicidio, es inocente de la muerte de la joven.
(Lea: Ana María Castro: duras declaraciones contra Julián Ortegón)
El ser humano no tiene la fuerza para causar los golpes que tenía la joven Ana María Castro
"El ser humano no tiene la fuerza para causar los golpes que tenía la joven Ana María Castro". Con esta contundente afirmación comenzó a hablar Alejandro Cuenca, médico general de la Universidad de los Andes, además dice que Fiscalía omitió pruebas de dos vehículos adicionales que pasaron por el lugar y que la pudieron atropellar. Su experiencia comenzó en el 2018 y aprendió en el Instituto Nacional de Medicina Legal los protocolos de necropsia. Luego de graduarse fue médico legista. En temas de accidentes de tránsito, trabajó en una empresa experta en análisis de historias clínicas. Quien lo entrevistó en primera instancia fue Gilberto Rondón, abogado de Julián Ortegón.
(También: Nueva audiencia: ¿Ana María Castro fue asesinada o sufrió un accidente?)
Él analizó seis documentos que relacionan las lesiones de la joven Ana María Castro como el levantamiento del cuerpo, la necropsia, informes periciales, videos, como el de la Chatarrería Tolima, entre otros. Con los datos relevantes de la inspección técnica al cadáver, que ocurre en la morgue del hospital, y los análisis en el lugar de los hechos pudo analizar la zona donde quedó tendido el cadáver. “En la fijación fotográfica que se hizo con una actriz había vestigios del lago hemático. Este es un dato relevante”.
(También: Impresionante choque en la vía Bogotá - Tunja deja 5 lesionados)
En cuanto al video de la Chatarrería Tolima, este permite conocer la posición de la camioneta de Paúl en el carril de la derecha, las luces estacionarias y los vehículos que pasan por el carril de la mitad. “La camioneta abandona el lugar manteniendo el carril derecho y después de que se ha ido se ven pasar dos vehículos por el carril de la mitad y que no han sido identificados. Un sedán y una van no se detienen”.
En cuanto al dictamen de física forense, destacó las lesiones óseas que hablan de un golpe de energía que no sería posible por un golpe contra la calzada, y que la víctima, Ana María Castro, no tuvo un arrastre significativo.
(Además: Una mujer desató una peligrosa persecución en Bogotá)
Agregó que al revisar los resultados de la necropsia y las fotos de esta, las lesiones presentadas por la señorita Castro no son compatibles con una "golpiza" sufrida dentro de un vehículo, sino que corresponden a lesiones de alta energía, con un patrón de impacto derecho, que probablemente se generaron de forma simultánea al haber sido embestida por un segundo vehículo que aún no ha sido contemplado por la Fiscalía.
Además explicó que Castro presentaba un patrón de lesión de alta energía del lado derecho del cuerpo. La lesión más importante presentada por la señorita Castro era una fractura a nivel craneal, que se iniciaba en la región temporal derecha y se extendía por la base del cráneo hasta la región temporal contralateral, así como por la calota hacia la región occipital y parietal. Esta fractura tenía un punto de inicio único a nivel temporal derecho, y corresponde a una lesión de alta energía que muy difícilmente podría haber sido causada con un golpe dado por un ser humano.
También presentaba una hemorragia subaracnoidea difusa a nivel frontal, parietal y temporal izquierdos. Adicionalmente, presentaba contusiones frontales y temporales izquierdas. Estas lesiones hemorrágicas se derivaron del golpe del lado derecho, por un mecanismo de "golpe-contragolpe" que consiste en el rebote del cerebro a nivel de la cavidad craneal posterior a un traumatismo. A continuación, se adjunta un esquema que explica este tipo de lesiones.

Análisis de lesiones de Ana María Castro.
Archivo particular
Explicó que a nivel del tórax, Castro presentaba fracturas costales derechas que comprometían de la segunda hasta la sexta costilla de ese costado. Estas fracturas eran lineales y se relacionaban con las otras costillas debido a que presentaban un patrón de localización conjunta, lo que hace muy probable que se hubieran generado por el mismo traumatismo.
(Le puede interesar: Capturan a cinco miembros de la Primera Línea de Suba)
Finalmente, se evidencia a nivel de la rodilla derecha un área de contusión, edema y hematoma, que habla de un traumatismo a dicho nivel, y que completaría el patrón de lesión del lado derecho del cuerpo de la señorita Castro. Luego de revisar el protocolo de necropsia, así como la historia clínica, no se evidencia que las lesiones a nivel de la rodilla derecha se hubieran estudiado con radiografías, o se hubieran explorado en la necropsia, por lo que no es posible establecer la magnitud del daño a nivel de tejidos blandos (ligamentos, cápsula articular) ni de huesos.
Con base en las descripciones y fotos de la necropsia, así como en el informe de física forense, el médico concluyó que Ana María Castro presentaba un patrón de lesión de alta energía del lado derecho del cuerpo, con lesiones muy importantes en cráneo, tórax, abdomen y rodilla derecha, que probablemente fueron causadas en un traumatismo simultáneo de alta energía, como el que se puede generar al ser arrollado por un vehículo. Las lesiones de la señorita Castro no son compatibles con un politraumatismo sufrido en una golpiza, así como tampoco con una caída de su propia altura ni con un arrastre al caer de un vehículo en movimiento.
La fiscal del caso intentó cuestionar la experiencia de este médico formulándole varias preguntas acerca de sus conocimientos.
REDACCIÓN BOGOTÁ
Escríbanos a carmal@eltiempo.com