Las alarmas por la presencia de tierreros en la zona de reserva forestal protectora de los cerros nororientales entre la localidad de Usaquén y el municipio de La Calera están prendidas.
Autoridades ambientales, administrativas y de policía tienen los ojos puestos en el triángulo conocido como Lomitas, Serrezuela y La Capilla, una zona de frontera compartida en donde se ofrecen lotes ilegales y se anuncia la supuesta instalación de redes de gas, agua, alcantarillado y energía, que resultan ser promesas falsas para engañar a compradores incautos que caen en sus garras.
Según la información oficial, dos hombres les están contando a los ciudadanos de la zona que ya se están adelantando los trámites respectivos ante la Corporación Autónoma Regional (CAR) para hacer proyectos de vivienda en los cerros orientales, lo cual es falso, según la corporación.
Los delincuentes anuncian “trámites relacionados con desenglobe (procedimiento para cambiar las características de inmuebles con un lindero común), ‘loteo’ (cuando el titular de derecho de dominio segrega de un predio de mayor extensión porciones de terreno con el propósito de constituir urbanización y parcelación) y permiso de construcción en la zona”, información que no es cierta, como lo aclaró la CAR.
EL TIEMPO recorrió la zona de frontera en compañía de autoridades locales y también habló con los vecinos del sector para determinar quién o quiénes son los que están detrás de estos movimientos para tratar de afectar la zona de reserva.
Para llegar al sector desde Bogotá se sube por la calle 175 con carrera 7.ª, se avanza por el barrio El Codito a través de una vía que serpentea por entre las casas hasta pasar la zona urbana y alcanzar la zona de reserva. Luego se pasa por una valla que anuncia que está entrando al municipio de La Calera, pero los propios vecinos y los mismos funcionarios nos aclaran que la verdadera frontera fue definida por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi en el 2016.
Sobre la carretera alcanzamos a divisar dos avisos oficiales que alertan a los ciudadanos: “No se deje engañar ni construya en esta zona de reserva forestal”.
También se lee que no están permitidas las construcciones, la minería, tala de árboles, construcción de nuevas vías, el funcionamiento de escombreras ni parcelar.
Lo que sí está permitido son las caminatas, la fotografía, hacer monitoreo ambiental y zona de observatorio. Además aparece el número fijo de contacto 35816 00 extensión 6005 para que los ciudadanos denuncien las irregularidades o para que consulten qué es lo legal.
Los cerros orientales están protegidos por varios fallos, y en particular por la resolución 463 de 2005, la cual redelimitó la reserva, y por una acción popular fallada por el Consejo de Estado en el 2013 que les impuso tareas a todas las entidades, entre ellas a las territoriales y las ambientales, para proteger los ecosistemas y salvaguardar los cerros desde Usaquén (norte) hasta Usme (sur).
El alcalde encargado de la localidad de Usaquén, Antonio López Buriticá, dijo a este diario que en Serrezuela, Lomitas y La Capilla hay 245 ocupaciones ilegales.
Las autoridades y los propios vecinos han identificado a por lo menos dos hombres que se mueven a su antojo en la zona, información que ya está en poder de la Fiscalía, que adelanta las investigaciones del caso.
En los operativos que se han realizado se han impuesto ocho sellamientos de obras de construcción, actividad que a todas luces es ilegal. De hecho, hay una orden de demolición de una bodega que se construyó en Lomitas, decisión que está en firme pero cuyo propietario aún no ha ejecutado.
Según la Secretaría Distrital de Hábitat, en Bogotá hay 29.733 ocupaciones ilegales o informales hechas en ladrillo, bloque, concreto, madera, lata, plástico, entre otros materiales. La mayoría de estas invasiones se hacen de noche, los fines de semana y, sobre todo, los puentes festivos, pues se suele aprovechar estos momentos en que las autoridades están en otras labores o no hay atención al público.
En lo corrido de esta administración se han interpuesto 70 denuncias por este tipo de irregularidades, hay 139 procesos abiertos y, según la información oficial, se ha logrado la desarticulación de siete bandas de tierreros.
Las localidades más golpeadas y que están hoy en la mira de estos delincuentes, además de Usaquén, son Ciudad Bolívar, Rafael Uribe, Suba, Usme, Chapinero y Kennedy.
A la fecha han capturado 59 delincuentes por los delitos de concierto para delinquir, invasión agravada, estafa en masa, falsedad, fraude procesal, urbanización ilegal, fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, entre otros. Y solo en 2019, según el reporte de Hábitat, se han interpuesto siete nuevas denuncias por delitos asociados con urbanización ilegal, invasión de tierras y estafa.

Esta bodega en el sector Lomitas tiene orden de demolición, pero los dueños no la han acatado.
LUISA FERNANDA MÉNDEZ MARTÍNEZ
La CAR reitera que “en la reserva forestal protectora Bosque Oriental de Bogotá no se puede construir.
Laura María Duque Romero, directora regional Bogotá La Calera señala que “tristemente, el desconocimiento de la ciudadanía ha llevado a que personas inescrupulosas se aprovechen de ello y ofrezcan proyectos de vivienda y extensión de redes de servicios públicos que están totalmente prohibidos y afectan el ecosistema y el bolsillo de los incautos”.
Por eso recomienda consultar el Plan de Manejo Ambiental (PMA) Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá, el cual fue adoptado mediante resolución del Ministerio de Ambiente n.º 1766 de 2016 o acercarse a las oficinas de la CAR para mayor información.
En la zona de reserva forestal no se permite la construcción de vivienda nueva, ampliación de vivienda preexistente, establecimiento de estructuras de uso habitacional, expedición de licencias de urbanismo y construcción, nueva red vial ni minería.
Tampoco, la introducción de especímenes, subespecies, razas o variedades exóticas, foráneas e invasoras; la siembra de pinos, eucaliptos, ciprés y acacias; la siembra de especies nativas en monocultivo, la tala salvo autorización de la CAR, nuevas áreas agropecuarias, nivelaciones topográficas, escombreras, deportes a motor, entre otros.
Durante el 2017, el 2018 y lo que va del 2019, la Alcaldía de la Calera, a través de la inspección de policía, ha adelantado 35 procesos en los que ha ordenado la suspensión temporal de las obras identificadas.
En el caso del predio identificado como Lomitas, la Alcaldía de La Calera precisó que parte del terreno es de reserva forestal y parte de corredor vial. Los terrenos no son aptos para la construcción, precisó la Alcaldía.
BOGOTÁ
EL TIEMPO
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