Agricultores en la vereda Chorrillos, en la localidad de Suba, utilizan motobombas para extraer agua del río Bogotá y regarla en cultivos de maíz, papa y hortalizas. Así lo evidenciaron la Secretaría Distrital de Gobierno (SDG), la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), la Personería Distrital y la Alcaldía Local de Suba.
Después de una investigación, estas autoridades ubicaron y desmontaron este lunes una máquina que estaba en funcionamiento en la ronda del afluente. Además, los campesinos montaron tuberías de aproximadamente 100 metros que permitían depositar el líquido y facilitaban su aspersión.
El agua contiene elementos como plomo, arsénico y mercurio, según un reciente estudio de la Universidad Nacional. Esto la hace no apta para el consumo humano y menos para usarla en la agricultura.
Miguel Uribe Turbay, secretario Distrital de Gobierno, aseguró que estos cultivos no volverán a ser regados con aguas “que no cuentan con las condiciones de salubridad necesarias para garantizar la salud de los bogotanos”.
En la misma vereda, las autoridades encontraron cultivos y vacas pastoreando en la ronda del río, actividades prohibidas por el Consejo de Estado, tribunal que a través de una sentencia del 2014 obligó al Distrito a tomar medidas para proteger y descontaminar el afluente.
Los campesinos y dueños de ganado que sigan aprovechándose del afluente se exponen a millonarias sanciones y al decomiso de los animales por captación ilegal e invasión a una fuente hídrica.
Por otro lado, la SDG ha realizado jornadas de diagnóstico y visitas a terreno en las localidades de Engativá, Fontibón y Bosa, donde contabilizó 1.409 reses cerca del río.
Para enfrentar este problema, el Distrito, la CAR y Protección y Bienestar Animal diseñaron un plan para sensibilizar a los propietarios de las vacas sobre las implicaciones que conlleva invadir la ronda. Asimismo, anunciaron que continuarán con las acciones en contra de quienes extraen agua del río Bogotá.
BOGOTÁ