En bloqueos, protestas y enfrentamientos con la fuerza pública terminó envuelto el gremio de bares y gastrobares de Bogotá la noche de ayer tras la decisión de la Alcaldía de suspender el permiso que les había otorgado en agosto del año pasado, una vez terminó el primer pico del nuevo coronavirus en la ciudad, para que pudieran reabrir con la venta de comida, además de bebidas alcohólicas, pero solo como acompañamiento para los platos.
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Desde entonces muchos comerciantes decidieron invertir gruesas sumas de dinero para adaptar sus establecimientos a este nuevo servicio, con cocina incluida, además de los protocolos para cumplir con las medidas de bioseguridad que se les exigió para poder abrir.
“Compré cocina, costó 30 millones de pesos; súmele la inversión de los protocolos de bioseguridad, cinco millones; la asesoría que te hacía una empresa que nos decía qué hacer, dos millones; permisos, fue un tema como de 40 millones de pesos”, hizo cuentas Santiago Enriquez, uno de los comerciantes afectados.
Como él, otros lamentan que varios elementos que fueron adquiridos para cumplir las normas sanitarias, ya no se van a exigir. "Se hizo una inversión en tapetes y otras cosas, que dicen que ya no sirven, así que esa platica se perdió", lamentó otro propietario, quien agregó: “Nos exigen que no abramos, pero no le exigen a los dueños de los locales que tampoco ganen su arriendo, entonces uno qué hace, nos estamos endeudando”.
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Por estas razones, y tras la orden distrital que solo dejó funcionando a los restaurantes y al margen a bares y gastrobares, fue que este gremio, que agrupa a unos 6.000 establecimientos en la ciudad, decidió manifestarse para presionar una mesa de negociación con la Alcaldía, que sesionó ayer en la Secretaría de Gobierno.
Ya la alcaldesa, Claudia López, había advertido que muchos comerciantes nunca se dedicaron a vender alimentos, sino que usaron sus establecimientos para la venta de licor y ofrecer rumbas, tal y como ocurrió el fin de semana pasado en el sector de Modelia, en Fontibón, generando aglomeraciones que terminaron de convencer a las autoridades de ordenar su cierre.
Es importante eliminar este concepto (gastrobar), que ha generado mucha confusión y hablar exclusivamente de bares o discotecas
En este encuentro se acordó una propuesta conjunta de pilotos para bares y discotecas en Bogotá. Esta la presentarán los respectivos gremios y las ajustarán distintos propietarios de estos negocios. La secretaría de Desarrollo Económico y Gobierno, se encargarán de construir el proyecto, junto con representantes de bares y discotecas, para la reapertura gradual de los establecimientos en un "horizonte de mediano plazo para generar certidumbre en empresarios".
El secretario de Gobierno, Luis Ernesto Gómez, reconoció cuál fue uno de los errores en este caso. “Es importante eliminar este concepto (gastrobar) que ha generado confusión y hablar exclusivamente de bares o discotecas, que no están habilitados para funcionar desde el inicio de la pandemia”, precisó el funcionario.
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Adicional a esto se les presentó otra ayuda a este gremio. Estos negocios han sido de los más afectados por la pandemia, por lo que recibirán el apoyo de ‘Microempresa Local’, un programa que cubre un subsidio de nómina de hasta cuatro trabajadores por establecimiento en un periodo semestral, correspondiente a 23 millones de pesos por empleado.
Además, a los empresarios de estos negocios se les hará un descuento del 25 por ciento en el ICA durante este año, y se les congelará el impuesto predial que podrá ser pagado en cuotas.
Fernando de la Hoz, epidemiólogo de la Universidad Nacional, considera que los cierres de los gastrobares fue una medida acertada, viéndola desde su campo de investigación.
Para eso, se basa en un estudio de Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)que analizó varios brotes de covid-19 en Estados Unidos. Allí, se halló que los sitios con alto riesgo de contagio eran los restaurantes y bares "donde las personas se quitan el tapa bocas para comer y tomar", dice de la Hoz.
El epidemiólogo considera que la alcaldesa acertó en decir que los gastrobares son "una piscina de covid" pues entiende que, con esta expresión, hace referencia a que: muchos de estos sitios son cerrados, con poca ventilación, y algunas veces las personas están bajo los efectos del alcohol y sin el tapabocas.
"Si una persona infectada, que es asintomática, se encuentra en un lugar así, contribuyen a que expulse el virus en ambiente", asegura el experto.
De la hoz cierra diciendo que la medida también es acertada porque las personas, al estar bajo los efectos del alcohol, tienden a ser irresponsables con las medidas de autocuidado.
REDACCIÓN BOGOTÁ.
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