Cinco cámaras de seguridad se convirtieron en la principal evidencia sobre el crimen de Ezequiel Rodríguez Hoyos, el hombre acribillado este lunes en la zona de comidas del supermercado Carulla de la carrera 15 con calle 116, en el norte de Bogotá.
Tal como lo reveló EL TIEMPO, se trata de un exconvicto que pagó varios años de cárcel en Estados Unidos y que, hacía unos meses, había regresado al país.
“Vivía muy cerca del supermercado y, según sus familiares, llegó hace dos meses del exterior y salía muy poco a la calle, aunque tiene un par de desplazamientos a la Costa. Pero un supuesto amigo lo citó a Carulla para cerrar un negocio y él accedió”, le dijo a este diario uno de los investigadores.
En la secuencia, en manos de oficiales de inteligencia de la Policía, se ve el momento exacto en el que Ezequiel Rodríguez, de 52 años, llega al lugar, sobre las 9:30 de la mañana. Tras hablar durante varios minutos, su acompañante se levanta de la mesa y empieza a alejarse poco a poco, aparentemente atendiendo una llamada a su celular.
Segundos después, los videos registran el ingreso de dos personas afrocolombianas, de entre 25 y 30 años, que entran al restaurante y uno de ellos dispara en tres oportunidades contra Ezequiel causándole la muerte de manera inmediata.
“Después de disparar en tres ocasiones, los dos hombres salieron tranquilamente del lugar y huyeron, por la carrera 15, en dos motos (una blanca y una negra) hacia el sur. Todo indica que había otro sicario en la parte de afuera esperándolos. Algunos trabajadores intentaron prestarle primeros auxilios a Rodríguez, pero ya era demasiado tarde”, agregó la fuente judicial.
Personas cercanas al exconvicto llegaron al lugar de los hechos hacia el mediodía y, en declaraciones a los medios, negaron que Rodríguez Hoyos estuvieran vinculado a temas de narcotráfico. Según dijeron, se dedicaba al comercio y a negocios de finca raíz, y que no había vuelto a Estados Unidos.
“La esposa, María Elena Botero, dijo que sus líos con la justicia datan de hace más de 20 años. Además, que no habían recibido amenazas y que es falso que estuviera buscando contratar a un grupo de escoltas”, señaló el investigador.
De hecho, según bases de datos oficiales, en Colombia no registraba antecedentes.
Sin embargo, miembros de la Policía están desempolvando su pasado –dicen que pasó más de 6 años preso– para establecer si existe conexión alguna con el crimen, que alteró la tranquilidad de la zona y que se convierte en el sexto acto sicarial que se registra en Bogotá en los últimos seis meses.
En el caso de Rodríguez Hoyos, las autoridades también buscan interrogar al hombre que lo acompañaba y a algunos de los empleados que estaban a esa hora en el supermercado y en la zona de comidas.
Además de rastrear las últimas llamadas que ingresaron y salieron de su celular, otra de las pistas que se sigue es la descripción y el accionar de los sicarios. Investigadores les dijeron a reporteros de este diario que, por la manera como ejecutaron el crimen, se trata de expertos asesinos a sueldo.
Por la fisonomía de los atacantes, no se descarta que se trate de miembros de una oficina de cobro de Cali, que tiene nexos con la llamada banda sicarial que actúa desde San Andresito de la carrera 38.
Aunque en la Secretaría Distrital de Seguridad de Bogotá afirmaron que entre el primero de enero y el 18 de marzo de este año se habían presentado dos casos de sicariato en la capital del país, los registros de medios de comunicación dan cuenta de que en ese tiempo se han presentado tres, incluido el de Ezequiel Rodríguez Hoyos.
El primer acontecimiento se registró el pasado 9 de enero, sobre las 6 de la tarde, cuando un comerciante del barrio Marsella, en la localidad de Kennedy, fue atacado a bala en su propio negocio, una peluquería ubicada en la calle 8.ª con carrera 69B, por dos individuos que iban en una motocicleta de alto cilindraje.
El segundo ocurrió el pasado primero de marzo, hacia las 11 de la noche, cuando un hombre identificado como Édgar Steven Rojas Osorio fue atacado a bala cuando se movilizaba por el barrio Ciudad Tunal, en la localidad de Tunjuelito, por dos hombres que se movilizaban en una moto.
Y el tercero, registrado ayer, en el que asesinaron en el Carulla de la calle 116 con carrera 15, en Usaquén, a Rodríguez Hoyos, se completaría el tercer ataque sicarial en lo que va del año.
Pese a esto, los números de este delito son significativamente menores a los registrados durante el mismo periodo del año pasado. De acuerdo con la Secretaría de Seguridad, entre el primero de enero y el 17 de marzo del 2018 se habían reportado 39 casos en la ciudad.
El promedio de ocurrencia de homicidios por cuenta de ataques sicariales en Bogotá es muy bajo en comparación con ciudades como Medellín. En la capital de Antioquia, entre el primero de enero y el 17 de marzo de este año, hubo 50 casos, algo así como 1,5 al día. Sin embargo, se registró una reducción en 17 hechos frente al mismo periodo del 2018.
Por su parte, en Cali, durante el 2018 se reportaron 498 asesinatos por acciones sicariales, es decir, 1,3 diarios.
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