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CLAVE 1952 PRIMER CAMBIO DE SEXO

En la vida, usted puede escoger profesión, amigos, enemigos, equipo de fútbol, partido político, trabajo y mujer. Lo único que no se puede escoger es padres y sexo. Por allá en los 30, el pequeño George Jorgensen estaba en la encrucijada. Vivía en Nueva York y su padre lo obligaba a revolcarse con sus amigos en los rudos encuentros de fútbol americano del vecindario, en los varoniles partidos de béisbol y, una que otra vez, en el intercambio de trompadas para dirimir diferencias entre los chicos de las pandillas rivales del sector del Bronx.

Armando Caicedo Garzón
Pero George prefería vestir muñecas, jugar golosa, zurcir medias, hacer crochet y mirar con disimulo, por entre las cortinas, a un pecoso pelirrojo que lo tenía matado.
Salido de la adolescencia, George se empleó de fotógrafo en Nueva York, detalle apenas episódico que no cambió en nada su íntimo deseo de convertirse en ella .
Pero en 1941, vino la guerra, y con la guerra, el alistamiento obligatorio.
Como quiera que el rudo sargento de reclutamiento rugió cuando George intentó excusarse de prestar el sagrado deber de defender la patria alegando razones de conciencia, el tímido muchacho sin poder decir ni pío , tuvo que resignarse a combatir varonilmente contra su voluntad durante los tres años siguientes, en el frente europeo.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, George se decidió a cambiar de frente .
En 1950, a los 22 años, el ex soldado solicitó su ingreso al Instituto Médico Serum de Copenague (Dinamarca), con el propósito de someterse a la primera operación en el mundo de cambio de sexo.
El ex soldado puso su problema en manos (expresión apenas figurada) de un famoso galeno danés, de apellido que ni pelipintado para la ocasión: doctor Hamburguer, especilizado en los tejemanejes del cambio de sexo.
Durante dos años, se le aplicó un riguroso tratamiento hormonal, que incluyó la aplicación de no menos de dos mil inyecciones, terapia combinada con seis operaciones quirúrgicas que virtualmente le cambiaron lo poco que a Jorgesen le faltaba por cambiar.
El doctor Hamburguer alcanzó renombre mundial con ocasión del tratamiento aplicado a Jorgesen, pero más tarde, sus explicaciones y los detalles sobre la operación fueron tan poco satisfactorios, que su gobierno le impuso severas restricciones, permitiéndole tratar únicamente a pacientes daneses.
El miércoles 3 de diciembre de 1952, EL TIEMPO publicó encabezando la primera página, la sensacional noticia: George Jorgensen, de 24 años, quien prestó su servicio durante la guerra, consiguió tras seis operaciones convertirse en una hermosa mujer. En la fotografía, lo vemos convertido en la señorita Christine Jorgensen, luciendo modelos diseñados por ella misma .
Al regresar a Nueva York, una nube de periodistas, con pícara curiosidad, mariposeaba a su alrededor. Ella de voz atiplada, dedo parado, sexi cruce de piernas, mirada recatada, caída de pestaña y uña partida demostró que el nuevo sexo le quedaba ajustado a su medida.
Cuando la curiosidad pública se desvaneció, Christine empezó a trabajar en papeles menores en teatro y fue estrella de su propio espectáculo en un club nocturno.
Luego se embolsilló un buen puñado de dólares por los derechos editoriales de su autobiografía y estuvo envuelta en dos muy publicitados romances, que para frustración del mundo, jamás se concretaron en matrimonio.
Apenas habían transcurrido 35 días de la conmocionante noticia de Christine Jorgensen, cuando los científicos pastusos ripostaron sorpresivamente con una operación similar, pero a la vizconversa . EL TIEMPO publicó en titular a dos columnas: Muchacha de Túquerres cambió de sexo con tratamiento practicado en Pasto .
La paciente ingresó a la Clínica Maridíaz con el nombre de María. La información del corresponsal señala: ...sometida a un tratamiento hormonal, se tuvo el cuidado de ilustrar el caso, para los archivos científicos, con reproducciones en cera, trabajo que ejecutó a la perfección el maestro Parra .
El corresponsal en Pasto no tuvo el celo periodístico de identificar a cuál de los órganos fue el que tuvo el maestro Parra que sacarle molde, pero de todas maneras se supo que María fue dada de alta de la clínica, con su nuevo nombre de: simplemente Carlos .
Armando Caicedo Garzón
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