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LAS CORDALES A JUICIO

A través de los tiempos, la cordal adquirió un nombre mucho más popular, que caló de generación en generación: muela del juicio . Esta denominación nació precisamente porque es un molar que erupciona hacia la edad en la cual los jóvenes comienzan a adquirir algún grado de madurez.

LUZ MARTINEZ
Las cordales brotan entre los 16 y 24 años de edad. Son los terceros molares que aparecen en cada lado de los dos maxilares, superior e inferior y son las últimas piezas dentales que salen. Aunque existen casos excepcionales en los que se forma otra muela detrás de la cordal , dice el cirujano maxilo facial Luis Fernando González.
Diversos estudios han determinado que la no formación de estas piezas corresponde al sistema de evolución de la especie, pues desde el primate hasta la actualidad, la humanidad ha presentado cambios en su fisiología.
Los habitantes de la era prehistórica tenían los maxilares más desarrollados porque la alimentación que llevaban les exigía fuerza y por eso, generaban otros patrones de crecimiento. Hoy en día, la dieta y demás factores nutricionales, como no comer alimentos duros y evitar las carnes, hacen que los huesos de la cara se vayan reduciendo , añade el cirujano.
Y precisamente, esta ha sido la razón por la cual las cordales causan problemas, pues los jóvenes no tienen maxilares grandes para albergar una tercera muela; y por lo tanto, para evitar molestias futuras, lo mejor es extraerla.
Sin embargo, existen personas que no sufren para nada con ellas, bien porque tienen suficiente amplitud o porque en la infancia les sacaron piezas que permitieron que las cordales brotaran normalmente.
Trastornos que enferman
Son muchos los riesgos que producen las muelas que quieren salir y no pueden porque no tienen espacio. Las complicaciones usualmente se presentan cuando la persona las detecta tardíamente. Incluso, existen casos en los que se advierten solo hasta los 35 años. De acuerdo con Jorge Vidal, director de posgrados en cirugía maxilo facial de la Universidad Javeriana, no es que a esa edad también salga la cordal, lo que sucede es que el proceso de masticación hace que el hueso se desgaste, y con el paso del tiempo, la muela se descubre , agrega.
Por lo general, los terceros molares se ubican en su totalidad dentro del hueso o erupcionan parcialmente y ocasionan dolor en la zona y hacía el oído o en la cabeza. También producen inflamación.
La cordal puede causar desacomodamiento de los dientes, infección alrededor de la zona (pericoronitis), caries, quistes y tumores de tejidos dentarios que pueden ser malignos , explica Vidal.
Operar es la solución
El problema con las cordales solo se resuelve con la extracción a través de una intervención quirúrgica. Los especialistas, entrevistados por CARRUSEL, recomiendan que el proceso lo haga un cirujano maxilo facial. El procedimiento es muy delicado porque se involucran estructuras anatómicas, nervios y ligamentos , opina González.
Antes de la cirugía es necesario hacer una valoración de las condiciones de la persona, si tiene inconvenientes de coagulación, diabetes, hipertensión o alergias. Además, por medio de una radiografía se debe evaluar la posición de la muela dentro del maxilar, la forma y tamaño de sus raíces, pues esto permitirá medir el grado de dificultad de la cirugía y la técnica apropiada.
Los terceros molares tienen diferentes clasificaciones: pueden estar mesoangulados o con inclinación hacia el segundo molar, horizontales o acostados, verticales y con anomalías radiculares, es decir, con casos de hasta cinco raíces (lo normal son dos o tres), algunas presentan curvatura, son más grandes de lo normal, vienen fusionadas o cada raíz sigue una dirección distinta , explica Vidal.
Dado que esta es una situación traumática, lo mejor es sacar las cuatro cordales en un solo proceso. La operación consiste en aplicar anestesia local o general. La muela se saca entera o se secciona, dependiendo de la localización. La mayor parte están tapadas por tejido óseo, por lo que siempre es necesario romper hueso.
Una cirugía mal practicada puede partir el maxilar y ocasionar dislocaciones en la mandíbula, fracturas en el paladar y en el piso de la boca, hemorragias y adormecimiento de la lengua.
Cuidados después de la cirugía
La recuperación varía de una persona a otra y depende no solo del grado de traumatismo que se sufrió, sino de la capacidad para aceptar el dolor y mantener el control.
- Generalmente, se recomienda una incapacidad de tres a ocho días. Las molestias se disminuyen con medicamentos analgésicos.
- Debido a que la boca es un medio séptico, los especialistas suministran antibióticos para contrarrestar cualquier riesgo de infección.
- La manipulación quirúrgica de los tejidos produce hinchazón en algunas personas. Si el proceso ha sido fuerte se recomiendan antiinflamatorios.
Además de las drogas requeridas, existen otros cuidados postoperatorios que garantizan una exitosa recuperación:
- La alimentación debe cambiarse durante esos días. Convienen los líquidos y una dieta blanda libre de grasas y condimentos.
- La muela que se retira de tejido óseo deja un hueco, por eso, si no hay una adecuada higiene, todos los depósitos de comida se filtran por ese espacio. Los lavados deben ser suaves alrededor de la zona.
- Los enjuagues impiden la formación de coágulo en la herida.
- Se deben hacer terapias locales de frío (hielo envuelto en una toalla) y calor (bolsa con agua caliente) durante 48 horas.
- No se debe ingerir alcohol ni fumar.
Para que la cordal no sea un problema
* Con frecuencia ocurre que las personas suelen aplazar cualquier molestia dental porque no la asocian con algo grave. El caso de las cordales es una situación que debe revisarse periódicamente.
* De acuerdo con la odontóloga Cinthia Fernández, los terceros molares deben extraerse antes de que empiecen a molestar. La gente recurre a la cirugía solo hasta que no soporta el dolor y ve la inflamación , afirma. Por eso, los especialistas coinciden en que es mejor operar a temprana edad como una medida preventiva.
* Según el cirujano Jorge Vidal, entre los 12 y 15 años es posible observar, a través de una radiografía panorámica, el diente en desarrollo, que es cuando se está empezando a formar la corona. Este método permite establecer que las muelas no tienen espacio para salir, y que por lo tanto, van a causar problemas posteriores.
* La intervención en esa etapa es más fácil, el trauma es menor y se reduce en gran medida el sacrificio de tejido óseo.
* Entre un adulto y un adolescente existen diferencias de calcificación. El hueso de una persona de 25 a 30 años es más fuerte que el de un muchacho, pues este último está en crecimiento y tiene cierto grado de elasticidad que permite una operación más sencilla. Además el ligamento que rodea la raíz de ese molar es mucho más ancho que el de alguien mayor , explica Luis Fernando González, cirujano.
LUZ MARTINEZ
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