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LOS SOBREVIVIENTES DE GUTIÉRREZ

La situación se complicaba aún más. Tres horas después de iniciarse los cruentos combates en Gutiérrez (Cundinamarca), un grupo de 12 soldados, que enfrentaba a por lo menos 100 guerrilleros, se quedó incomunicado con el resto de la tropa.

Redacción El Tiempo
Estaban en la vereda La Concepción. Alguno de ellos debía bajar hasta El Cedral, a unos 500 metros del puesto militar, para traer dos nuevas pilas.
El soldado Fredy Iturre Klinger decidió cumplir la misión, pero cuando regresó no encontró a sus compañeros. Una mujer guerrillera y un menor de edad, a 20 metros de distancia, lo encañonaron y le dijeron que se entregara.
Yo me puse el fusil sobre la nuca, como si me fuera a entregar, pero le metí el dedo al disparador.
Esos manes se tiraron a tierra. Entonces yo corrí, me interné en una maraña y me metí a un pozo , cuenta el soldado Iturre.
Allí duró tres horas sumergido, con el barro hasta el mentón. Me buscaron, pero no me encontraron. Me decían: negro h.p. entrégate que no te vamos a matar , pero yo sabía que me iban a matar, y mi mamá no me iba a ver más .
Hacia la una de la tarde Iturre decidió salir a buscar ayuda. El campesino que lo auxilió relata que el soldado le gritaba desde lejos: Vengan y me auxilian . Le quitamos la ropa y le dimos comida , dice el morador.
Combates en tres sitios
Mientras eso ocurría, en la parte de abajo de la cordillera, en El Cedral, el segundo de tres grupos en que se había dividido el batallón, sostenía otro combate.
El soldado Trujillo estaba agonizando. Hacía tres horas que una granada de mortero lo había herido gravemente en su pierna izquierda.
Lo único que nos decía era que no lo dejáramos morir. Nos pedía agua , recuerda el soldado Carlos Fernando Urrea.
Intentábamos rescatarlos -agrega-, pero el enemigo no nos dejaba ni levantar la cabeza. Era imposible acercarnos. El fuego era demasiado .
A las 2 de la tarde, el soldado Trujillo murió desangrado. No era la primera baja del grupo de El Cedral. Dos horas antes un frente de guerrilleros, aprovechando la espesa neblina, engañó a dos soldados haciéndoles creer que eran los refuerzos.
El soldado Castellanos nos dijo: Ahí vienen los nuestros . Bajó en compañía de Quintero para decirles que nosotros estábamos arriba, pero ahí fue cuando nos encendieron a plomo.
Los que estábamos arriba alcanzamos a retomar posición otra vez, pero los dos compañeros murieron , dice el soldado Luis Garncia, otro de los sobrevivientes.
En la vereda Sabaneta, dos kilómetros arriba de El Cedral, se escenificaba el tercero de los combates. Allí fueron encontrados ayer 16 cadáveres de soldados regulares, entre 18 y 22 años de edad, que había sido rematados por los guerrilleros.
Sobre sus cuerpos fueron dejadas las cartas que les escribían las novias, el mensaje de la mamá angustiada y las fotos de sus seres queridos.
La retirada
A las 3 de la tarde del jueves, la guerrilla comenzó su retirada, cargando en camillas a sus muertos y heridos bajaron hacia una trocha que comunicaba con la vereda Potreritos.
Hombres veteranos y de tez morena permitían deducir que no eran de esta región paramosa.
Hacia las 5:30 de la tarde, calculando que ya lo subversivos se habían ido, el soldado Iturre salió a buscar a sus compañeros. Sólo los encontró ayer en la mañana.
Entre ellos estaba Simón Gómez, un medio hermano de Fredy, que no logró evadir la muerte, como sí lo hizo Roque Antonio Montilva, otro medio hermano de Fredy, que en abril de este año, ayudado por una guerrillera, burló a un frente de las Farc, en límites de Antioquia y Chocó.
El soldado Iturre seguirá en el Ejército. Yo no voy a botar una lágrima más por mi hermano. La guerrilla me lo pagará , sentencia.
Redacción El Tiempo
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