El republicanismo del Llano se une al inmenso duelo colombiano, para ofrecer a la venerable memoria del patriarca un merecido tributo.
Con la muerte del general Vargas Santos, desaparece una de las más nobles figuras de la política colombiana. Su actuación, siempre patriótica y generosa, tuvo el sello del más absoluto desinterés, jamás aspiró a medrar en contiendas armadas o en luchas cívicas.
Solo salía de su honrado retiro de Casanare cuando creía que la patria lo necesitaba y a él volvió siempre con las manos limpias y la conciencia tranquila.
Su historia política se confunde con la de nuestros partidos en los últimos 50 años, el liberalismo lo aclamó por jefe suyo en vísperas de la guerra de 1889 y durante ésta desempeñó un papel activo.
Cuando se inició el movimiento republicano fue uno de los primeros en incorporarse a él y con valerosa firmesa se mantuvo leal a este hasta sus últimos momentos.
Me quedo con los neos , dijo una vez, cuando muchos esperaban que él volviera la espalda a los republicanos vencidos.