Los dos pistoleros, cubiertos con capuchas negras, lo esperaron cerca al edificio del Doctorado de Economía. Una vez, el ex hombre fuerte de los diálogos de Tlaxcala y Caracas apareció en las escaleras, para abandonar el centro académico, los asesinos se le acercaron y uno de ellos le disparó.
El tiro fue certero: en la frente. De inmediato, personal del centro educativo auxiliaron al analista de información del Ejército Nacional y lo trasladaron a la Clínica Palermo. Pero era demasiado tarde. La bala había destruido su cerebro.
Una vez se conoció la noticia, a eso de las 6:45 de la tarde, la Policía Metropolitana de Bogotá y la Fiscalía General de la Nación pusieron en marcha una vasta operación secreta para intentar dar con el paradero de los asesinos.
Quién lo mató? La primera hipótesis que valoran los organismos de seguridad del Estado señala que detrás del crimen puede estar la mano de la izquierda. Los expertos consideran que puede ser una respuesta al crimen de Jaime Garzón, ocurrido hace un mes en Bogotá.
Otra hipótesis señala que el asesinato pudo ser planeado y ejecutado por una organización que intenta torpedear el proceso de paz y desestabilizar el país. Y que le apuntaron a Bejarano a sabiendas de que su crimen iba a ser adjudicado a la izquierda.
Los hombres de inteligencia señalan que Bejarano era uno de los críticos más fuertes que tenía el proceso de paz y que se oponía a la forma como las Farc están planteando el canje de soldados y policías secuestrados por guerrilleros presos.
Romería Y mientras los organismos de seguridad avanzaban en sus hipótesis, docenas de personas se agolpaban en las afueras de la Clínica Palermo. Todos, sin excepción, guardaban la esperanza de que, contrario a lo que informaban los medios, Bejarano no hubiera muerto.
Propios y extraños coincidían en señalar que los comentarios y las recomendaciones de Bejarano sobre la realidad del país eran de los más acertados y que sus últimos 10 años los había dedicado a buscarle una salida pacífica al conflicto armado que vive Colombia.
Bejarano, economista de profesión, fue consejero de paz durante la administración de César Gaviria, época en la que encabezó la comisión gubernamental para llevar a cabo las negociaciones con la coordinadora guerrillera en Caracas y, luego, en Tlaxcala, donde fue reemplazado por Horacio Serpa.
Se caracterizó por ser un hombre agudo en la negociación y un defensor de la institucionalidad. Siempre se declaró un convencido de la necesidad de solucionar el conflicto armado por vía de la negociación política.
Al cierre de esta edición el Gobierno Nacional aun no se había pronunciado ni anunciado medidas de emergencia.