Y no es por aguar la fiesta, pero alrededor del mundo científicos, matemáticos y astrónomos han desatado un debate sobre el año en que realmente empieza el nuevo siglo.
Para este grupo de personas, que cada día va en aumento, la cosa no es tan complicada y se remite a un simple cálculo matemático: el calendario juliano (reformado en el siglo XVI por el papa Gregorio) por el cual se rige el mundo occidental empieza en el año uno y no en el año cero. Es decir que saltó del año uno antes de Cristo al año uno después de Cristo (ver gráfico).
Y no es que el monje Dionisius Exiguus, quien fue el encargado en el siglo VI de clasificar los años en esta escala, se hubiera hecho el de la vista gorda con el cero. El problema es que en ese tiempo no se conocía el dichoso número en Europa. El mundo occidental lo importó de la India después del siglo nueve, al igual que los números negativos.
Así, si se cuentan los años del primer siglo, se empieza desde el primero de enero del año uno hasta el 31 de diciembre del año cien, el segundo siglo del primero de enero del año 101 hasta el 31 de diciembre del año 200 etc. Por extrapolación, el último siglo se cuenta desde el primer día del año 1901 hasta el último día del 2000. Es decir que el año entrante sigue siendo parte del siglo XX y el siglo XXI solo empezará el primero de enero del año 2001.
Igualmente, el primer milenio comprende los años uno a 1000, el segundo 1001 a 2000 y el tercero desde el 2001 hasta el año 3000. De hecho, no existe ninguna era, régimen o época que empiece en el año cero. Todas empiezan en el año uno.
El argumento ha sido ampliamente difundido y tiene defensores del alta estirpe. Uno de ellos es el escritor inglés Arthur C. Clarke, autor de la famosa novela 2001: Odisea del espacio.
Con un tono bastante airado, el novelista ha hecho público un comunicado en el que asegura que a pesar de que hay algunas personas que tienen dificultad en entender esto, existe una analogía simple que todos podrán comprender: Si la báscula de su tienda favorita comenzara en el kilogramo 1 en lugar del kilogramo 0, estaría feliz cuando el vendedor le dijera que le ha pesado 10 kilogramos de té? .
Siglo incompleto Según Clarke, sucede exactamente lo mismo con el tiempo. Tendríamos un siglo de 99 años si decimos que el primero de enero del 2000 entramos ya al siglo XXI y al tercer Milenio .
El centro histórico del tiempo en el mundo, el Observatorio Real de Greenwich, está completamente de acuerdo con Clarke y según dijo a EL TIEMPO su directora Kristen Lippincott el primer día del nuevo milenio será oficialmente el primero de enero del año 2001.
Así mismo, lo es para el Observatorio Naval de Estados Unidos, entidad que calcula el tiempo oficial de ese país.
Sin embargo, aquellos que dudan que el resto del mundo sepa contar, son conscientes de que el efecto sicológico de los tres ceros del año 2000 es un tema sin discusión.
Para el historiador y astrónomo del Observatorio Naval de Estados Unidos, Steven Vatick, el cambio de la serie 1900 en el calendario es de por si emocionante y ha llevado a la gente a preparar celebraciones con más vigor que como lo harían en un año nuevo normal. Al fin de cuentas es el año del centenario .
Para Sue Vogifinger, vocera del Consejo del Milenio de la Casa Blanca no hay discusión a cerca de cuando empieza el nuevo siglo. Todo el mundo sabe que es en el año 2001, lo que pasa es que la gente esta emocionada de ver un cambio no muy común en el patrón de la fecha y estar vivo para verlo es razón suficiente para celebrar .
Al igual que Vogifinger, los promotores de los miles de eventos que se preparan alrededor del mundo para celebrar el 31 de diciembre de este año consideran que el debate no tiene importancia, pues prevalece el deseo general de conmemorar una fecha que por si sola es especial.
Pero la emoción colectiva o los tres ceros no es la única razón que esgrimen los simpatizantes del 2000. Algunos tienen su propia teoría matemática.
Con el avance de los estudios astronómicos y arqueológicos, los científicos encontraron que el calendario juliano era inoperante para muchos propósitos. Por ello decidieron crear un sistema que incluyera las dos series de número negativos y positivos. Al hacer esto decidieron incluir el año cero como eje de la escala y corrieron en un año cada numero negativo, es decir que el año -1 es realmente el año dos antes de Cristo, el -2 el año 3 antes de Cristo y así sucesivamente. Esto con el fin de calcular el ciclo de fenómenos recurrentes como los eclipses o el paso de los cometas. Ateniéndose a este sistema, denominado astronómico , los defensores del 2000 encontraron el perdido año cero y señalan el año entrante como el año uno del tercer milenio y del siglo XXI.
Por lo pronto, lo cierto es que con matemáticas o sin ellas el 31 de diciembre de 1999 el mundo celebrará el inicio de un año con un nombre poco común, el inicio del fin de un siglo y a su vez de un milenio y además tendrán un año adicional para preparar una nueva celebración, esta vez sí, la del tercer milenio.
ERROR HISTORICO Como si fuera poco, también existe la posibilidad de que quienes tienen planeado celebrar el 31 de diciembre de 1999 no estén después de todo adelantados un año, sino atrasados tres.
Así es, numerosos historiadores señalan que Dionisius Exiguus, quien debió calcular en el año 531 la fecha de nacimiento de Jesús, para basar todo el calendario juliano en este hecho histórico, tuvo un desfase de al menos tres años.
Según el astrofísico de la Universidad de Harvard, Owen Gingrich, Cristo ya había nacido varios años antes de ese día. Exactamente no se sabe. Es un asunto muy complicado y controversial, pero se estima que fue al menos tres años antes de la fecha señalada por Exiguus.
Esto debido a que Jesús nació cuando el rey Herodes era todavía el gobernante de Judea y se sabe que Herodes murió antes del año 1 después de Cristo.
Por tanto, Cristo debe haber nacido algunos años antes de lo que se cree, lo que significa, dice Gingrich, que nos perdimos el cambio del milenio por completo que habría empezado en 1997.