Pero ni Olga ni Claudia quisieron enfrentarse a la prensa anoche y tampoco a la algarabía que las esperaba en el IPC, donde sus amigos empapelaron los muros con mensajes de reconocimiento y cariño.
Decidieron no venir. Están muy cansadas porque les tocó caminar mucho , dijo Jesús Balbín, director (e) del instituto, a eso de las 7 p.m., al ocupar la mesa que les habían preparado a ellas para atender a la prensa.
Por teléfono, Olga y Claudia les contaron a sus amigos que solo en la mañana de ayer hablaron por primera vez con el comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc), y que también, apenas ayer, supieron que Jairo y Jorge no volvían con ellas a la libertad. Los cuatro estuvieron juntos hasta el domingo.
Las defensoras liberadas esperaban que Castaño Gil les entregara algún mensaje para el país, pero antes de despedirlas el jefe paramilitar les dijo que no tenía nada para decir.
Nunca, durante los diez días de cautiverio, les permitieron escuchar noticias o conocer informaciones de los medios de comunicación, relataron Olga y Claudia a sus amigos del IPC.
Una comisión del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) las recibió en el aeropuerto de Montería, a las 2:30 p.m. de ayer.
A esa hora el delegado del organismo humanitario llamó al IPC en Medellín para avisar que Olga y Claudia ya estaban libres.
Luciano Sanín, directivo del IPC, las recibió luego a las 4:30 p.m. en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, a donde las defensoras llegaron en un vuelo comercial, desde la capital cordobesa.
Al reconocer la liberación de sus compañeras como un acto que se inscribe dentro del respeto al Derecho Internacional Humanitario, el IPC anotó que la situación de ellas frente a cualquier actor armado es similar a la de quienes permanecen secuestrados, Jairo Bedoya Carvajal y Jorge Salazar García, es decir, no son simpatizantes ni colaboradores, ni militan con ninguna de tales agrupaciones (las guerrilleras)...
Los cuatro investigadores sociales fueron retenidos por un comando paramilitar, el pasado jueves 28 de enero, y solo tres días después Carlos Castaño reconoció que los tenía en su poder, en un comunicado donde los declaraba prisioneros de guerra .
El instituto rechazó cualquier prueba que quiera presentarse contra los secuestrados y enfatizó en que los miembros del IPC se ponen a disposición de los organismos del Estado y de la comunidad internacional, si es que existe alguna duda sobre ellos.
También las familias de Olga, una ingeniera industrial que desde febrero del año pasado asumió la organización administrativa del instituto al que se vinculó desde mediados de 1997, y Claudia, socióloga vinculada al IPC desde hace nueve años y actual coordinadora del Programa de Desarrollo y Gestión Municipal, lo mismo que las de los defensores que siguen en cautiverio, dieron fe de su trabajo honesto por los derechos humanos.
Señor Carlos Castaño, tenemos el total convencimiento de que usted está mal informado y le pedimos que rectifique la veracidad de sus fuentes... , le dijeron al jefe paramilitar en un comunicado, al rechazar nuevamente el hecho de que los haya etiquetado como prisioneros de guerra .
La Corporación de Promoción Popular, de la que hace parte el IPC, es una ONG que desde hace 17 años se dedica a trabajos de desarrollo local, gestión pública, derechos humanos y al tratamiento del conflicto armado.
REACCIONES JOSE MIGUEL VIVANCO, Director Human Rights Watch Es un motivo de alegría el que hayan liberado a estas dos colegas del IPC. Sin embargo, es inaceptable que continúen secuestrados los colegas Salazar y Bedoya, a quienes conozco personalmente y sé de su extraordinaria contribución a la causa de los Derechos Humanos. Castaño no tiene facultad para secuestrar a estos defensores, hecho que ha tratado de disfrazar como acciones amparadas por el Derecho Internacional Humanitario. Esto es un paso más en la degradación y degeneración del conflicto armado interno en Colombia, en el que los principales actores siguen siendo los paramilitares. Castaño tiene la obligación jurídica de liberarlos. El debe entender que la única opción es la pronta liberación con el pleno respeto a la integración y a la vida de estos dos defensores .
GUSTAVO BELL, vicepresidente de la República En un comunicado, exigió la pronta liberación de Bedoya y de Salazar y precisó: Ningún sector o grupo de la población civil puede arrogarse la facultad de retener personas bajo ningún pretexto, puesto que esta es una competencia exclusiva del Estado sometida a la ley .
JAIME ZULUAGA, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales U. Nacional.
Por ellas me parece muy positivo, pero lo que es indispensable es la liberación de todos los retenidos. No hay ninguna justificación para que las autodefensas consideren prisioneros de guerra a civiles inermes como los que capturaron. Lo que esperamos es que liberen a los otros... Esa liberación puede ser el resultado de la presión pero plantea un hecho grave, que sea el grupo en armas el que define a quién califica como objetivo militar, eso es inaceptable y viola el Derecho Internacional Humanitario .
ANA TERESA BERNAL, Directora de Redepaz Creo que debió haberse liberado a los cuatro. Creo que eso es injusto. Nosotros consideramos que no tiene porqué haber vinculación de los civiles en el conflicto armado y por lo tanto no tienen porqué ser retenidos por la fuerza. Eso lo hemos dicho siempre, igual que cuando decimos que no aceptamos el secuestro ni ningún método político, económico, ni de otra clase. A los civiles hay que respetarlos .