En efecto, al mismo tiempo que Manuel Pérez se debatía entre la vida y la muerte como consecuencia de una hepatitis, el gobierno de Ernesto Samper, próximo a terminar su mandato, y delegados internacionales de este grupo guerrillero suscribían en España un preacuerdo que dieron en llamar de Viena .
En este se contemplaba ya la posibilidad de avanzar en la realización de una convención nacional, como foro de análisis de la problemática del país.
Días después de su muerte que se conoció el 6 de abril de 1998 Francisco Galán , uno de los voceros de la organización recluidos en la cárcel de Itagi, afirmó que a pesar de su convalecencia, Pérez alcanzó a estar al tanto del acuerdo y que en vísperas de su fallecimiento dio su aval como comandante.
El preacuerdo fue filtrado a la prensa y como consecuencia de ello fracasó. Bajo el mando del nuevo comando central a la cabeza de Nicolás Rodríguez Bautista, el Eln adoptó otra estrategia consistente en propiciar un encuentro ya no con el gobierno sino con representantes de la sociedad civil, cumbre que se llevó a cabo en Alemania.
Fue así como el 15 de julio pasado, se suscribió un documento en el que los asistentes se comprometieron a impulsar la convención nacional, cuyas garantías para su realización hoy discuten el gobierno de Andrés Pastrana y el Eln.
La información que ha dado este grupo guerrillero permite establecer, sin embargo, que su idea de mantenerse en pie de lucha, es decir de no desarmarse ni desmovilizarse, sigue inmodificable, tal como lo era durante el liderazgo ejercido por Pérez.
En el aspecto militar, la muerte del cura Pérez obligó a los elenos a hacer reajustes en sus mandos centrales y a reestructurar sus frentes, durante el último año todos golpeados por las incursiones paramilitares que principalmente se han dirigido a repeler a esta organización.
Expertos militares aseguran que hoy su capacidad armada está diezmada.
Durante los últimos cinco años los ataques del Eln se han dirigido contra la infraestructura petrolera, pero no tiene la capacidad de realizar los ataques a escala contra bases militares que sí poseen las Farc.
Los mismos expertos coinciden al que la mayor fortaleza del Eln en este momento está en el apoyo internacional, demostrado en Mainz, con la Iglesia y los gobiernos alemán y venezolano.