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DOLORES ABDOMINALES Y SUS RIESGOS

Un dolor en el abdomen? De inmediato, un analgésico, un antiespasmódico o un antiácido. Y no pensamos más sino que, más bien, esperamos el efecto para luego olvidarnos del asunto.

Qué produjo ese dolor? Cada uno se autodiagnostica: pudo ser algo del almuerzo que cayó mal, tensión nerviosa, exceso de café, ayuno. Si es una mujer y el dolor se ubica hacia el bajo vientre, se concluye que la culpa es del ciclo menstrual que está, acaba de estar o estará pronto. Si es un hombre, y el dolor se presenta en la boca del estómago, es el resultado dice él- de no haber desayunado, de los tragos de la víspera o de la angustia que le produce la reunión próxima con unos clientes importantes.
Y nunca se piensa más. Sin embargo, los riesgos que cualquier dolor en el abdomen encierra son múltiples. Van desde un simple malestar estomacal hasta una úlcera que se revienta y sangra. Y van también desde un dolor premenstrual hasta cálculos en la vesícula, apendicitis o gastritis.
Pero el temor, el descuido, la falta de tiempo y, por qué no decirlo, la mala costumbre de autodiagnosticarse ponen en peligro la vida de las personas. Y esto lleva a los médicos a formular una advertencia: un dolor en el abdomen puede ser síntoma de muchos trastornos, unos leves y otros graves y de inmediata remisión a un centro hospitalario. Así como automedicarse es peligroso, así mismo y peor aún es autodiagnosticarse.
A este respecto, el cirujano Andrés Isaza Restrepo comenta: Permanentemente se presentan problemas graves por los manejos inadecuados que las personas asumen en el momento en que empiezan a sentir dolor.
Entre las equivocaciones más frecuentes, el doctor Isaza menciona:
Aplazar la consulta
Enmascarar el problema con analgésicos y antiespasmódicos. Creer poder interpretar el origen de un problema cuando ni siquiera los médicos especialistas logran hacerlo sin la ayuda de exámenes apropiados.
El punto más delicado es que muchos de estos casos requieren de una solución quirúrgica de urgencia. Y si ésta se aplaza, la vida de la persona entra en peligro.
Distintos y parecidos
A grandes rasgos, los especialistas distinguen tres tipos de dolores abdominales:
Visceral: es el que se produce, por ejemplo, cuando la persona sufre de gastroenteritis y tiene diarrea. Son dolores intensos pero vagos. Hay molestias en todo el abdomen (desde la última costilla hasta el bajo vientre). Los dolores son difusos, no se ubican en ningún lugar concreto.
Peritoneal: Estos dolores, que son usualmente de manejo quirúrgico, son el resultado de la irritación del peritoneo o membrana que cubre todas las vísceras. A diferencia de los anteriores, tienen una localización bastante definida y el paciente casi la puede señalar con el dedo. Si es, por ejemplo, un dolor fuerte ubicado en la parte derecha media, se puede pensar en una apendicitis; si es al lado izquierdo, se sospecha de diverticulitis; superior derecho, como debajo de las costillas, colecistitis o cálculos en la vesícula biliar.
Dolor referido. Este es el tercer tipo de dolores en el abdomen y de pronto el más difícil de aclarar porque proviene de otro órgano no ubicado en el abdomen. Así, por ejemplo, una neumonía en la parte baja de los pulmones puede reflejarse con dolores en el costado derecho del abdomen. A pesar de no tener nada que ver con el apéndice, son tales las características de estos dolores que se pueden confundir con los que se dan en una apendicitis. Otro ejemplo puede citarse con el dolor en la boca del estómago que se puede presentar como síntoma de un infarto.
Cuando es urgente
Normalmente, cualquier dolor fuerte en el abdomen, sea en la boca del estómago, hacia los lados o en la parte baja, debería ser consultado con un médico. Sin embargo, como no todos asumen esta advertencia, se dan las siguientes pautas generales que implican que es urgente consultar:
Un dolor fuerte, que aparece en forma súbita y permanece.
El mismo dolor fuerte, súbito, que parece calmarse pero vuelve a intensificarse.
Un dolor que comienza insinuoso pero se convierte en progresivo y permanente.
Un dolor que se despierta y agudiza con los movimientos. Por ejemplo, cuando se traslada en un carro.
Un dolor acompañado por fiebre, náuseas y/o vómito.
Cuando va acompañado de estreñimiento y ausencia de gases.
En términos generales, la diarrea que acompaña el dolor abdominal no es síntoma de un caso de urgencia. Sus primeros cuidados deben hacerse en casa, con sueros hidratantes para evitar la deshidratación. Sin embargo, si persiste, se recomienda consultar.
Una lista larga
Qué puede desencadenar y significar un dolor abdominal?
Originados en procesos inflamatorios de los órganos del abdomen. Entre ellos, la apendicitis, la colescistitis, diverticulitis, colitis, gastritis.
Resultado de irritaciones química de la cavidad abdominal: una úlcera gástrica o duodenal que se perfora; un sangrado (frecuente) como resultado entre otros, de una ovulación dolorosa. Es de anotar que la úlcera pudo no haberse manifestado antes y solo darse a conocer cuando se perfora.
-Obstrucción mecánica intestinal.
Problemas vasculares tales como un infarto intestinal.
Problemas metabólicos (casos de diabetes, por ejemplo).
Dolores referidos: infartos, neumonías, problemas neurológicos de la columna vertebral, trastornos en los genitales tales como torsión de testículos, insuficiencia o infección renal; cálculo utretral.
No pasan de moda
A pesar de no ser nombrada con tanta frecuencia como hace unas décadas, la apendicitis sigue siendo una cirugía muy practicada. Aunque la inflamación del apéndice se presenta a cualquier edad, sí se registra un pico hacia la adolescencia.
Así mismo, los cirujanos registran con bastante frecuencia los cálculos en la vesícula biliar. Este es un hecho común y recurrente en los países de América Latina. El paciente típico suele ser de sexo femenino, en edad fértil y con exceso de peso u obesidad.
Los cálculos biliares producen un dolor o cólico debajo de las costillas derecha que se suele manejar en su comienzo con analgésicos. Al seguir latente el problema, y aunque el dolor desaparezca transitoriamente, el caso se agrava por cuanto un cálculo puede obstruir la vesícula y provocan en cuestión de muy pocas horas, una infección generalizada grave. Puede igualmente el cálculo pasar por las vías biliares hasta el intestino y desencadenar una pancreatitis.
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