De nada valieron las protestas ciudadanas en septiembre y octubre pasado, cuando se observó que además de costosas e innecesarias, las obras terminaban estorbando, dijeron ayer varias personas, representantes de distintos sectores de la comunidad. La remodelación de la Sexta costó 2.800 millones de pesos.
Las dos columnas de mármol negro, que el presidente de la Asociación de Ingenieros del Valle, Raúl Ayalde, estimó en un valor de entre tres y cuatro millones de pesos, fueron derribadas el miércoles por obreros de la administración municipal, porque obstruían el paso de los peatones.
La tumbada de las columnas confirma lo que siempre se dijo: que no solamente era un gasto innecesario, sino que además solo cumplían el cometido de obstruir el espacio público , dijo la presidenta de la Veeduría Ciudadana Santiago de Cali, Alicia Osorio.
En su concepto, se debe enjuiciar a los funcionarios de la administración pasada, que insistieron a pesar de la protesta ciudadana en la millonaria remodelación de la avenida sexta.
El concejal Ricardo de Lima, que en septiembre denunció presuntas anomalías en las obras, dijo que lo sucedido esta semana refleja una falta absoluta de planeación en la obra al colocar monolitos en un sitio que reduce el espacio para el peatón. Es inadmisible que no hayan previsto eso , dijo.
De Lima lamentó que se perdió la inversión y por lo tanto la plata de los ciudadanos. Pero advirtió que esto sirve como mensaje, pues si la ciudadanía hubiera hecho veeduría a tiempo, las obras se hubieran hecho de manera adecuada .
Eso nos da la razón , dijo el ingeniero Ayalde. Cuando se estaba construyendo esa remodelación, dijimos que ese proyecto parecía de tesis de grado de un arquitecto: que es para hacer volar la imaginación pero nunca se construye. Pero esta si se construyó .
No nos explicamos ese despilfarro de materiales tan costosos y sin lógica vial , manifestó Ayalde. Ni que estuviéramos en el país más rico del mundo . El mármol a la intemperie pierde brillo y gracia.
El presidente de la Sociedad de Arquitectos, Benjamín Barney, insistió en lo absurdo de haberle metido tanta plata a un proyecto que nadie vio porque nunca fue mostrado ni discutido con nadie.
Consideró que algunos de esos monolitos son inconvenientes, pero le parecen más peligrosos los tubos rojos, que pueden provocar graves accidentes.