Antes de viajar se tomó el trabajo de preguntar sobre Cali y lo que recibió fue advertencias. Siempre le recomendaron que lo pensara muy bien antes de tomar esta decisión ya que aquí a los estadounidenses no se les quería y podían ser víctimas de la violencia.
Pero con estas advertencias y todo John se decidió y lo único que encontró fue gente muy amigable, que lo ha recibido con mucha amabilidad.
Le gusta la ciudad, la ve moderna y progresista. Piensa que en unos diez años todo el mundo va querer venir a Cali ya que será algo así como una ciudad italiana.
Lo que dice el Gobierno de los Estados Unidos no interesa , dice. Es más, existe un mecanismo mediante el cual uno busca información sobre turismo y allí está muy claro abstenerse de venir a Colombia, pero después de estar aquí uno se da cuenta que no importa .
Aunque también dice que uno de los aspectos que no le gustó es la contaminación. Dice también que el tráfico vehicular y los trancones son muchos, pero admite que este es un problema universal.
Las frutas le gustan aunque dice que la mayoría son muy ácidas y prefiere tomarse una gaseosa. Pero hablando de diversión cuenta que ya pasó una noche de rumba en Cali y le encantó por lo cual anda en la búsqueda de lugares para divertirse porque la salsa y el baile son ritmos contagiosos.
El Museo del oro del Banco de la República le pareció muy original por toda la riqueza histórica que posee, y hace referencia a su país diciendo que allá no existe un lugar como este. Y se está preparando para una jornada física ya que va a subir al cerro de las Tres Cruces para divisar la ciudad completamente.
Le parece que Cali es una ciudad muy americanizada por lo que tiene centros comerciales grandes y se puede conseguir lo que se necesite y que es grande y con mucho futuro aunque no tiene la vida tan agitada de los Estados Unidos y esto le encanta, porque ni se siente el acelere por hacer las cosas y esto lo que hace que en las calles la gente sea muy amable y tenga tiempo de hablar un poco sin correr.
John aprovechará para visitar algunos lugares y realizar compras de artículos típicos de Cali y la región para llevarles a sus amigos y cuando llegue a Nueva York decirles: a Cali hay que venir y darse cuenta de que es otra cosa, hay que verla con los propios ojos.