Estas frases salieron ayer de la voz emocionada de Pedro Cañón, líder comunal y representante del Proyecto participativo de construcción de vías peatonales , del barrio Lucero Alto (Ver nota arriba), que ayer recibió el primer premio del concurso cívico Por una Bogotá mejor , organizado por la Casa Editorial EL TIEMPO (CEET) y la Fundación Corona.
Este proyecto fue galardonado con un trofeo, una obra hecha por el reconocido escultor Bernardo Salcedo y 10 millones de pesos que, como el resto de los premios, irá a inversiones del mismo proyecto.
El segundo lugar, entre las 129 experiencias postuladas, fue para el Proyecto de empleo juvenil del Parque de las Artes de Chiminigagua , una obra que se entregó hace año y medio de Bosa.
Allí se emplearon 120 jóvenes que, con sus propias manos, construyeron lo que hoy es el centro cultural y deportivo más importante de esta localidad.
La idea era que estos muchachos, la mayoría de estrato uno y que nunca habían podido encontrar empleo, lograran un sustento y, a la vez, continuaran haciendo arte. Así recuperaron 10 mil metros cuadrados de potrero e hicieron un gran coliseo y un parque donde ahora se reúnen vecinos de cerca de 30 barrios de la localidad.
Este proyecto recibió 7 millones de pesos.
El tercero puesto en el concurso fue para Hagamos de Villa del Prado una Villa de Leyva , que obtuvo un premio de 5 millones de pesos. Este barrio del noroccidente de la ciudad estaba sufriendo de un acelerado deterioro que, además del abandono de los espacios públicos, había generado violencia, especialmente entre los adolescentes.
Un grupo ecológico de jóvenes logró aglutinar al barrio y comenzó por recuperar la calle principal. También, a través de muchas convocatorias a la comunidad, recuperó el parque. Con los comerciantes, la Junta Administradora Local y los vecinos se volvió al tradicional carácter de barrio que se había perdido.
Los ganadores recibieron sus premios de manos de Enrique Peñalosa, alcalde mayor; Rafael Santos, vicepresidente de Relaciones con la Comunidad de la CEET, y Guillermo Carvajalino, director de la Fundación Corona.
La entrega se convirtió en un momento especial para las personas que participaron, pues fue la oportunidad para que intercambiaran sus datos, con el fin de unir esfuerzos para seguir trabajando por la comunidad.