Decía Gouthey: Conseguir ganar algo sin arriesgar nada, lograr experiencia sin ningún peligro u obtener una compensación económica sin trabajar es tan difícil como vivir sin haber nacido .
En síntesis, sacrificarse significa invertir. Renunciamos a algo hoy, de forma que obtendremos más mañana.
La gran mayoría de las personas piensan en el sacrificio como un castigo, como una manera de dejar de vivir y lo que es más triste, como un fracaso.
Como ejemplo les contaré la vida de Jota E., una persona de provincia y de muy limitadas condiciones económicas. Recorría varios kilómetros descalzo desde su casa hasta la escuela todos los días, sin importar el clima ni la distancia y cuando obtuvo su primer par de zapatos se los colocaba poco antes de llegar a la escuela y se los quitaba al salir de ella para que le duraran más, con estos y muchos más sacrificios concluyó sus estudios primarios ante la admiración de la maestra que conocedora de las capacidades y deseos de superación del niño, lo llevó a la ciudad donde su familia (la de la maestra) para que continuara el Bachillerato. El niño tuvo que dejar sus padres y hermanos, sus amigos, su territorio por seguir su sueño, y es así, como estudiando y trabajando en sus ratos libres (ayudaba a la familia protectora en la atención de un negocio) culmina con todos los honores su etapa Secundaria y obtiene por derecho propio una Beca para estudiar la carrera que deseé en una Universidad de la capital.
Nuevamente tiene que separarse de sus seres queridos, de sus protectores, de sus amigos para sacrificarse en busca de algo mejor, que él ya lo sabe, porque siempre se ha sacrificado y ha obtenido a cambio lo que ha querido.
Ingresa a estudiar en la Facultad de Derecho, y se ayuda económicamente trabajando en un billar, primero como mesero y luego como administrador nocturno del lugar. Ya adelantado en sus estudios es nombrado Monitor en la universidad y asistente de una oficina de abogados. Su tiempo está copado por completo, no hay lugar para abusar de fiestas, juergas y demás; sacrificó su tiempo por obtener y otra vez con los máximos honores y tesis laureada, su Doctorado en Derecho.
Monta su oficina y se destaca como un extraordinario abogado y uno de los hombres más ilustres del País. No hay Club que no lo desee entre sus socios, No hay sitio donde no se destaque su presencia, no hay hombre o mujer que no lo admire y entre éstas quien no lo deseé. Consiguió todo lo que anhelaba, y quizá más, pero de no haberse sacrificado jamás lo habría obtenido.
Por eso debemos meternos en la cabeza que : No hay sacrificio sin mejor paga, ni EXITO sin sacrificio .
William A. Martínez Lobo