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VACUNADOS CONTRA EL ESCEPTICISMO

Manuel Elkin Patarroyo estaba tan seguro hace cinco años de lo bien fundado de sus trabajos encaminados a producir una vacuna contra el paludismo o malaria, que estuvo dispuesto a aplicársela él mismo, pero luego desistió porque ello no es aceptado científicamente. El viernes pasado, la prestigiosa revista médica británica The Lancet publicó un resumen de los resultados de la investigación llevada a cabo desde hace más de 10 años por Patarroyo y su equipo internacional y que desembocaron en la vacuna sintética SPf66, cuya eficacia fue comprobada en Colombia.

En el campo de la medicina, la publicación de un artículo en esta revista equivale a un reconocimiento de las autoridades científicas internacionales.
Según un despacho de la AFP, fechado en Londres, Patarroyo, en colaboración con científicos españoles de la Universidad de Granada, el Centro de Biología Molecular de Madrid y el Instituto Llorente, logró desarrollar la primera vacuna contra la malaria, enfermedad que cada año mata en el mundo a 3.500.000 personas.
Nuestros resultados ponen en evidencia las potencialidades de las vacunas obtenidas por síntesis química como un medio eficaz y abordable para los países en vías de desarrollo en sus investigaciones para controlar las enfermedades transmisibles , afirmaron los investigadores en su artículo.
El pasado 10 de febrero, el diario francés Liberation, en su suplemento científico señalaba que los numerosos trabajos sobre futuras vacunas contra la malaria distan mucho de haber dado resultados. Desde la última guerra mundial el descubrimiento de la vacuna fue anunciado varias veces para luego ser desmentido .
Liberation citaba los trabajos del inmunólogo colombiano no sólo en su propio país sino en Africa para decir que no eran convincentes .
Según el diario El País de Madrid del sábado pasado, la vacuna de Patarroyo en la que lleva trabajando diez años fue recibida al principio con reticencias. Algunos científicos achacaron su éxito a que en Colombia, donde es director del Instituto de Inmunología de Hospital San Juan de Dios de Bogotá, ha dispuesto de suficientes monos para experimentar algo muy difícil en los países desarrollados .
Eureka!
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha controlado la vacunación de 600 niños de la paupérrima región de Kilombero, en el sureste de Tanzania, hecha por Patarroyo y su equipo, aclaró que pese a los buenos resultados obtenidos la vacuna sólo estará disponible dentro de algunos años.
Varios importantes laboratorios farmacéuticos suizos y estadounidenses trabajan también intensamente para fabricar la vacuna.
Habida cuenta de que en 1990, según la OMS, el 40 por ciento de la población mundial estaba amenazada por el paludismo , depositar una patente y fabricar un producto para impedir la enfermedad representa millones de dólares de ganancias en perspectiva.
En 1988, en una entrevista publicada en el diario El Espectador, Patarroyo hablaba de su excitación y sus dudas. Habíamos discutido el protocolo para hacer el estudio en humanos y desmenuzado los lineamientos establecidos por la OMS para este tipo de ensayos, pero teníamos dudas; nos faltaba coraje para hacerlo --decía--. No sabíamos por qué estábamos asustados, si la eficacia del trabajo en micos nos mostraba que estábamos en lo correcto, que la vacuna era inocua. Era segura para ser usada en humanos. Sin embargo, nos daba miedo. Pensamos en aplicárnosla nosotros mismos, pero eso no es aceptado científicamente. Pensamos en voluntarios: prisioneros, estudiantes de medicina. Decidimos que el mejor sitio eran las fuerzas militares de Colombia .
Trece soldados fueron vacunados y luego expuestos al parásito. Los resultados obtenidos en ese entonces le permitieron exclamar: Hallamos la vacuna! .
Ahora lepra
Manuel Elkin Patarroyo --señala la AFP de Bogotá-- nació hace 47 años en la población de Ataco, en la provincia agrícola del Tolima, centro de donde fue enviado por sus padres a la capital del país para que adelantara estudios primarios y secundarios en el colegio José Max León y luego medicina en la estatal Universidad Nacional de Bogotá.
Tras recibir su doctorado en medicina y cirugía en 1971, se especializó en las universiades de Yale y Rockefeller de Nueva York (Estados Unidos) y en el Instituto Karolinska, de Suecia.
La labor de Patarroyo comenzó en 1978 cuando, en compañía de un grupo de colegas suyos, fundó en Bogotá el Instituto de Inmunología, donde se dieron a la tarea de trabajar en moléculas y a analizar su composición química y reglas físicas de comportamiento.
Inicialmente, trabajaron sobre la tuberculosis y luego en el Plasmodium falciparum, que en otras palabras tiene que ver con el parásito que causa la malaria.
La tarea de Patarroyo no termina ahí. Ahora tiene en su agenda y en laboratorio adelantos muy positivos sobre la vacuna contra el bacilo de la tuberculosis y la lepra. En la última ya desarrolló un método de diagnóstico precoz con el fin de atender oportunamente a los pacientes con esa enfermedad. Para ello, el médico colombiano ha comenzado pruebas con éxito en ratones y micos Aotus del Amazonas, región selvática en los límites con Brasil.
Patarroyo tiene en proceso de patente el primer método de diagnóstico precoz de la lepra.
Vacuna segura y barata
El científico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, que junto con colegas de su país y de España desarrolló la primera vacuna sintética contra la malaria, aseguró en Londres que esta es segura y barata .
Durante una rueda de prensa celebrada en la capital británica, Patarroyo señaló que la vacuna conocida como SPf66 es segura y puede ser usada, además de no tener efectos secundarios.
Si uno prepara algo tiene que estar seguro de que no dañará a nadie , dijo el médico colombiano, quien agregó que esta vacuna es extremadamente barata .
Patarroyo desarrolló la vacuna con la colaboración de médicos españoles del Instituto de Parasitología López Neyra de Granada y de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Clínico Provincial de Barcelona (España).
El médico colombiano resaltó que las primeras investigaciones para desarrollar esta vacuna comenzaron en 1978 en el Hospital San Juan de Dios de Bogotá.
Patarroyo dijo que la SPf66 consiguió reducir en un 40 por ciento la incidencia total de la malaria, que resultó ser aún más eficaz en dos grupos: el de los niños entre uno y 4 años, con el 77 por ciento de autodefensa, y el de los adultos mayores de 45 años, con el 67 por ciento.
El inmunólogo, que dijo que se sentía orgulloso de haber desarrollado la primera vacuna sintética contra la malaria, expresó su satisfacción de que su investigación pudiera ser publicada en The Lancet.
Esta vacuna es otra arma contra la malaria , dijo Patarroyo, que confesó que recibió ofertas de compañías farmacéuticas interesadas en comercializar la vacuna.
Sin embargo, el médico colombiano aseguró que le resulta muy difícil aceptarlas porque quiere dar la vacuna al mundo .
La vacuna fue probada en 1.548 voluntarios en el área de La Tola, en el Departamento de Nariño.
La SPf66 tiene como objetivo la protección contra la denominada malaria falciparum , el tipo más común de esta enfermedad, provocada por la picadura del mosquito anofeles y que produce fiebre alta.
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