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NO HAY SOBREVIVIENTES ALLÁ ARRIBA

William Valverde sabía que iba a morir. Segundos antes de que el Boeing 727 chocara con el cerro El Cable, ubicado al nororiente de Bogotá, tomó entre sus manos su carné de identificación. Una hora y media después fue hallado con la mitad de su cuerpo enterrado en la tierra mojada y su mano apretando el documento de identidad.

Gracias a ese carné, los miembros de las brigadas de rescate lograron saber que se trataba de un guía turístico nacido en Puerto Ayora, Ecuador, la primera víctima que se identificaba del siniestro aéreo que a las 4:49 minutos de la tarde de ayer dejó como saldo 43 pasajeros y 10 tripulantes muertos.
Al Boeing solo le faltaron 50 metros de altura para superar el cerro, que como en un accidente ocurrido en el mismo lugar en agosto de 1973, terminó con la vida de todos los ocupantes.
Enterado , dijo el piloto ecuatoriano Jaime Vasconez cuando la torre de control del aeropuerto le advirtió que iba desviado: vire hacia la derecha , le insistió. Pero cinco minutos después de haber despegado se observó una bola de fuego y empezaron a llover del cielo pedazos del avión, maletas, ropa, fotografías, documentos, agendas, restos de árboles calcinados y el plan de vuelo.
Los restos cayeron a los pies de los transeúntes del sector de Chapinero, zona ubicada a dos kilómetros de El Cable, y en oficinas, casas y edificios de apartamentos que circundan el área.
La explosión de la aeronave fue de tal magnitud que los cristales de las casas ubicadas en las cercanías del siniestro resultaron averiadas.
Solo dos colombianos, Saúl Enrique Urueta y Pedro Pablo Curtidor Naranjo, estaban en el avión del Transporte Aéreo Militar del Ecuador, Tame, que Air France fletó para hacer la ruta Bogotá-Quito, la misma que adelanta desde hace un año, según informó Francisco Emilio Erazo, representante de la aerolínea ecuatoriana.
Curtidor tenía un carné que lo acreditaba como jefe de producción de Maquiplast, de la Zona Franca de Barranquilla, empresa en la que trabajó hasta hace seis meses y con la que se comunicó el viernes pasado, según dijo el gerente de la firma.
El resto de los ocupantes eran extranjeros, entre ellos un hondureño y un sueco que abordaron la aeronave en Bogotá. Al cierre de la edición se había rescatado a 14 víctimas, entre ellas dos menores de edad.
Con los tanques llenos...
La aeronave, identificada con la matrícula HCH PTQ, que había salido del aeropuerto internacional Eldorado con sus tanques llenos de combustible, explotó en una amplia zona de los cerros con sectores minados debido a que muy cerca están apostadas las antenas repetidoras de la Policía.
La Aeronáutica Civil y la empresa Tame se abstuvieron de emitir versiones sobre las posibles causas del siniestro y dijeron que esperarían los resultados de las investigaciones.
Muy cerca de los cadáveres se encontró la caja negra del avión, que servirá para determinar las causas del desastre. También se halló el tren de aterrizaje, la única parte del avión que quedó intacta.
La aeronave había partido del aeropuerto Eldorado a las 4:44 de la tarde, cubriendo el itinerario que normalmente realizaba los días lunes, jueves y sábados.
Según lo pudo establecer EL TIEMPO, el aparato había partido con condiciones meteorológicas adversas. Incluso, versiones extraoficiales indican que minutos antes del accidente el Boeing trataba de regresar al aeropuerto Eldorado.
También se supo, a través de fuentes de la Aerocivil, que el avión no tenía el transponder, aparato que emite a la torre de control datos sobre su altura y posición.
Una vez conocido el accidente, por orden de la Aeronáutica Civil se suspendieron todas las operaciones aéreas en Bogotá. No obstante, esta madrugada se normalizó el tráfico aéreo.
Difícil rescate
A pesar de que el cerro de El Cable está cerca a la avenida Circunvalar, una de las principales de Bogotá, las acciones de rescate no pudieron empezar de inmediato pues la congestión que se registraba en las vías de la ciudad impidió que se desplazaran rápidamente.
Incluso, algunas ambulancias de hospitales y clínicas cercanas quedaron atrapadas en el trancón.
Los primero en llegar, cinco minutos después del siniestro, fueron los saqueadores que bajaban de las montañas con equipajes, joyas, documentos e, incluso, partes del aparato.
Algunos periodistas y fotógrafos no lograron ingresar al sector debido a que una banda de delincuentes se instaló en la mitad del recorrido y alcanzó a herir y saquear a varios de ellos.
Mientras esto ocurría, partes de cerro permanecían en llamas, lo que complicó las labores de miembros de la Cruz Roja, la Defensa Civil y efectivos de la Estación de Policía de Chapinero.
Tan pronto los cuerpos de socorro llegaron al lugar del siniestro acordonaron la zona para evitar los saqueos y, minutos después, encontraron la caja negra.
A las 6:30 de la tarde, debido al fuerte aguacero que caía sobre Bogotá y que ponía en peligro la vida de los socorristas por lo escarpado y resbaloso del terreno, las autoridades de rescate anunciaron la suspensión de las labores.
Sin embargo, un grupo de montañistas de la Cruz Roja, al mando de Mauricio Toro, decidió continuar durante toda la noche con actividades de búsqueda e identificación de las víctimas.
Para aprovechar la zona despejada por el Ejército y evitar los curiosos, los 20 hombres de la Cruz Roja, entre ellos cinco montañistas expertos, pasaron la noche en el cerro con el fin de estar atento al rescate de posibles sobrevivientes.
Paralelamente, Jorge Baca, jefe de la División de la Unidad de Reacción Inmediata de la Fiscalía, se reunió con miembros de organismos de rescate para coordinar las labores de apoyo que 100 hombres de esta entidad y de la Aeronáutica iniciaron hoy en la madrugada.
Entre tanto en los aeropuertos internacionales de Quito y Bogotá, familiares de las víctimas incluidos los de William Valverde, intentaban establecer el destino provisional de los cadáveres.
LAS VCTIMAS
Esta es la lista de los 10 tripulantes y de 43 de los 51 pasajeros que murieron ayer al estrellarse el avión de la compañía ecuatoriana Tame, en el cerro del Cable, en el oriente de Bogotá.
Tripulantes: comandante: Jaime Vascones; copiloto: Carlos Cadena; ingeniero de vuelo: Luis Delgado; técnico de operaciones: Patricio Torres; auxiliares de vuelo: Cecilia Salas, Mercedes Rubio, Paul Vivanco, Carmen Páez, Elizabeth Torres y Carolina Vela.
En cuanto a la lista de pasajeros suministrada por el comandante de la Policía en el aeropuerto Eldorado, coronel Francisco Javier Bermúdez, esta registra a: Pedro Pablo Curtidor y Saúl Enrique Urueta Buelvas (colombianos) y a Bjorn Gunnar Hornfeldt (ciudadano sueco) y a Jorge Denis Bueso Madrid (ciudadano hondureño). Estos cuatro pasajeros abordaron el avión en el aeropuerto Eldorado.
Otros pasajeros son: Oscar Gallardo, José Gallardo, G. Gallardo y otra persona del mismo apellido. Danny Cortina, Ettor Dalmas, Germán Martínez, Dan Authenac, J. Anhalzer, Eric Baudoin, Joachi Cigán, A. Loporto, Hannem Bolch, J. Maisonnave, Irmga Breyer, P. Díaz Tapia, Paola Plaza, Fabio Valverde, Claude Zebrowski, S. Citaristi, M. Cusimano, Hans Kuhnel, Angel Kuhnel, Jackie Zapata, Julia Zapata, N. Rodríguez, Nybochcristen, Jim Andersen, Sonia Caicedo y otra persona del mismo apellido, Villien, Ossim Marxer, M. Taylor, Aless Algisi, Xiongwei Bai, Antonio Viyari, Olga Zunio, Antonio León y Karín Zúniga.
Cuatro pasajeros más abordaron el avión en el aeropuerto Eldorado. Sus nombres son:
Pedro Pablo Curtidor y Saúl Enrique Urueta Buelvas (colombianos), Bjorn Gunnar Hornfeldt (sueco) y Jorge Denis Bueso Madrid (hondureño).
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