El auge del consumo de heroína suramericana se debe al incremento del cultivo de opio en Colombia, el aumento de la cantidad y la calidad de la droga, y a tácticas agresivas de los narcotraficantes para crear nuevos mercados y consumidores , explicó el director adjunto del FBI (policía federal) Thimas Kneir.
A pesar de que sólo una pequeña parte del suministro mundial de opiáceos proviene de Colombia, representa una cantidad desproporcionada de la heroína vendida en Estados Unidos. Eso se debe principalmente a su precio, su calidad y su disponibilidad , indicó Kneir ante una comisión de la Cámara de Representantes, .
Se estima que Colombia abastece actualmente el 52 por ciento de la heroína que entra a E.U., donde unas 810.000 personas consumen esa droga, considerada como una de las más peligrosas.
La pureza de la heroína colombiana, que alcanza niveles de hasta el 90 por ciento -contra 30 por ciento que tiene la mexicana- permite que la droga sea consumida por vía nasal o mediante otros métodos, sin tener que recurrirse a la inyección.
Ello tiene como efecto una banalización de la peligrosa droga entre consumidores de clase media o alta, reacios a las jeringas consideradas como pertenecientes al mundo de la drogadicción hardcore (dura).
La mejor calidad de la heroína colombiana permite además al narcotraficante cortar o diluir la heroína con otras sustancias, para incrementar la cantidad que podrá ofrecer a sus clientes.