Juan Manuel Roca, por ejemplo, habla con los muertos.
Y lo hace bien.
Los poemas de Tertulia de ausentes, su nuevo libro, logran que el lector charle un rato un rato agradable con cada uno de los protagonistas de esta antología.
Los muertos de Roca no son los desconocidos aunque dicen que Napoleón la merodea de una tabla ouija. No. Se trata de personajes por los que cualquier periodista hubiera vendido su alma. Porque se trata de los seres a los que el poeta Roca es un gran poeta admiró, admira o sigue admirando. Cada poema es un homenaje. Un homenaje del encuentro particular de Roca con las obras de estos héroes.
Héroes como Picasso.
Esta es la Fábula de Picasso, uno de los tantos poemas del libro: Se dice Que por las noches El cielo Dormía entre sus frascos Acaba de ver un exposición de la Epoca azul . Y me pareció que Picasso había guardado en el tintero un pedazo de cielo .
Y las historias proliferan.
En este libro hay casi 50 personajes, 50 poemas, con los que Roca ha tenido largos romances. Desde Lewis Carroll, Chaplin y el Conde de Lautréamont hasta Louis Armstrong, Juan Rulfo, José Asunción Silva y el idolo de muchos poetas: su majestad Arthur Rimbaud.
Pero esto no es arbitrario.
Roca no se quedó mirando el techo pensando y ahora qué voy a hacer? . Este no es un libro planeado por el autor. Es un libro, como cada uno de los encuentros, que nace de la casualidad. Federico Díaz Granados, lector incansable de la poesía de Roca, encontró que los homenajes del poeta a diferentes autores, aparecían constantemente, libro tras libro, publicación tras publicación, a medida que pasaba el tiempo. Los recopiló. Por eso hay poemas fechados en 1975 o en 1989 o en 1995. Pertenecen, en su versión original, a otros libros.
El título, lo dictó un poema. Este es un fragmento de Cinco veces Van Gogh: Pintó una silla vacía, y sin embargo en ella está sentada una tertulia de ausentes. Antonin Artaud ha dicho que esa silla anuncia a alguien por entrar. La silla sigue vacía, pero siempre volvemos a ella para saber si alguien acaba de llegar. Theo o Gauguin? Afortunadamente, ahora, con la aparición de este libro la pregunta Theo o Gauguin? no tiene mucho sentido. Es el lector y cualquiera de estos personajes: cuando el libro se abre, la tertulia ya no es de ausentes.