El aeropuerto de la capital de sol es tan solo uno de los diez terminales aéreos, incluidos los de Nueva York y Los Angeles, que hace parte del programa piloto del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), cuyo objetivo es frenar la inmigración ilegal, el terrorismo y el narcotráfico.
Diez terminales terrestres en la frontera con México, también participan en el programa. Inspectores de inmigración elegirán al azar un cierto número de viajeros al día para solicitarle nuevamente su pasaporte y hacerle una nueva revisión.
Según cifras de inmigración, en las dos primeras semanas del programa, 70 personas fueron inspeccionadas en dos ocasiones en el aeropuerto de Miami.
La segunda inspección tendrá una duración de cinco minutos para los ciudadanos estadounidenses y diplomáticos, y de no más de media hora para los extranjeros, que sumada a la misma media hora de la primera hace que una persona fácilmente pueda pasar más de una hora en la inmigración del aeropuerto.
Desde abril del año pasado, cuando se puso en vigor la ley de inmigración, alrededor de 2,672 personas de 87 países fueron deportadas desde el aeropuerto de esta ciudad, a sus lugares de origen por inspectores de inmigración.
Los más afectados han sido los ciudadanos de Jamaica, Haití, Colombia, Venezuela y República Dominicana, acusados de haber estado anteriormente más tiempo en el país de lo permitido, trabajo ilegal y documentación falsa, entre ellos el pasaporte y la visa.