También triunfaron los partidos Liberal y Conservador, que han hecho la historia de Colombia y que en esta jornada demostraron nuevamente que reúnen los más amplios caudales de opinión, sin que esto signifique un desconocimiento del espectacular plebiscito obtenido por la candidata Noemí Sanín. El suyo fue un éxito extraordinario, logrado en gran parte por su personalidad atractiva, aguerrida y franca. No sabemos aún cómo irá a reaccionar ante un número de votos tan grande para un joven movimiento, que consiguió el respaldo de una franja electoral indecisa o esquiva a los partidos tradicionales, pero podemos afirmar que el resultado le asegura un papel destacado en la política nacional.
Los dos candidatos que obtuvieron las mayores votaciones dirimirán la contienda el próximo 21 de junio. En los días que restan para esa fecha, ambos realizarán inmensos esfuerzos por recoger los votos de quienes favorecieron en la primera vuelta a la doctora Sanín, que saltó a la palestra con fuerza que pocos imaginaron. Es de esperar que la reñida competencia que se ha planteado entre ellos, ante la escasa mayoría obtenida por el doctor Serpa sobre el doctor Pastrana, no genere una pugnacidad excesiva entre ellos y sus seguidores en el último tramo de la campaña presidencial.
También es de esperar y así parece que ocurrirá que los dos candidatos confronten sus tesis ante la gran audiencia nacional, para que los ciudadanos liberales, conservadores, independientes o de otros partidos puedan juzgarlos cabalmente y decidir en conciencia a cuál de ellos han de otorgar sus votos. Es con base en los méritos de sus vidas y sus programas como los colombianos deben decidir, y no sobre temas ajenos, como la simpatía o antipatía hacia el presidente Ernesto Samper. Quienes califiquen el número de votos por Serpa como simplemente oficialistas, están errados. También lo están quienes afirman que no son votos limpios, lanzando acusaciones apresuradas e irresponsables contra toda una gran masa de ciudadanos honestos. Los liberales votaron en mayoría por su partido; y el candidato oficial de la colectividad y su fórmula vicepresidencial convencieron por sus planteamientos y, creemos, especialmente por su compromiso de paz.
La elección del 21 de junio ofrece un cariz de extraordinario interés y no permite anticipar con absoluta certeza su desenlace. Ya vimos cómo en esta ocasión fallaron las encuestas y los pronósticos de muchos analistas. Los que se hagan en este momento serán divagaciones, mientras se espera conocer las nuevas estrategias de los candidatos para aumentar su caudal de votantes. En cualquier caso, como lo hemos hecho varias veces, pedimos que todos, candidatos y seguidores, se esmeren por preservar la tranquilidad; y que quienes votaron en blanco o se abstuvieron, participen, se definan y lo hagan por un programa. EL TIEMPO ha apoyado y continuará apoyando al doctor Horacio Serpa, en la seguridad de que el clamor por un país cada día más próspero, más justo y más pacífico es el de la inmensa mayoría de los colombianos.