Además de permitirnos identificar y diferenciar olores y sensaciones, es parte fundamental en el desempeño sexual y afectivo de las personas. Así lo asegura Lueder Deecke, presidente de la Clínica Universitaria de Neurología de Viena, quien dice que los olores desempeñan un papel muy importante en la vida humana pues influyen de forma decisiva en la vida sexual y sentimental de las personas .
En declaraciones al semanario austriaco Profil, Deecke explica que el organismo humano produce unas sustancias olorosas, llamadas feromonas, que estimulan el apetito sexual, y que tanto el sentido del olfato como el del gusto han ido desarrollando a lo largo de la evolución capacidades indispensables para la sobrevivencia de nuestra especie.
Mientras que el sentido del gusto servía principalmente para seleccionar los alimentos adecuados, gracias a los olores el ser humano podía orientarse, sentir a tiempo la cercanía de enemigos y era estimulado sexualmente para asegurar su reproducción.
Según el experto austriaco, los olores pueden además equilibrar la tensión arterial, mejorar la concentración, aliviar depresiones, limitar el apetito e influir en el estado de ánimo.
Por su parte, Karl Grammer, biólogo del Instituto Ludwig Boltzmann de Viena, subraya en declaraciones al mismo semanario que las feromonas transmiten al inconsciente importante información sobre el sistema inmunológico .
Si ese sistema es idéntico entre un hombre y una mujer, ambos se rechazarán mutuamente mientras que cuando se diferencian, la pareja se sentirá atraida porque reciben la señal de que sus eventuales hijos contarán con más anticuerpos.
Según Grammer, aunque fueron pensados para aumentar la atracción sexual, los perfumes tapan el aroma natural del ser humano pero nunca alcanzan el poder afrodisíaco de los feromonas a pesar de que el olor que producen éstas últimas es relativamente neutral.
Actualmente, expertos en todo el mundo se dedican a investigar los efectos psíquicos y físicos que causan los llamados aromas sexuales y otros olores en las personas y esperan poder usarlos para curar enfermedades.
La industria de perfumes también hace sus pesquisas y hoy en día los locales de venta al público, hoteles y locales de gastronomía han descubierto el poder de ciertos aromas.
Con un simple experimento, la industria perfumera demostró la relación directa entre el ataque de feromonas y la excitación física, cuando varios individuos fueron rociados con esas substancias (sin que se dieran cuenta, pues nadie las huele conscientemente) al tiempo que miraban una película ligeramente erótica mientras que otros vieron el filme sin recibir la ducha de feromonas. Los primeros presentaron síntomas físicos de excitación sexual.
Según Decke, actualmente se conocen más de medio millón de substancias olorosas y unos 1.500 aceites etéreos, muchos de los cuales son usados en negocios para crear una atmósfera que influya sobre el cliente, relajándolo, dándole ganas de quedarse en la tienda y despertando sus ganas de comprar.