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UN PAPÁ DIFERENTE

Según el peluquero Gonzalo Echeverry, o Gonchi para sus amigos, cada familia debería tener un niño gay .

Así, de frente, habla este hijo de cafetero paisa. De hecho, fue de los primeros en anunciar que era parte de una pareja homosexual, en un artículo del desaparecido periódico El Pueblo de la ciudad de Cali, en 1975.
El niño gay se convierte en una luz que refresca la familia , opina el peluquero. Siempre está pendiente de los demás, de los hijos de los hermanos, de la madre, de la casa... .
Sentado sobre un sofá de cuero color café en su apartamento lleno de matas y gustosos rincones para botellas de vidrio azul todas más viejas que yo... , además de instrumentos de bronce, cuadros de Negret, Oscar Muñoz, Mercedes Sebastián y otros artistas nacionales, casi siempre firmados y con dedicatorias, Echeverry habla desde su propia experiencia.
El ha arreglado a la modelo Claudia Schiffer, a los cantantes Luis Miguel y Víctor Manuel y al director de cine Klaus Kinski cuando vinieron a Colombia; estuvo en Egipto con el equipo del calendario de Amparo Grisales, y representó a las líneas de cosméticos Pantene, Revlon y Max Factor, además de cortar pelo en Londres y París.
Sin embargo, y a pesar de este recorrido y de sus 42 años, siempre vuelve a Cali, su ciudad natal. Allí, almuerza lentejas del hijo pródigo todos los lunes en la casa de su madre y vive ...rodeado de gente que conozco desde mi infancia... hasta la señora que lava el cabello en mi peluquería... quien fue mi niñera!
Curiosamente, el destino singular que se ha trazado Echeverry ha incluido tener un hijo heterosexual. Tener, entre comillas, porque como el mismo peluquero apunta, los gays no podemos parir .
Un poco después de aquel artículo de El Pueblo publicado bajo el título Somos homosexuales y no nos da miedo decirlo , Gonzalo y su compañero el también renombrado peluquero Humberto Quevedo adoptaron un niño.
Historia de una decisión
En la Colombia de 1978, esta decisión hizo historia.
Cuenta Echeverry: Nicolás tenía un año y medio cuando lo conocí. Era divino. Decidimos averiguar cómo era que se hacía la adopción con papeles y todo, así que fuimos a Bienestar Familiar, como cualquier ciudadano. Nos mandaron a investigar para ver si el niño adquiría la misma postura nuestra. Nos visitaron durante tres años. No tenían conocimiento de lo que era un gay. Pensaban que éramos basura o prostitutas...Cuando conocieron a nuestras familias y nuestro hogar con Nicolás, vieron que no era así. Vieron cómo el niño empezaba a crecer muy sano, limpio e independiente .
La relación entre los dos padres y esposos duró 13 años, desde mis 17 hasta mis 30 años , dice Echeverry. Y relata luego: con el tiempo, se deterioró la relación, de tantos viajes, los cambios... Nos separamos en 1986. Nicolás tenía 12 años. Se fue con Humberto, que de todos modos es mayor que yo .
En cuanto a los papeles de los dos, dice: Nicolás ve a Humberto como papá. Yo soy como otro papá, o tutor o amigo... Explica que por una diferencia de edad y de carácter, Humberto siempre era más serio, mientras yo jugaba a disfraces, a cantar, con la bicicleta... . Ambos cambiaron pañales, recuerda, aunque había niñeras que ayudaron.
También señala la importancia de una hermana de Humberto. Dice: el día de la madre era para la tía Carmenza, quien fue clave en su formación . Aclara que su hijo siempre supo que éramos una pareja, su papá y yo. Nos vio abrazados, lo llevamos a cocteles de la alta sociedad donde bailábamos juntos... .
Al escuchar a este peluquero hablar sobre su hijo, incluyendo la muestra de fotos de rigor, se le nota cierto orgullo. Una de las cualidades que más parece admirar en Nicolás que ahora tiene 24 años y vive en España, donde estudia fotografía es su independencia. Señala: Nicolás supo servir su desayuno sin ayuda desde que tuvo siete años. Y aprendió a manejar a los 10 .
De alguna manera, Echeverry exhibe la misma independencia que ve en su hijo. Ha sido así desde niño, cuando su papá le preguntó si era marica , como él mismo lo cuenta. El hijo del cafetero paisa le respondió que sí. Su papá ...se alejó, sin pelear ni nada... .
A pesar de esta distancia con su padre, Echeverry dice que le debe una buena educación, una madre que adoro, el techo que tuve de niño y un apellido fabuloso . Y ahora, después de cuatro años de distanciarse de su propio hijo, un período que relaciona con su separación de Humberto, dice que se siente muy cercano de ambos. Es más, tienen planes de verse ahora en Europa durante la Copa del Mundo.
Y en cuanto al futuro, espera el día en que su hijo se case y tenga hijos, para que Humberto y yo podamos ser abuelitas .
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