Chile ganaba 2-1 y dominaba al rival cuando en el minuto 85 el árbitro de Níger, Lucien Bouchardeau, cobró un penal a favor de los itálicos, por una mano del defensa Ronald Fuentes.
No hubo falta, no la hubo... , relataron unánimemente desde el estadio de Burdeos los locutores de radio y la televisión, en cuyas pantallas se pudo observar la aparente falta de intención en el contacto de la mano de Fuentes y el balón, disparado con fuerza desde menos de un metro por el italiano Roberto Baggio.
Es de nuevo la mano de la Fifa... es la mafia de la Fifa , acusó el relator del Canal 7 de la televisión estatal, poniendo en duda el desempeño del árbitro. Esto es raro , dijo más tarde.
Sin embargo, aunque frustrados, miles de hinchas se lanzaron a las calles de Santiago, capital chilena, tras el pitazo final del partido. La Alameda, la gran avenida que cruza la ciudad a lo ancho, se convirtió en pista para automovilistas que adornaron sus vehículos con banderas e hicieron sonar sus bocinas durante horas, aprovechando la tranquilidad de un día feriado.
Matador, Matador... , gritaban los santiaguinos, avivando a Marcelo Salas, que se reunieron luego en el lugar tradicional de esta capital para celebrar las victorias deportivas y que, aunque su nombre es Plaza Baquedano, se le conoce desde hace mucho tiempo, irónicamente, como Plaza Italia.
Algunas pancartas, por el contrario, reflejaban rabia contra el árbitro. Vendido, vendido , se leía en algunas, mientras que otras hacían alusión a la dupla Zamorano y Salas SaZa, vamos a matar .
De todas maneras, los chilenos estaban satisfechos por lo que mostró el seleccionado de su país en su partido inaugural en la Copa del Mundo y celebraron lo que ellos consideraron que era una victoria moral.