La distancia que separa a los municipios del eje bananero del sitio de la confrontación armada no es suficiente para mantener la calma chicha que ha vivido la región en el último año, luego de que los grupos paramilitares tomaran el control.
Los 99 muertos, según la cifra oficial, fueron parte de las conversaciones cotidianas entre los habitantes de la zona bananera, es decir entre la gente común y corriente, que forma parte de la llamada sociedad civil.
Todo el mundo está atemorizado. Los guerrilleros quieren volver y como las autoridades dicen que no los van a dejar, la cosa se va a poner peor , dijo un líder comunitario de Urabá que prefirió mantener su nombre en reserva.
Representantes de la sociedad civil como el presidente de Augura y el Obispo de Apartadó, también expresaron su preocupación por las consecuencias que tendrá para la región la confrontación armada.
Estamos muy preocupados porque la guerrilla tiene como objetivo recuperar la zona. Necesitamos que el gobierno apoye el Ejército para que nos defiendan. No queremos tener ni guerrilleros, ni paras , ni delincuencia común. Queremos que nuestro Ejército tenga el control del orden público y que las autoridades civiles puedan gobernar para que podamos en asocio con los trabajadores, producir banano para la exportación , dijo Fernando Devis Morales, presidente de Augura.
Por su parte, monseñor Tulio Duque, obispo de Apartadó, pidió a la guerrilla un cambio de actitud para que se dialogue sin sangre y sin muertos.
No es por medio de las armas sino del diálogo que se va a favorecer la paz. El ministro dijo anoche que los diálogos seguirán en medio de la guerra, pero qué bueno sería una paz sin muertos , anotó.