Acierto económico; conflicto social. Dos caras de una decisión , apuntó el semanario en relación a la opción de paro temporal o definitivo de varios ingenios.
De las 156 fábricas azucareras existentes en la isla dependen directamente 400.000 personas e indirectamente 2 millones, es decir, alrededor del 22% del total de la población cubana (11 millones de habitantes).
Ese punto pudiera ser la primera objeción para optar por el cierre definitivo de un número importante de centrales azucareros, apuntó Juventud Rebelde.
Durante la zafra 97/98 (noviembre-mayo) un grupo de centrales -algunos por reparación- no encenderán máquinas , y por el momento se desconoce si todos los parados hoy, regresarán a la molienda en 1999 , agregó.
La industria azucarera atraviesa por una grave crisis, que se reflejó de manera contundente este año con la peor cosecha en los 40 años de revolución: algo más de 3,2 millones de toneladas del dulce frente a los 8 millones de toneladas en 1990.
Cuba tiene una capacidad teórica para producir 10 millones de toneladas, pero en los últimos cinco años no logra, por zafra, ni la mitad de esos dígitos .
Junto con la agricultura no cañera, la industria azucarera es responsable de que la economía nacional no alcance todavía mayor despegue. Todos le exigen la debida respuesta. El reto está en reducir el trauma a lo indispensable , consideró el semanario.
Quienes se inclinan por los cierres, agregó el semanario, estiman que con alrededor del 50% de los actuales ingenios y plantíos (...) Cuba logra la producción que necesita .
Muchos expertos pronostican que la disminución (de centrales) será inevitable. Más aún, necesaria. La racionalidad económica la favorece, los avances científicos y técnicos la aceleran , apuntó.
El reto para salir de este embrollo, sugiere Juventud Rebelde, es producir por debajo del precio mundial de la tonelada , sin afectar el número de ingenios, alrededor de los cuales han surgido pequeños poblados que basan su vida en la actividad de las fábricas del dulce.