De acuerdo con la sargento Lucía Gómez Montealegre, de la Policía de Menores, desde hace varios meses esa institución ha observado la llegada de menores provenientes de Santa Fe de Bogotá, Barranquilla, Buenaventura, Medellín y Bucaramanga.
La suboficial agregó que Tunja se constituye en un buen vividero para los infantes, teniendo en cuenta que los ciudadanos continúan dando limosnas y en muy pocas oportunidades son agresivos con ellos.
En la ciudad el problema es más grave porque no se encuentra un establecimiento disponible para los niños, donde se pueda ejercer un control de sus acciones , agregó Gómez.
La mayor parte de los jóvenes duermen en camadas plenamente identificadas, en las inmediaciones de los barrios Las Nieves, San Antonio, Parque Santander, la Fuente, Hotel Hunza, Terminal de Transporte y el Parque Recreacional y de día se dedican a recorrer las calles pidiendo limosna y realizando actividades delictivas.
El Parque Recreacional del Norte alberga un sinnúmero de indigentes en los zarzos de los kioscos construidos para esparcimiento. Allí Boyacá 7 días encontró una de las camadas en las cuales los niños conviven con adultos con problemas físicos.
No hay soluciones Se ha hecho poco para contrarrestar los inconvenientes ocasionados por estos jóvenes en las calles y la ciudadanía espera resultados por parte de las numerosas instituciones creadas con ese propósito.
La sargento Gómez asegura que no hay un trabajo coordinado y se sufre el síndrome de la reunionitis , sin ninguna solución concreta .
En la capital boyacense funcionan la Casa del Menor, Fundihogar, la Policía de Menores, el Hogar de la Madre Reina, Bienestar Familiar, la Alcaldía y los Juzgados de Menores, entre otros, que han sido insuficientes para erradicar este flagelo social.