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LAS PRUEBAS SEÑALAN A OVIEDO

Los policías de guardia en la Estación de Puerto Espejo, en las afueras de Armenia, corrieron a apagar la llamarada que se levantaba en un paraje próximo a la carretera, junta a la finca La Brasilia.

Al aproximarse advirtieron que el fuego consumía los cuerpos de dos personas y entonces lo sofocaron con los pocos medios que tenían a su alcance esa noche, la noche del 2 de enero de 1997.
Medicina Legal no tardó en comprobar que los muertos eran Juan Guillermo Acosta Botero, ingeniero reconocido en Armenia, y Fernando Celis Franco, un joven con conexiones en el bajo mundo, según lo reconocieron sus propios familiares.
Después de un breve lapso en el que la investigación penal parecía quedarse en el limbo, el padre, dos hermanos y la compañera de Celis decidieron salir del silencio y contarle a la justicia penal lo que sabían.
Sus declaraciones, rendidas bajo la gravedad del juramento, coincidían en que el día de su muerte Fernando había estado visitando al representante Carlos Oviedo Alfaro, con un doble propósito: cobrarle los tres millones de pesos que éste le había prometido por un reciente trabajo y alertarlo sobre un posible complot contra su vida.
Según ellos, Fernando sabía que el ingeniero Acosta quería atentar contra Oviedo por considerarlo responsable de la destrucción de su matrimonio y reconocerlo, en concreto, como amante de su esposa Gloria Patricia Castaño.
Migdalia Ortiz, compañera de Fernando, dijo que éste le contó estas infidencias y muchas más: el trabajo por el que Oviedo le debía a su compañero tres millones de pesos era el asesinato de un hombre conocido como Jaime , dueño de una discoteca, con el que el parlamentario había reñido.
Según los familiares de Fernando Celis, los contactos del sicario con Carlos Oviedo y con su medio hermano Guillermo Díez Alfaro, conocido como Bambino , eran frecuentes y lo fueron mucho más cuando el joven los alertó sobre el supuesto complot.
Registros de llamadas telefónicos y de mensajes transmitidos a través de bippers confirmaron la constancia en tales contactos.
El padre del joven dijo que el 2 de enero, Fernando estuvo por última vez en su casa hacia el mediodía, cuando fue a ponerse una chaqueta. Al salir, según lo comprobó, lo estaban esperando los hombres de Oviedo , entre ellos alguien conocido como Micollorón .
Previo acuerdo con Oviedo siempre según declaraciones vertidas bajo juramento Fernando se había comunicado con el ingeniero Acosta para ponerle una cita en el parque de La Tebaida. Su intención, según se lo comentó a los suyos, era entragárselo en bandeja a Oviedo y ganarse con ello otros millones.
Yo los vi morir
Pero los planes jugaron en contra. Oviedo y su hermano llamado a juicio por el crimen aprovecharon la ocasión para deshacerse tanto del ingeniero como de un sicario al que no solo le debían dinero, sino que potencialmente podría voltearse contra ellos porque ya sabía demasiado.
Este hecho lo corroboró, también bajo juramento, José Faber Ocampo Cardona, que dice haber sido testigo de excepción de la muerte de ambos.
Ocampo dijo que ese 2 de enero Oviedo le puso en mensaje y lo citó en la carretera a Puerto Espejo. Allí se encontraron y siguió de cerca al carro gris en el que el parlamentario y hermano se dirigían hacia la finca de Juan Ernesto Vásquez Corrales, un hombre conocido como Frescolo , que actualmente huye de la justicia.
Al Llegar Oviedo le dijo a Ocampo que adentro, en una pieza, tenía a dos hombres que aseguraban que él estaba ofreciendo 100 millones para matarlo en venganza por el asesinato de su cuñado Jaime Hoyos Ramírez.
Ocampo dijo que al entrar al cuarto los dos hombres, que se hallaban amarrados, negaron esa versión. Oviedo y su hermano montaron en cólera y ordenaron a Frescolo darles muerte allí mismo.
Procedió dice un aparte de su declaración a hundirles como especie de unos punzones en el corazón y a ahorcarlos con una soga (...) se pusieron inmediatamente morados y con babaza. A Acosta lo tenían amarrado con las manos atrás y ese señor rezaba. Fue muy triste ver eso .
Posteriormente, los cuerpos fueron llevados hasta el descampado, en la misma camioneta en la que, coincidencialmente ese día, a las tres de la tarde, los agentes Jaime Eugenio Rodríguez y Miguel Angel Sandoval Prada, de turno en la Estación de Puerto Espejo, vieron pasar a Oviedo.
Ocampo se retractó poco después de su declaración, pero la justicia tenía razones para no creerle. Aunque su hermana, que le acompañó en el cambio de versión, dijo que ese 2 de enero él se encontraba en Caucasia, la Fiscalía comprobó que ese día ambos hicieron transacciones bancarias en Armenia.
Por lo demás, el relato original de Ocampo resultó, sin que él lo supiera, respaldado por los resultados de la necropsia. En ella se comprobó que evidentemente los dos hombres habían muerto como consecuencia de heridas con punzón en sus corazones...
Durante la última semana, un periódico de Armenia dedicó amplio espacio a un memorial de agravios contra la Fiscalía enviado por Oviedo desde la cárcel. En él, el congresista, encartado penalmente ante la Corte, se declara perseguido.
Su hermano está a punto de comparecer en el juicio que estará a cargo de un funcionario judicial en aquella ciudad.
SEIS PROCESOS EN SU CONTRA
Actualmente, en la Corte Suprema de Justicia cursan seis procesos contra el dirigente político Carlos Alberto Oviedo Alfaro.
1. Proceso 11625. Por la presunta comisión de los delitos de enriquecimiento ilícito y narcotráfico.
2. Proceso 11948. En esta investigación, además de estar siendo investigado por los anteriores delitos, también es procesado por su supuesta participación en varios homicidios.
En este proceso, la Corte busca establecer el grado de responsabilidad de Oviedo en las muertes del periodista Ernesto Acero Cadena y de Luz Patricia Hernández. Esta última murió en un accidente de tránsito y según las primeras averiguaciones, el dirigente político habría pagado a su empleado Jerónimo Rodríguez Rojas para que se responsabilizara del hecho.
Rodríguez Rojas fue detenido y días después dejado en libertad por tratarse de un delito excarcelable. Más tarde apareció muerto de manera violenta.
3. Proceso 12038. La Corte investiga la posible responsabilidad de Oviedo en el secuestro y asesinato de Luis Javier Alzate Betancourth.
Según la información en poder del alto tribunal, Alzate fue secuestrado cerca de su casa, al parecer por participar en el hurto de un maletín con documentos y dinero que fue sustraído de un carro de propiedad de Oviedo.
4. Proceso 12293. La justicia investiga al congresista por el asesinato de Jaime Hoyos Ramírez y las lesiones causadas a Esperanza del Socorro Ocampo Cardona.
5. Proceso 12717. La Corte busca determinar la posible participación de Oviedo en los asesinatos de Fernando Celis Franco y Juan Guillermo Acosta, ocurridos el 3 de enero de 1997.
6. Proceso 12313. El Tribunal Nacional pide a la Corte investigarlo por presunto testaferrato.
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